Su investigación fue clave para afrontar una de las mayores crisis sanitarias modernas. Comparte el máximo galardón con un inmunólogo estadounidense.
Este lunes, la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska, la institución que otorga el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, comunicó que el máximo galardón de 2023 será otorgado conjuntamente a Katalin Karikó, una bioquímica húngara, y Drew Weissman, un inmunólogo estadounidense.
Qué descubrieron los ganadores del premio Nobel de Medicina 2023
Tal como señala un comunicado de prensa difundido este lunes por la Asamblea, Karikó y Weissman han sido reconocidos por sus descubrimientos sobre las modificaciones de las bases nucleósidas que permitieron desarrollar vacunas eficaces de ARN mensajero (ARNm) contra el COVID-19.
“Gracias a sus revolucionarios descubrimientos, que han cambiado radicalmente nuestra comprensión de cómo interactúa el ARNm con nuestro sistema inmunitario, los galardonados contribuyeron a un ritmo sin precedentes en el desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas para la salud humana de los tiempos modernos”.
El trabajo conjunto de Katalin Karikó y Drew Weissman permitió desarrollar vacunas eficaces contra el COVID-19. Gracias a su aporte a la ciencia, fueron galardonados en 2023 con el Premio Nobel de Medicina.
Quién es Katalin Karikó, la ganadora del Premio Nobel de Medicina
Katalin Karikó es una bioquímica nacida en 1955 en Szolnok, Hungría. Según la Enciclopedia Britannica, desde muy pequeña manifestó su interés por la naturaleza y destacó académicamente en ciencias.
Se licenció en biología en 1978 y completó el doctorado en bioquímica en 1982 en la Universidad de Szeged, en su Hungría natal. Tras esto, aceptó un puesto en el Centro de Investigación Biológica (BRC, por sus siglas en inglés) localizado en la misma ciudad, donde estudió la actividad antiviral de segmentos cortos de ARN e inició sus investigaciones sobre nucleósidos modificados, un tipo de ARNm sintético en el que se han alterado o sustituido nucleósidos específicos, normalmente por otros sintéticos o modificados de forma natural.
Realizó un posdoctorado en la Academia Húngara de Ciencias de Szeged hasta 1985. Posteriormente, se trasladó a los Estados Unidos, donde realizó investigaciones postdoctorales en la Universidad Temple de Filadelfia.
En 1989 fue nombrada profesora adjunta de la Universidad de Pensilvania, donde permaneció hasta 2013, apunta la Asamblea. Fue allí, agrega Britannica, donde la científica trabajó sobre el ARNm y realizó avances que la inspiraron para dedicarse al estudio de la terapia génica (una forma experimental de tratamiento que utiliza la transferencia de genes a la célula de un paciente para curar una enfermedad) basada en el ARNm.
Durante su paso por la Universidad de Pensilvania, la investigadora conoció a Weissman. Juntos estudiaron cómo los diferentes tipos de ARN interactúan con el sistema inmunológico y marcaron un antes y un después en la ciencia.
De acuerdo con el comunicado de prensa difundido por el Premio Nobel, Karikó y Weissman contribuyeron a un cambio de paradigma en la comprensión de cómo las células reconocen y responden a diferentes formas de ARNm y advirtieron que su descubrimiento tenía una profunda importancia para el uso del ARNm como terapia. Los resultados de su investigación se publicaron en 2005, quince años antes de la pandemia de COVID-19.
Tras esto, se convirtió en vicepresidenta en BioNTech RNA Pharmaceuticals. Durante la pandemia de coronavirus, en 2021, ambos expertos generaron un gran avance que benefició a la población mundial.
Es que, a los pocos meses de obtener el código genético del SARS-CoV-2 (el virus causante de la COVID-19) e impulsados por la urgencia de desarrollar un producto que pudiera ayudar a prevenir o reducir la gravedad de la infección, los científicos desarrollaron vacunas experimentales de ARNm, refiere la enciclopedia.
Tal como concluye la Asamblea Nobel, “a través de sus descubrimientos fundamentales sobre la importancia de las modificaciones de las bases en el ARNm, los galardonados contribuyeron de forma decisiva a este desarrollo transformador durante una de las mayores crisis sanitarias de nuestro tiempo”.
En la actualidad, la nobel húngara se desempeña como profesora en la Universidad de Szeged y como profesora adjunta en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, además de ser vicepresidenta senior de BioNTech.
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