El pico de la migración ocurre usualmente durante la primera quincena de octubre, registrándose cantidades superiores a los 500,000 individuos en un solo día.
En Cardel y Chichicaxtle, Veracruz, dos observatorios vigilan a miles de aves que llegan del norte del país, como de Estados Unidos y Canadá, en busca de un clima más cálido. Los sitios se encuentran a una altura de 29 y 120 msnm respectivamente y entre los dos puntos existe una distancia lineal de aproximadamente 11 km
Miles de aves rapaces del norte de Estados Unidos y Canadá, entre las que se ven águilas, zopilotes, gavilanes y aguilillas entre otras, están atravesando el continente americano en su afán de escapar del frío invernal y del hambre, por lo que dos regiones de Veracruz son su refugio natural.
En estas dos regiones, una pegada a la costa y otra en la Sierra Madre Oriental, hay dos observatorios naturales donde profesionistas y ambientalistas de la organización PRONATURA, se proponen observar, contabilizar y dar seguimiento a aves rapaces y acuáticas que llegan desde Canadá y Estados Unidos, así como promover su conservación a largo plazo en la región central de Veracruz.
Eduardo Martínez Leyva, biólogo coordinador del proyecto de monitoreo de aves migratorios indicó que el objetivo es ayudar también a los conservacionistas a entender mejor los patrones migratorios de los miles de aves que pasan por el estado de Veracruz, en su ruta hacia el sur del continente americano.
De la migración de cientos de aves rapaces, el biólogo Eduardo
Martínez explicó:
A principios de otoño las aves realizan movimientos geográficos hacia las zonas templadas del continente, dado que durante los meses invernales las condiciones de vida son muy extremas dado las bajas temperaturas y escasez de alimento.
Este movimiento migratorio no es exclusivo de las aves de presa, ya que lo hace la gran mayoría de grupos de aves que habitan en el norte de México, Estados Unidos y Canadá, y que también se ven afectadas por los cambios climáticos, sin embargo la migración de las aves rapaces es una de las más espectaculares, ya que llegan a formar gigantescas parvadas.
En Veracruz, los sitios donde se realizan las observaciones de la migración de aves son la ciudad de Cardel, que se encuentra en las coordenadas 19º 22 latitud Norte y 96º 22′ longitud Oeste, y la comunidad de Chichicaxtle.
Debido a su localización geográfica y topográfica, esos municipios de Veracruz están ubicados en la costa del Golfo hasta los 5,700 metros sobre el nivel del mar. Muy pocos lugares en México exhiben un transecto altitudinal similar, el cual posee una amplia variedad de vegetaciones. El Eje Neovolcánico Transversal y las montañas adyacentes de origen orogénico parten en dos la planicie costera del Golfo de México.
Otro de los retos de PRONART, informa el coordinador de del proyecto de monitoreo de aves migratorias rapaces, es involucrar a los habitantes locales con actividades orientadas a la conservación de las aves migratorias y sus hábitats.
Lamentó que la actividad humana cada vez invade más las zonas naturales con prácticas de agricultura, uso de plaguicidas y productos químicos, motivo de la principal causa principal de la caída en las cifras de estas especies.
El suelo de la zona tiene uso principalmente agrícola y ganadero, destacando la producción de caña de azúcar, mango y chicozapote, que requieren de grandes extensiones.
Les sigue la ganadería extensiva y zonas para la producción de ciclos cortos como tomate, papaya, pipián, maíz, etcétera y en toda la región la utilización de plaguicidas está ampliamente difundida.
A pesar de que esta región goza de una importancia estratégica para la conservación de las rapaces de Norteamérica, paradójicamente es el distrito de riego donde existe mayor uso de agroquímicos en el país, siendo estos uno de los principales causantes de los decrementos en las poblaciones de las aves rapaces en el mundo.
En esta región de 11 kilómetros aproximados, PRONATURA instaló algunas trampas para capturar y marcar a las aves migratorias con la finalidad de que puedan ser monitoreadas. El área de vigilancia fue construida con madera y hojas de palma, con lo cual estos animales se sienten atraídos, pues luego de atraparlos se les coloca un pequeño e inofensivo chip para su estudio y seguimiento.
Las aves migratorias son identificadas con binoculares, contadas y anotadas en una libreta de campo colocándolas en el espacio de la hora correspondiente, utilizando la clave del nombre de cada especie y escribiendo el número de individuos. Cada hora un asistente toma datos con respecto al clima como velocidad y dirección del viento, porcentaje del cielo cubierto por nubes y tipo de nubes, temperatura ambiental y visibilidad en kilómetros, así como también el número de observadores y los minutos observados durante la hora. Es indispensable el uso de guías de identificación de aves. Como los grupos de aves son muy numerosos, se requiere el uso de contadores manuales para facilitar el conteo y hacerlo lo más exacto posible. De esta forma se ha logrado estimar un promedio por temporada de 4.5 millones de rapaces desplazándose por el centro de Veracruz durante estas fechas. El pico de la migración ocurre usualmente durante la primera quincena de octubre, registrándose cantidades superiores a los 500,000 individuos en un solo día.
Esta migración de rapaces en México es la más grande del mundo registrada hasta ahora, seguida solamente por la de Kekoldi en Costa Rica, con 2.5 millones de rapaces y la de Eilat en Israel, con 1.8 millones aproximadamente.
Desde 1998, PRONATURA Veracruz opera una estación de captura y anillado de rapaces en la costa del centro de Veracruz. Esta se ubicó primero en los alrededores de la Laguna de La Mancha, en el municipio de Actopan, siendo trasladada luego hasta la reserva privada de conservación que PRONATURA Veracruz tiene unos kilómetros más al sur, en la localidad de Cansaburro, dentro del mismo municipio.
El consejo directivo de PRONATURA es encabezado por Manuel Martín Peñaloza Pérez. La organización fue inaugurada el 12 de octubre de 2007, lleva el nombre del distinguido ornitólogo mexicano Dr. Mario A. Ramos, y en su representación estuvo la señora Isabel Castillo, viuda de Ramos, así como representantes de instituciones dedicadas a la conservación de las aves de México y Estados Unidos.
emartinez@pronaturaveracruz.org
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