El autor de las «Tesis sobre el concepto de historia» se fascinó por las culturas de México antiguo. Desde una visión de los vencidos escribió sobre la conquista de América y los indios de México.
Por Sergio Abraham Méndez Moissen/La Izquierda Diario
Walter Benjamin en 1915 en Munich asistió a clases con el americanista Walter Lehmann en el que se abordaba la cultura indígena de mesoamerica. En dicho curso se examinaban los códices americanos, se estudiaba nahuatl y se analizaban los mitos indígenas. Según Gershom Scholem, amigo de Benjamin, la fascinación de Benjamin por los mitos y pueblos indios generó que el segundo comenzara a estudiar nahuatl.
“En Munchen con el americanista Lehmann, Benjamin fue a su seminario regularmente. Se familiarizó con la memorable figura de Fray Bernardino de Sahagún. A quien debemos mucho de la preservación de las tradiciones maya y aztecas. Algún tiempo después yo vi que Benjamin tenía un diccionario nahuatl alemán.” Dice Scholem en Historia de una amistad.
México aparece en la obra de Benjamin en, por lo menos, dos de sus obras. Calle Dirección Única la novela que escribió a cuatro manos con Ascia Lascis y como un recuerdo en La infancia en Berlín. Pero en 1922 escribió una crónica, una reseña, de la obra biográfica de Marcel Brion sobre Bartolome de las Casas en el que critica la conquista de América.
Edward Seller, el maestro de Lehmann, consiguió una beca para su estudiante que logró visitar América en el que realiza un trabajo para realizar su tesis doctoral sobre la lengua nahuatl y la arqueología de México y Centroamerica. Lehmann conocía perfectamente Chiapas y fue estudioso, en especial de la lengua indígena.
Según Juan Manuel Contreras Colín el pensamiento de Benjamin estuvo marcado intensamente por el pensamiento indígena. Lehmann dedicó sus cursos entre 1914 y 1917 sobre los mitos indígenas y también asistió Rilke, el poeta alemán. En ese curso se estudiaba la obra de Fray Bernardino de Sahagún.
El mundo: una sala de torturas
Dice Benjamin en su reseña: “La historia colonialista de los pueblos europeos comienza por el acontecimiento violento de la conquista de América que transformó el mundo nuevamente en una nueva sala de torturas. Los telescopios de la soldadesca española dirigidos a los enormes depósitos de oro y dinero de América han producido un estado espiritual en el que nadie puede pensar sin estremecerse de horror. Nada es más preocupante y más sorprendente que ver a estos hombres, descritos por el libro de Brion, haciendo del ser aislado el defensor heroico de una posición desesperada.”
Según Benjamin la encomienda, la política de destrucción de los indios y de sometimiento era “una justificación que afirmaba que América era una tierra sin propietarios, que el aviso colonial era la condición anterior a la evangelización, que era el deber de los buenos cristianos evitar que los indígenas cometieran sacrificios humanos. El teórico de la razón de estado fue Gines de Sepulveda, el cronista de la corte. La disputa que opone Bartolomé de las Casas y Gines de Sepulveda en 1550 en Valladolid es el punto culminante de la vida de Las Casas, pero desafortunadamente también de sus acciones. Por que el resultado del debate solo tuvo contacto con la realidad ibérica y se limitó fundamentalmente a España.”
Fray Bernardino de Sahagún y Bartolome de las Casas
La conquista de América es probablemente el más importante de los genocidios de la modernidad capitalista. Al mismo tiempo generó las condiciones para la acumulación originaria del capital en base el despojo de los territorios indígenas y en especial con la derrota de los pueblos aztecas, mayas e incas. Marx detalló la acumulación orginaria en los capítulos 24 y 25 del volumen I de El capital sobre la importancia de la conquista de América para el surgimiento del sistema mundo capitalista. Marx, lejos de ser eurocéntrico, denunció que la conquista generó un despojo insólito en la historia y que el capitalismo derramó sangre y lodo desde su nacimiento.
En mesoamerica existía un fuerte organización estatal bajo la dirección de Moctezuma. Esta importante civilización generó fascinación a Rosa Luxemburgo. La derrota por los españoles, la destrucción de las tradiciones y religión india y el despojo fue la muestra de la política de occidente para los indios. La derrota de Coatlicue y Huitzilopochtli fue la victoria de cristianismo.
El clero irregular con la política imperial de evangelización de los indios de nuevo mundo, sin quererlo, documentaron las tradiciones indias para dominar y conquistar mejor a los hombres que venían de aztlán. Fray Bernardino fundó la Escuela de Santa Cruz Tlatelolco y recopiló los relatos de los vencidos: del significado de piedra de sol, el relato del viaje de aztlán, al relato militar de la destrucción del templo mayor.
Miguel León Portilla tradujo hasta los años 1969 el códice florentino, la obra de Fray Bernardino y los relatos de la conquista de América. La visión de los vencidos al que tuvo acceso Benjamin es probablemente el relato de historia más cercano a una historia a “contrapelo” desde el punto de vista de los vencidos: de los presagios funestos al último lamento poético de la toma de México Tenochtitlán en aquel 1521.
Bernardino es el padre de la antropología mexicana. Abrió caminos impresionantes en el Siglo XVI para el conocimiento de las tradiciones indias. Franciscano recopiló las tradiciones indígenas para conocerlas mejor y realizar una evangelización para el reino de Castilla y Aragón. Su antropología no cuestionaba la conquista pero le debemos la recopilación de los relatos de los vencidos.
Por su lado Fray Bartolome de las Casas, dominico, escribió La verdadera y brevísima historia de la destrucción de la Nueva España en el que crítica el colonialismo y la conquista de América. Su obra le atrajo la ira de la la Corona y Gines de Sepulveda discutió con el él sobre la primera naturaleza de los indios de América.
Entonces, Benjamin, con sus conocimientos de la obra de Sahagún y Las Casas escribió una reseña breve pero significativa de la conquista de América. En el año 2010 Michael Löwy publicó en francés una recopilación de textos de Walter Benjamin titulado Romanticismo y crítica de la civilización. En dicho libro Löwy tradujo un texto raro de Benjamin escrito en alemán para una revista de estudios literarios en el que habla sobre la conquista de América y su defensa de los indios.
El texto es una reseña a un libro de Marcel Brion editado en 1928 y en él se puede ver una concepción anticolonialista de Benjamin de tipo romántica. A diferencia de los socialdemócratas alemanes Benjamin criticaba la colonización como un ejercicio de barbarie.
Según el editor del Libro de los pasajes, Benjamin pudo leer algunos textos en español al tiempo de conocer un poco de nahuatl.
Como sugirió Benjamin en sus Tesis sobre la historia es menester una visión del pasado desde el punto de vista de los vencidos.