El politólogo afirma: «En menos de 12 semanas, la gestión entrante sólo ha logrado perfilar algo con claridad: su locuacidad. El resto es confusión, contradicciones sin fin. Resultado: un enorme desasosiego.»
Por Federico Reyes Heroles/Excélsior
En menos de 12 semanas, la gestión entrante sólo ha logrado perfilar algo con claridad: su locuacidad. El resto es confusión, contradicciones sin fin. Resultado: un enorme desasosiego. Eso tendrá un precio muy alto en la certidumbre, en inversiones y en empleo. “…recuperar no sólo el petróleo, sino puertos, aeropuertos, telecomunicaciones, carreteras, playas, minerales, banca, ferrocarriles y todo”. El diputado Fernández Noroña blande su trasnochada espada. Ya lo conocían y lo invitaron. Las empresas de todas esas áreas registran el desplante y nadie lo acalla. Toman ya sus previsiones, habrá consecuencias
¿Quiénes van a gobernar? AMLO, en su afán por conseguir votos, subió y sigue subiendo a muchos kamikazes. Algunos serán tripulación. Pensábamos que AMLO los controlaría, pero podría ser a la inversa. Morena —sea lo que sea— igual echa al piso la Reforma Energética o la Educativa —apoyando a la CNTE— que agrede a las Fuerzas Armadas y a la Judicial. ¡Vengan al botín de destrucción!
“Vamos a enfrentar el problema de la inseguridad, la violencia en general y, desde luego, proteger a las mujeres, se van a crear, sólo en el Estado de México, 32 coordinaciones territoriales y en cada una van a trabajar de manera conjunta policías y militares de todas las corporaciones, la Policía Federal, Policía Militar, Policía Naval, la Policía Ministerial, el acuerdo es que estén policías municipales y estatales y va a haber mando único en cada corporación”. El revoltijo de corporaciones salta los límites normativos e incluso constitucionales, como si viviera en un país sin leyes. El regreso a los cuarteles fue promesa de campaña, después vinieron la Gendarmería, la permanencia de las Fuerzas Armadas en las calles hasta el 2024, la fusión de las Fuerzas Armadas con las policías y otra ocurrencia: una Guardia Civil. ¿Es desconocimiento, prepotencia o ambas?
Sobre el mando único, su futuro secretario de Seguridad había dicho “no es problema de quién manda, es un problema de qué calidad tienen los cuerpos de seguridad…”, descalificando así la solución del mando único que su jefe ahora enarbola. ¿Cómo se arma el rompecabezas? El jefe no se coordina con sus subalternos, van cuatro meses de bandazos. Ahora anuncia la contratación de 50 mil nuevos efectivos para las Fuerzas Armadas. ¿Y los recursos? Recibirán acaso una preparación profesional instantánea, se las inyectarán vía intravenosa.
El NAIM puede ser el bautizo y la tumba de la próxima gestión. La obra está encaminada. Autofinanciable, técnicamente respaldada por las máximas instancias nacionales y extranjeras. Revisarlo, por supuesto, también denunciar en el caso de irregularidades, pero, al final, respetar los estudios técnicos, no tirar alrededor de 10 mil mdd, la mitad de una refinería —y tener la madurez para consolidar una obra central para todo México. Eso era lo racional. ¿Consulta? Los machetes de Atenco —revividos por AMLO— ya advirtieron, salga lo que salga de la consulta, el NAIM no pasa. Que lo construya Slim, dice AMLO. ¿Acaso es la primera asignación directa? Que la refinería no se licite. Otra y mayúscula. Se cree el dueño de México. El NAIM puede convertirse en un monumento de concreto, muy concreto, a la estolidez. Por dar juego a todos, y hay varios incendios: NAIM, Conacyt, foros de pacificación kaputt, violencia de la CNTE en los educativos, revuelta de burócratas con prejubilaciones en el Banxico, Hacienda y otros, controladores aéreos amenazando con huelga, militares molestos, etcétera. El mundo observa la piromanía del futuro gobierno. Es suicida.
Si continúan con la mecánica incendiaria —indefinición en el sector energético, veto a la inversión privada en tratamiento de agua potable, modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial— “una sacudida (sic) dice Monreal”, censo partidario para los programas sociales, sublevación ante la guillotina generalizada para los salarios, despido de dos mil empleados del Senado —¿de dónde saldrán sus liquidaciones, acaso de los fondos de pensiones?—; el fuego terminará dominando y devorando todo. Hay más, desaparición del Estado Mayor Presidencial por decreto, brincando así normatividades internas e internacionales como la Convención sobre Misiones Especiales firmada por México ante la ONU. Nuevas “Brigadas de la Policía Militar” se harán cargo de la seguridad de los jefes de Estado extranjeros en la toma de posesión. Estamos obligados por esa Convención a darla. ¡Vaya responsabilidad! Destrucción de la experiencia y apuesta a lo inexistente. Mientras, aquí digerimos la tajante y superficial negativa de AMLO al uso de la técnica de extracción llamada fracking, y la Sener muestra que las metas de producción planteadas son imposibles sin ella, Estados Unidos anuncia que duplicará sus exportaciones de crudo basadas en… el fracking.
Llevamos 100 días de locura. Es sólo el inicio.