La belleza artística descubre el alma de las cosas: “Las razones del corazón”, hurga la verdad de las cosas, escarba la realidad, muestra la costra de la herida existencial: Alicia Garcíadiego
Las razones del corazón- película dirigida por Arturo Ripstein y proyectada el sábado 24 de marzo en Tuxpan como arranque de la 35 Muestra Internacional del Cine en el estado de Veracruz-, es comentada por su autora, la guionista Alicia Garcíadiego:
Es una revisión de la novela “Madame Bovari” de Flaubert. La historia está concentrada en los últimos dos días de la vida de Emilia, y lo que planteo es acercar a este personaje femenino a la vida de las mujeres de hoy – una mujer que vive con las preocupaciones actuales-, así como rescatar la figura del marido que está muy olvidado en las mil adaptaciones que de la obra existen, porque yo creo quem él fue un hombre muy generoso y encantador.
Sobre el filme en blanco y negro, Alicia García Diego explica:
Es porque la época de oro del melodrama es en blanco y negro, como la vida misma; y el contraste entre ambos colores sirve muchísimo para contar ese tipo de historias: el mundo es más grande que la realidad cuando lo describimos en blanco y negro en la pantalla.
Por otro lado, la película muestra la vida tan compleja de esta mujer, muestra una vida de completa insatisfacción con el marido, el amante, la madre, la hija y la vida misma. A esta historia, donde toco el tema de la eutanasia, doy una vuelta enorme tras el suicidio de ella…
¿Haría guión para telenovela se le pregunta a la mexicana con enormes raíces en el estado de Veracruz?
No lo haría porque significa esclavizarme dos años, porque estoy acostumbrada a trabajar con absoluta autonomía, y en las telenovelas el autor esta está sujeto al productor, al rating, a la actriz y sus ocurrencias, además por las historias tan crudas que escribo, las televisoras quebrarían conmigo.
La guionista afirma que en México hay mucho talento artístico-literario, sólo que muy pocas oportunidades para que estos valores muestren su obra.
Los talentos de México, que son muchos, solo necesitan un golpe de suerte para mostrar su gran calidad. Creo que la suerte cuenta mucho para que el trabajo de un artista sea valorado en su real dimensión, y aprovechado en la producción.
¿Cómo nació Razones del Corazón?
Surgió de una conversación con una amiga mucho muy joven. Ella y yo reflexionábamos sobre la imposibilidad amorosa después de ver una película que abordaba el tema del amor, algo así como “Memorias fugaces del eterno resplandor”, y charlando le dije que me gustaba mucho la novela de Madame Bovari, pero me desagradaba el personaje femenino porque es intolerable, frívola, vacua, tonta, aunque comete los errores de todas las mujeres cometemos, generalizando por supuesto, ella es una mujer del siglo XIX que tiene algodón en la cabeza. Después de esa plática me dije: me gustaría actualizar el personaje y mostrarla accesible a las mujeres de hoy.
Me propuse adaptar la novela clásica, reduje el escrito a los últimos dos días de vida del personaje y encerré a la mujer como un animal de laboratorio para ver qué pasa por su corazón…esto me hizo viajar por ese corazón, por eso cito a Pascal que dice: El corazón tiene razones que la razón no entiende.
Este guión lo hice en dos meses, dice, toda una vida. Escribo diario, me gusta, me tranquiliza escribir. La escritura es mi tafil, aunque hay películas que las he escrito en diez días. Mi trabajo no solo depende de mí de mi inspiración, depende de Dios, porque así como una obra sale como un borbotón que viene bien desde un principio, hay guiones que debo trabajar más.
¿Alguna vez pensó que su vida estaría dedicada a hacer guiones de películas?
Yo estudié Letras porque quería escribir, y mi primer empleo fue escribir comics y yo nunca había leído comics, pero la SEP estaba haciendo una serie sobre la historia de México, y como yo estudie Historia de América Latina, me llamaron para escribir las historias de los comics. Después pasé a radio Educación y a la televisión cultural. Conocí a Ripstein y me ofreció hacer mi primera película y desde entonces he hecho 14.
De Arturo Ripstein comenta:
Es un hombre muy riguroso en el sentido de saber exactamente lo que quiere, cómo lo quiere, y no descansa hasta que película refleja lo que él cree que debe ser, y hasta que la toma y la secuencia no tienen el tono y el matiz que él piensa. Es un hombre de una enorme elegancia, sus películas son de una enorme elegancia y elegancia es la menos cantidad de pasos para llegar del punto a al b. Las películas del Ripstein tienen un trazo muy limpio. ¿Y eso qué importa cuándo veo una película? te puedes preguntar. Si importa porque eso se traduce en belleza, y la belleza es un valor que despreciamos, creemos que no importa, que no la vemos, sin embargo es lo que nos llena el corazón, y a través de la belleza artística descubrimos el alma de las cosas.
Sobre la obra de los famosos del cine, opina.
Hay modas, hay épocas para que los creadores sean reconocidos. Por ejemplo Fellini saltó a la fama con la película La Estrada, y hoy es una de las más olvidadas. ¿La gente por qué recuerda a Fellini? Por 8. 5, cuando en su momento los espectadores decían: no entendí esa película, es una biografía ególatra de Fellini… Entonces entiendo que todo es relativo, que el éxito es fugas, que llega y se va, y eso le pasa a todos, a todos por igual.
¿Eso duele? Se le vuelve a preguntar.
Yo creo que saberlo ayuda. Recuerdo a Roberto Gavaldón, que en su momento fue el cineasta más importante de México, y pregunte ahora quién sabe de él, quien recuerda una de sus películas? —
¿A usted que película la influyó?
Tenía alrededor de dos años cuando vi la película “Shane” de Alan La, una película western. Mi tío pensaba que estaba fingiendo al llorar después de ver la cinta y efectivamente estaba llorando. A “Shane” le debo haber aprendido a ver cine sin ver los subtítulos ya que no sabía leer a esa edad. Con esa película aprendí a leer cine, a leer lo que cuentan las imágenes, y la película que me hizo entender que el cine es un arte, es “Rob y sus hermanos”, un filme de Visconti. Tenía buen gusto desde chiquita.
¿Cuál es su propósito como guionista?
A lo largo de mis películas he tratado de ser muy descarnada en la visión del mundo que presentó, ya sea en comedia o melodrama.
¿Qué la lleva a esto?
Mi manera de ser, gusto, herencia familiar, las tres cosas juntas. Creo que el arte tiene que hurgar detrás de la verdad de las cosas, y hurgar, escarbar en la realidad es doloroso, por eso me propongo mostrar la costra de la herida.
¿Qué influencia tiene al respecto?
Como guionista Tonino Guerra, siempre mu gustó muchísimo el cine italiano, no tanto de la posguerra que me gusta mucho, sino de los años 60, 70, que es un cine descarnado, duro, con mucho humor, y me encantaría un día hacer algo parecido.
¿Es difícil ser guionista?
Lo es. Aparentemente es fácil porque la gente sabe poco de esto, en el mejor de los casos cree que es poner los diálogos, pero un guion te pide construir una historia, igual que en la novela y el cuento. En guión debes elegir qué contar y lo más importante, cómo contarlo, y es difícil transponer palabras a imágenes…hay que tener los dos anclajes: cómo contar cuetos, que viene de la literatura y cómo trasponerlo en imágenes, que viene del cine y la cinefilia.
Este guión lo hice en dos meses, dice, toda una vida. Escribo diario, me gusta, me tranquiliza escribir. La escritura es mi tafil…aunque hay películas que las he escrito en diez días. Mi trabajo no solo depende de mí, depende de Dios, porque así como una obra sale como un borbotón que viene bien desde un principio, y hay guiones que hay que trabajarlos más.
¿Cuál es su sueño como mexicana, como mujer?
Como mexicana vivir la época de mi infancia donde el ambiente era más tranquilo. Como mujer que mis hijas y mis nietas sean felices…a cierta edad los sueños ya no importan tanto, lo que importa son los sueños pasados, lo que me hizo soñar en hacer una película, lo que me hizo creer que debía hacer algo porque era importante… Esa es una respuesta que doy a estas alturas de mi vida donde he dedicado 27 años al cine.
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