Vicente Leñero, fallecido este 3 de diciembre, siempre abrazó las letras. Lo hizo como reportero, guionista y dramaturgo. Y aunque en principio quiso dedicarse a la ingeniería civil, optó por incursionar en el “autoperiodismo”. Sus pasiones abarcaron el ajedrez, cine y béisbol.
Había cumplido 81 años el 9 de junio.
«Para este oficiante de la literatura lo importante es –ha sido siempre, por encima de todo– la experimentación.»
Vicente Leñero
‘A FUERZA DE PALABRAS’
Nació el 9 de junio en Guadalajara. Es el cuarto de seis hijos del matrimonio formado por Vicente Leñero Orozco e Isabel Otero.
Estudió en la UNAM la carrera de Ingeniería Civil.
Terminó la carrera de periodismo en la Escuela Carlos Septién García, y ese mismo año obtiene una beca para estudiar en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid.
Obtuvo el primer y segundo lugar de un concurso de cuentos patrocinado por el Frente de Estudiantes Universitarios de México, pero deciden darle sólo el monto del ganador. Ingresa al taller de Juan José Arreola. También empieza a trabajar como reportero en la revista Señal.
Publicó su primera novela, La voz adolorida, que posteriormente será reditada como A fuerza de palabras.
Obtuvo, después de dos intentos, la beca del Centro Mexicano de Escritores, junto a autores como Inés Arredondo y Miguel Sabido.
Estrena en el Teatro Xola su primera obra de teatro, Pueblo rechazado. Comienza su colaboración con Ignacio Retes, que dirigirá ocho de sus obras.
Fue nombrado director de Claudia, después de trabajar varios años en la revista como reportero y jefe de redacción.
Se produce el golpe a Excélsior por el gobierno echeverrista. El 6 de noviembre apareció el primer número de Proceso, donde permaneció como subdirector hasta 1996.
Apareció El evangelio de Lucas Gavilán, que consideró su obra más vendida.
Estrenó en el Teatro Juan Ruiz Alarcón del Centro Cultural Universitario ‘Martirio de Morelos’, con dirección de Luis de Tavira.
Obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura por Puros cuentos.
Publicó su última novela, la más sencilla, La vida que se va.
Su antología La inocencia de este mundo es galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia. Ese mismo año es distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Escribió su última obra de teatro, La concubina de San Agustín.
El 11 de marzo fue elegido para ocupar la silla XXVIII de la Academia Mexicana de la Lengua. Ingresa el 26 de mayo de 2011.
Vendió a la Universidad de Princeton los mecanoescritos de sus novelas, cuentos, obras de teatro y guiones cinematográficos. El FCE publicó Vivir del teatro, una versión actualizada de la memoria de sus puestas en escena.