Pescadores tuxpeños del “Black Fin” dados por muertos a dos años de naufragio

   

 



Por Inés García Nieto

 


Este viernes 11 de enero de 2013, se cumplen dos años del naufragio del barco atunero “Aleta Negra”, propiedad de la empresa K&B Tuna SA de CV, con seis tripulantes a bordo.

 


Este año, a diferencia del 2012, cinco viudas y una madre ya no se darán cita en el muelle de atraque de los barcos atuneros y camaroneros ubicado a la orilla del caudaloso río Tuxpan, frente al poblado La Peñita, sino que cada quien los recordará en la intimidad de su hogar, pues la mayoría de ellas trabaja en casas para sacar adelante a sus hijos.  


 

De ello habla Dulce Cueto, viuda de Raúl Nicanor Reyes:

 


Desde hace medio año, casi siete meses, las viudas dejamos de vernos en los pasillos del Ayuntamiento de Tuxpan, porque no ha habido dinero para las becas de nuestros hijos, ni para  la ayuda económica que el presidente Alberto Silva nos estuvo dando. Solo algunas veces nos encontramos en las oficinas de la empresa atunera, donde cada mes recibimos un recurso económico, que aunque seguro, es insuficiente para solventar alimentación, pasajes, útiles escolares, pago de renta y luz, y  compra de gas, que cada mes sube.

 


El capitán de puerto nos dijo que la ley estipula dos años para que a los marinos en naufragio sean dados por muertos, y entonces el MSS nos deberá dar una pensión. Aún no sabemos cuál será el monto de esta pensión, y qué autoridad se encargará de representarnos.


 

¿Y cobrarán algún seguro de vida, aparte de la pensión? 


 

No,  ellos a pesar de haber tenido una actividad de mucho peligro, nunca tuvieron seguro de vida.


 

¿Tuvieron algún abogado que les ayudara con algún trámite, algún apoyo de Derechos Humanos? 

No, por nuestra condición de madres sin padre, de tener que trabajar en lo que se pudiera, de cuidar a los hijos, no podíamos darnos el lujo de contratar a un abogado que nos representara, y cuando yo fui a las oficinas de Derechos Humanos en Tuxpan para que nos orientaran, una señorita me dijo que fuéramos a Capitanía de Puerto. Salí igual que como llegué…


 

¿Entonces el no verse en el Palacio Municipal para cobrar el apoyo económico otorgado en todo 2011 y medio de 2012, dejó que ustedes se vieran para planear cosas como el aniversario del naufragio de sus esposos?     


       

 Sí, eso pasó, dejamos de vernos al no haber dinero para nosotras, y pues había que buscar más ingresos para los chamacos, ellos piden de comer, necesitan zapatos y útiles escolares  y no saben si uno tiene o no dinero. Hay que sacarlos adelante.  


 

¿Hay que sacar a flote a los hijos?


 

Pues sí, quien más-, responde la viuda de 35 años, quien menciona que en todo este tiempo ha soñado dos veces que su esposo llega a su casa, y ella le pregunta si está vivo, si está bien. Lo ve mirarla, caminar por el pequeño cuarto que renta en Santiago de la Peña, los ve observar a sus hijos que duermen, y después ella ve como la recia figura se desvanece sin que ella lo pueda tocar, abrazar, llorar en sus hombros y reclamarle porqué los abandonó, que ella y sus hijos lo extrañan, lo necesitan.

 


Dulce ¿ustedes tuvieron algún apoyo psicológico después de este drama? No, ninguno, ni tampoco tuvimos tiempo para buscar ese apoyo. Toda nuestra energía se consumió viendo el río, esperando verlos llegar en otro barco. Esperando que alguna autoridad nos dijera que había rastro de ellos en el mar. Esperando una buena noticia, un milagro, pero nada. Un día dejamos de ir al muelle y hace un año se colocó una placa con sus nombres. Ahí estuvimos las viudas, nuestros hijos, nuestra familia  y los padres del joven biólogo que también pereció, Álvaro Melchor Barrio.


 

Dulce, madre de cuatro hijos de 17, 14, 7 y cinco años, perdió la esperanza de que Raúl Nicanor Reyes esté con vida. También la perdió Carmela Hernández, Eugenia Hernández, Margarita y Celia.

 


Y este viernes 2013, apoyadas por suegras, cuñados y hermanos, las viudas de los pescadores del barco atunero “Black Fin”, rezaran por el descanso de Hugo Morales Hernández, Rutilo Fuentes González, Miguel Enrique Cruz Sánchez,  Alexander Carballo Calixto, Raúl Nicanor Reyes y Álvaro Melchor Barrios.

 


Hoy a diferencia de enero de 2011, el sol ha aparecido en el cielo, no hay vientos huracanados, y por separado las mujeres expresan su angustia ante lo incierto de su futuro diciendo:


 

-No sabemos qué viene, solas no hemos podido hacer nada, solo trabajar porque los hijos están creciendo y deben seguir estudiando.

 


La trágica fecha del 11 de enero de 2011

 


De cara al río, punto de atraque de la flota atunera de este puerto, cinco mujeres piden con urgencia que la Secretaría de Marina intensifique la búsqueda de sus esposos, desaparecidos el 11 de enero en profundas aguas del Golfo de México, en los límites con Estados Unidos.



Sus cuerpos están cansado ante la espera sin fin y sus ojos se ven hinchados por el llanto y el desvelo, pero la esperanza las mantiene de pie mirando la corriente del caudaloso río que el 4 de enero permitió la salida del barco “Black Fin”, donde ellos salieron a pescar atún al mando de Hugo Morales Hernández,  de 37 años.



La tarde del 11 de enero de 2011, los fuertes vientos del norte del frente frío número 20 produjeron olas de más de 10 metros de altura, colapsando el sistema náutico de una embarcación atunera procedente de Tuxpan.

 


Con 17 años de experiencia como capitán de barco, Hugo Morales alcanzó a enviar una llamada de auxilio a las embarcaciones cercanas, y lo último que el atunero “Aleta Amarilla” escuchó es que se estaban yendo “a pique”.

 


Es posible que el  “Aleta Negra” haya dado vuelta al haber sido golpeado por una ola atravesada, y pese a la experiencia del capitán, las cosas a veces se salen de control ante la fuerza impredecible de la naturaleza, dice el hermano de Miguel Enrique, uno de seis pescadores tuxpeños desaparecidos.

 


Los pescadores viven endeudados y carecen de aguinaldo.

 

Un hombre que su vida entera la dedicó a la pesca, quien lamenta que las aguas del mar se hayan tragado a su padre y a su hermano hace 29 años en el barco “Tecolutla”, dice sacando a flote el  dolor de su alma: En altamar uno se enfrenta a montañas de agua, pero la necesidad del hombre sin empleo, es mayor a todos los peligros que esta actividad ofrece.

 


Luis Castillo es su nombre y desde el 11 de enero de 2011 se da tiempo para acompañar a las  esposas de Hugo Morales Hernández, Rutilo Fuentes González, Miguel Cruz Sánchez,  Alexander Carballo Calixto, Raúl Nicanor Reyes,  y a los padres del joven biólogo,  Álvaro Melchor Barrios, tripulación del navío desaparecido, quienes en el muelle esperan noticias recientes de Capitanía de Puertos o el sector naval.

 


Este hombre de 60 años, acompañado de otros hombres de mar, refirió que Alexander y Enrique acaban de regresar de Estados Unidos donde habían laborado varios años. Alexander oriundo de Potrero del Llano, trabajó como agricultor en Carolina del Norte. Miguel Enrique también había llegado a Tuxpan para pasar la navidad con su familia, pues tenía varios años trabajando como soldador en Georgia. Ambos analizaban la posibilidad de regresar a Estados Unidos, pero como las condiciones para los inmigrantes están muy difíciles, ellos decidieron emplearse por unos días como marinos en el barco atunero este trágico enero.


 

Ellos habían decido emigrar como ilegales, dijo su conocido, porque en México la situación económica está muy difícil. Los hombres de mar viven endrogados, y al desempleado no hay quien los ayude. Mientras que en Estados Unidos un desempleado es ayudado por el gobierno con la entrega de alimentos básicos cada mes, en México cada quien sobrevive como puede.

 

 

En México, dicen los familiares de los náufragos, ni gobierno ni empresarios dan nada a los hombres que en el trabajo entregan toda su fuerza de trabajo, y menos en los barcos. Los marinos de barcos pesqueros no saben de vacaciones, aguinaldo ni nada de nada.

 


Y respecto a la posibilidad de que los seis hombres del barco atunero estén con vida, los hombres presentes dicen.- Un capitán tiene la experiencia suficiente para  cruzar un temporal de norte y guarecerse en un lugar cercano, pero debido a la lejanía de la costa -500 kilómetros al este de Matamoros, Tamaulipas-, este posibilidad disminuye quedando las opciones de que hayan logrado salir del barco en la lancha de emergencia o el fuerte viento haya volteado la embarcación hundiéndola totalmente, quedando los pescadores atrapados en su vientre.

 


Eugenia, esposa del capitán aún espera el pago de diciembre.

 

Eugenia Hernández Aquino, esposa del capital del barco hundido dijo que Hugo siempre ha trabajado en el mar y muchas veces ha enfrentado la fuerza del viento haciendo que él y la tripulación se acuesten en el suelo para no caerse, por lo bravo del temporal.

 

 

Padre de tres niños de 12, 8 y un año, Hugo Morales Hernández no recibió el salario de su penúltima salida al mar de diciembre porque la pesca fue mala, y por ello volvió a embarcarse el 4 de enero. A la fecha Eugenia no ha recibido ningún pago de parte de los dueños del barco, y dice que la navidad y el año nuevo lo celebraron como Dios les ayudó, pero por lo menos estuvieron juntos.

 


Hijo de agricultores de Higueral, Hugo Morales ha trabajado en barcos atuneros ganando a veces bien y a veces nada, según la captura, y en este momento Eugenia solo pide que su esposo aparezca. Ella cree que su esposo está bien, y como dicen los familiares de los náufragos desaparecidos: La esperanza muere al último.

 



SEMAR continúa búsqueda y rescate del barco “Black Fin”.


La hermana de otro tripulante que habla a distancia con el representante de los empresarios atuneros, Alejandro Mancha, señala que mientras Capitanía de Puertos les  asegura que barcos de la Secretaria de Marina y un guardacostas de Estados Unidos están monitoreando el área del siniestro, ella dice que familiares en Miami le informaron que la guardia costera buscó únicamente el miércoles y el jueves, y que EU necesitaba autorización del gobierno de México para sobrevolar en aguas mexicanas.

 


Alejandro Mancha, representante de la empresa K&B Tuna bajó a hablar con los familiares de los náufragos, cuando los representantes del alcalde Alberto Silva Ramos, Enrique Rodríguez y el biólogo Henri Márquez Escudero, acudieron a refrendarles su apoyo al muelle.

 


Alejandro Mancha aseguró el domingo a las 2 de la tarde que a la búsqueda de la tripulación se han unido embarcaciones pesqueras de Yucatán y Campeche, y que la SEMAR está realizando la misma operación con la patrulla oceánica Veracruz.

 


Las angustiadas madres dijeron que el sector naval les informó que la Secretaría de Marina continúa realizando operaciones de búsqueda y rescate del barco “Black Fin” propiedad de K&B Tuna SA de CV administrado por José Bisteni, y que la patrulla oceánica Veracruz está en comunicación constante con la oficinas centrales de SEMAR para que en el momento en que haya un indicio de la embarcación o la tripulación, los familiares sean notificados de inmediato.


 

Capitanía de Puerto: Guardia Costera de Estados Unidos apoya búsqueda.


El capital de puerto de Tuxpan, capitán Gasmar Cime Escobedo, informó que el barco atunero desapareció el 11 de enero a las 17 horas en la posición geográfica Latitud N 24° 41.7 min. Longitud O 92° 21.0 min. A 270 millas náuticas al este del puerto de Matamoros – 500 kilómetros al este.

 


Dijo que el “Black Fin” salió el 4 de enero  Tuxpan a pescar atún y la llamada de auxilio fue captada por el barco Escorpión, quien acudió en su auxilio.

 


El viernes 14 aseguró el funcionario federal que diez barcos buscan al “Aleta negra” siendo dos son de la Armada de México y que el viernes se unió a la búsqueda una avioneta de la Guardia Costera de los Estados Unidos.



La capacidad de la embarcación hundida hace seis días es de 98.2 toneladas siendo su matrícula 3001544323-1, y según el boletín de la SCT, en altamar se encontraron enseres domésticos del barco atunero, no así los chalecos ni la balsa de emergencia.



El capitán Gasmar Cime Escobedo indicó que la flota atunera en Tuxpan está compuesta por 14 barcos, y agregó que las embarcaciones están en buenas condiciones por lo que atribuye como causa del naufragio el mal tiempo imperante ese día.


 

Capitanía de Puerto emitió un  Aviso de Emergencia Marítima a la SCT el mismo 11 de enero, por el hundimiento de una embarcación pesquera.

 

 

Finalmente, las esposas, madres y hermanas de los seis pescadores del barco atunero, aseguran que la embarcación en la que iban sus familiares era muy  chica, que no del tamaño de los que el domingo se ven en el muelle de atraque.

 


Pese a que el frio y el viento del norte de estos días de enero han sido intensos, las mujeres mantienen viva la esperanza de que los pescadores estén con vida, pues el hecho de no aparecer los chalecos salvavidas y la lancha de rescate es una señal de aliento para ellas y sus familias.


 

Empresarios Atuneros no dejarán desamparados a familias de pescadores


 

Los empresarios atuneros no dejarán desamparadas a las familias de los seis pescadores desaparecidos en aguas del Golfo de México el martes 11 de enero, declaró en el puerto de Tuxpan Veracruz, un representante de la sociedad K&B Tuna SA DE CV.



El hombre autorizado por los empresarios atuneros para dar información pero quien pidió se omitiera su nombre, indicó que la búsqueda de  los seis tripulantes del barco “Blackfin” continúa en aguas del Golfo de México, y en ella participan elementos de  la Secretaría de Marina, el guardacostas de Estados Unidos, y  pescadores de atún al servicio de esta empresa.


Precisa:


K&B Tuna tiene contacto con el área de Control Marítimo de la SEMAR. Marina  asegura que la búsqueda se ha intensificado, y que esta no se va a suspender, pero a 15 días de monitoreo no se ha avistado ningún objeto, ni nada que nos haga suponer nuevas rutas o perímetros de búsqueda.


Respecto al área de pequeños islotes y arrecifes que mencionan las esposas de los pescadores ¿se ha buscado ahí?

 


Es una zona arrecifal ubicada al centro del Golfo llamada Triángulos. Es una serie de arrecifes en donde existe un faro que está fuera de funcionamiento, y la empresa mandó una lancha de 15 pies para recorrer la parte este y oeste de la zona, e incluso fue al área de cayo Arenas, ubicada al noreste de Triángulos. Tenemos la esperanza de hallar algo, dado que al tercer día del hundimiento encontramos un termo del “Aleta Negra” a 60 millas al sur.

 


El rastreo en esa área se hizo en dos días, y posteriormente los pescadores volvieron a sus actividades al barco de K&B Tuna, que hasta el 11 de enero era dueño de cinco embarcaciones atuneros.



La empresa asegura que en más de 20 años jamás había sufrido un percance de esa naturaleza, y que el hundimiento y desaparición del “Blackfin” se registró debido al mal tiempo del frente frío número 20 que provocó la formación de olas gigantescas, según comentarios de los varios capitanes que en la zona del hundimiento estaban el 11 de enero.



La tarde de la tormenta


·   La familia recibirá una pensión por parte del IMSS y el servicio médico. Aclaramos que la empresa va apoyar a las familias, no las vamos a dejar desamparadas. Los socios están preocupados por los hijos, madres y esposas y vamos a apoyarlas; que no quede la menor duda. Por parte del municipio Alberto Silva ofreció becas para los hijos de los pescadores, y el miércoles se hará el censo de los tripulantes para hacer una especie de ficha y entregarla lo antes posible al Municipio.


¿Cuál será el monto de las becas, lo sabe?



Cada familia es una realidad diferente, depende en qué escuela se encuentren los niños, el pasaje, la distancia. Todo se analizará familia por familia. Por parte de la empresa vamos a analizar cada caso, y vamos apoyar a las familias para que traten de hacer su vida normal porque esta es una tragedia muy lamentable. Muchas veces pensamos que los barcos no se hunden, que los aviones no se caen, pero esas cosas suceden, y el hundimiento del “Blackfin” cimbró al gremio pesquero de Tuxpan.


¿Tendrá grabado lo último que se dijo en el barco hundido?


Negativo. Este tipo de barcos usan radio banda lateral, que tiene gran alcance. Su frecuencia es la misma que utilizan todos los barcos atuneros de Tuxpan, y el llamado de auxilio debió ser escuchado en todas las embarcaciones que estaban en el Golfo de México. El llamado fue escuchado por el “Blue kin” el “Intrépido” y el “Escorpio”. Aclaro que el día 12 se sumaron a la búsqueda más de diez barcos atuneros, quienes fueron los que encontraron objetos flotando cerca del área.

 


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