Con su aspecto a la vez aterrador y tierno, con una de las voces más potentes del rock y con uno de los discos más vendidos de la historia. La imponente presencia de Meat Loaf se ha derrumbado definitivamente. En octubre de 2021, el cantante estadounidense afirmaba, en una entrevista con la web Ultimate Classic Rock, que estaba “lleno de proyectos y preparando un disco para 2022”. Pero no ha podido ser. “Sabemos cuánto significó para muchos y realmente apreciamos todo el amor y el apoyo en este momento de dolor por la pérdida de un artista tan inspirador y un hombre tan maravilloso”, ha dicho la familia de Meat Loaf en un comunicado que no especifica la causa de su muerte. “Desde su corazón hasta vuestras almas… ¡nunca dejéis de rockear!”, se añade en el escrito. Su nombre real era Marvin Lee Aday y había nacido hacía 74 años en Dallas, Texas.
En seis décadas, Loaf vendió unos 100 millones de álbumes en todo el mundo y apareció en unas 50 películas, entre ellas El club de la lucha, The Rocky Horror Picture Show o Wayne’s World: ¡Qué desparrame!. Pero Meat Loaf siempre será recordado por su álbum de debut, Bat Out of Hell, publicado en 1977 y que se encuentra en el puesto número cuatro de la lista de los más vendidos (el primero es Thriller, de Michael Jackson) con 45 millones de unidades despachadas. Este trabajo está compuesto y producido junto a Jim Steinman, fallecido el 19 de abril de 2021. A este disco le siguieron las secuelas Bat Out of Hell II: Back into Hell (1993) y Bat Out of Hell III: The Monster Is Loose (2006). Se trata de la trilogía que más discos ha vendido en el rock.
“No soy una estrella del rock”, decía en cada entrevista el cantante. Pero sí lo fue, aunque bastante atípica. Exhibía una envergadura considerable, alejada de los estilizados cuerpos de rockeros como David Bowie o Mick Jagger. Su apodo (Meat Loaf, Trozo de carne, o Pastel de carne) se lo puso uno de sus profesores de deporte cuando ya vivía en Los Ángeles. Además, su potente voz, casi operística, no casaba con los tonos agresivos y chulescos que se estilaban en el rock de los setenta.
Marvin Lee Aday no tuvo una infancia plácida. Prácticamente se crio con su madre, ya que su padre desarrolló un alcoholismo que le mantuvo muchas temporadas ausente. La vida del músico sufrió un colapso cuando murió su madre siendo él aún muy joven. Fue cuando decidió trasladarse de Texas a Los Ángeles y probar sus aptitudes para la música y la interpretación. Aunque formó alguna banda que ejerció de telonera de Van Morrison o The Who, su primer contacto comercial fue cuando grabó en 1971 un disco a dúo con Shaun Stoney Murphy. Tuvo cierto éxito, pero la discográfica decidió prescindir de él.
Fue cuando se lanzó a probar la interpretación en musicales. Tenía una presencia avasalladora y una voz perfecta para el teatro musical. Primero se enroló en Hair y ya en 1973 se integró en el reparto del musical The Rocky Horror Picture Show. Esto le permitió participar en 1975 en la película del mismo título, donde interpretó a un repartidor salvaje que canta la canción Hot Patootie. El filme, dirigido por Jim Sharman, se ha convertido con los años en uno de los musicales más populares del cine.
Paralelamente, el músico y actor preparaba junto a Steinman Bat Out of Hell. Se trataba de una obra ambiciosa de siete canciones basadas en parte en el mito de Peter Pan. En el disco sonaban rock duro, baladas y rock and roll ligero. Y mucho protagonismo de la excesiva voz de Loaf. La grabación fue rechazada por muchas compañías discográficas hasta que lo decidió editar una en parte gracias a la intermediación del músico Todd Rundgren, que también se encargó de la producción y las guitarras. El disco fue fulminado por un sector de la crítica, que lo consideraba casi como una copia de Bruce Springsteen en musical de Broadway. Dio igual: el álbum fue un éxito de ventas.
Loafse convirtió en uno de los cantantes mejor pagados del negocio. Pero comenzaron los problemas en la cima. El músico se peleó con su principal colaborador, Jim Steinman, y rompieron. Hasta cuatro años tardó en reaparecer discográficamente (Dead Ringer, 1981), demasiado tiempo para una época en la que las estrellas publicaban mínimo un trabajo anual. La década de los ochenta fue para él una decadencia en ventas y prestigio. El camino estaba claro: asociarse de nuevo con Steinman. Los dos se pusieron a trabajar en una segunda parte de su gran éxito de 1977. Publicaron Bat Out of Hell II: Back Into Hell en 1993. Y el milagro se produjo: Meat Loaf regresó a las listas de los más vendidos e incluso esta vez los críticos se deshicieron en elogios. En 2006 publicó la tercera y última parte de su trilogía, Bat Out of Hell III: The Monster Is Loose, esta vez con un triunfo más discreto.
Aunque editó discos puntualmente, seguramente era consciente de no volver a encontrar material para un nuevo éxito masivo. Loaf se centró en las actuaciones, siempre con la carga dramática y de rock necesarias. En los 2000 sufrió algunos desmayos en el escenario, el último en 2016. Se le diagnosticó Parkinson. Se casó dos veces (una en 1978 y otra en 2007) y tuvo una hija de su primer matrimonio.
Con Loaf se marcha uno de los rockeros más atípicos: por una trayectoria marcada desde el principio por un éxito arrollador, por unas primorosas condiciones vocales y por un estilo que ni es rock duro ni rock blando. Es Meat Loaf.