Los agachados y una nucleoeléctrica para Cazones
Por Ramón Rodríguez Rangel
La pura noticia divulgada por el periódico “La Opinión” de Poza Rica en su edición del lunes 27 de agosto de 2012, bajo el titulo “A Cazones planta nucleoeléctrica” que maneja la posibilidad de otra nucleoeléctrica en el golfo de México, en la zona de Tuxpan, para ser precisos en Cazones, no solo debe de inquietar, sino inclusive de aterrorizar a los tuxpeños.
No es para menos, la catástrofe nuclear de Fukushima Japón, y mucho antes Chernóbil en la ex Unión Soviética, representa un mal precedente, como en un país superdesarrollado técnica y científicamente se pierde el control de la nucleoeléctrica, ocasionando más de 2 mil muertos y 500 mil desplazados, en una primera etapa y graves pérdidas económicas y en el ecosistema.
Este hecho que conmocionó al mundo, ocasionó que los planes de desarrollo de la energía nuclear de las principales potencias del mundo fueran suspendidos, empezando por Alemania.
Una corriente mundial le daba así, más validez a la vida humana y al ecosistema, que a la economía energética que representa la nuclear con respecto a otras fuentes.
Sin embargo en México, donde sucede y se hace lo impensable, no sería raro que los políticos en el gobierno quisieran hacer negocio con alguna de las grandes transnacionales de la energía atómica, para aparte de Laguna Verde, fabricar otra amenaza más a la vida, no solo de los veracruzanos, sino de todos los mexicanos, alcaldes de la región de Laguna verde denunciaron ante el congreso federal la muerte de 19 niños por cáncer asociado a la planta nucleoeléctrica tan solo en un año .
En Tuxpan por décadas nos han pasado “el tren” sobre nuestras espaldas, y no hemos protestado, así nos cancelaran el desarrollo turístico de la playa, con una gran termoeléctrica, con una gran chimenea que suelta como dragón bocanadas de humo que no estimula en nada, el turismo y si daña totalmente el ecosistema, por que opera con el más contaminante de los derivados del petróleo, el combustóleo.
Estudios del Instituto Nacional de Ecología han dado cuenta que hasta decenas de muertos por enfermedades asociadas y hasta cáncer, ha causado esta planta, contra la que nadie protestó e impugnó su construcción, como tampoco impugnaron la construcción de las centrales termoeléctricas de Chile Frio, pero dio al traste a otro sector de Tuxpan con potencialidad de desarrollo ecoturistico, la zona de Miramar, donde hoy operan termoeléctricas de Japón y de España y donde precisamente hace un año, “un error humano” o técnico ocasionó la explosión de una parte de la planta, ocasionando perdida de trabajadores .
Una nucleoeléctrica en Cazones supone de principio un peligro inminente, para la población de Tuxpan, por que los vientos reinantes, que pegan todo el año en esta ciudad, vienen precisamente del sureste , de la zona donde se ubica Cazones y donde se edificaría el nuevo monstruo contaminante.
Pero no solo a Tuxpan, Poza rica, Papantla, Tihuatlán, Tamiahua y Álamo estarían en el blanco donde pegaría el tiro en caso de un accidente en la nucleoeléctrica, un millón de veracruzanos estaríamos en peligro inminente.
Ante esta nueva amenaza, no solo para el ecosistema, sino para la misma vida humana.los tuxpeños debemos dejar de ser un pueblo de agachados, donde aplaudimos todo, hasta lo que nos perjudica, o nos mata.
Los agachados, no hablan, no dicen lo que piensan, por temor a que “se dirá de ellos”, o por miedo a la represión, permiten que les falten a su dignidad, a su naturaleza humana, a su integridad como seres humanos, pueden ver que algo está mal y les afecta, pero prefieren no opinar, carecen de autonomía, no participan ni se interesan en los asuntos comunes de la ciudad, ellos mismos reducen su existencia.
El monstruo de Laguna Verde es ya en si una gran amenaza para los tuxpeños por su cercanía, como para permitir o quedarnos quietos o agachados, mientras nos construyen en traspatio, en Cazones otro monstruo igual o peor.
¿Dónde están los ecologistas, los universitarios, las barras y asociaciones de profesionistas, las organizaciones sociales o productivas, las cámara empresariales, y las mismas iglesias?, porque aunque solo sea una especulación, la sola posibilidad de que se ubique una nucleoeléctrica en la región de Tuxpan, no podemos quedarnos callados, inertes, tenemos la obligación ética, la responsabilidad de exigir a la CFE que explique la información vertida sobre la construcción de la nucleoeléctrica, y en caso de confirmarse protestar y pedir a las autoridades municipales, estatales y nacionales su intervención para detener cualquier proyecto que represente una amenaza para la vida de los tuxpeños.
Ya no estamos en los tiempos de don” Porfirio”, la voz del pueblo, de la sociedad tuxpeña, tendrá que ser escuchada, porque solamente una persona enferma mentalmente, puede aprobar o estar de acuerdo acciones u obras que van contra sus intereses y hasta su propia vida.
No todo lo pueden hacer las autoridades, todos los tuxpeños tenemos que reaccionar, que asumir nuestra ciudadanía e impedir, que la CFE tome a la región de Tuxpan como su “cochinero” donde realiza todas sus operaciones de peligro, depredación y contaminación, y donde no ha sido capaz la paraestatal ni siquiera de darle tarifa preferencial de pago de luz eléctrica a los tuxpeños, nos destruyen el paraíso, el ecosistema, amenazan la vida humana y quieren todavía que sigamos siendo un pueblo de agachados.