Mis anécdotas en la región Huasteca (parte 1)

 

Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo


Siempre que iniciaba una gira a cualquier parte del estado de Veracruz, éstas eran programadas de manera eficiente y profesional por el equipo del Comité Estatal del CIM. Y aquí hago un paréntesis, para ponderar el tipo y nivel de comité con el que tuve la suerte de trabajar en los años 4 años en que dirigí a las priistas veracruzanas.


Este equipo se fue puliendo cuidadosamente. En un principio, se recibieron recomendaciones, pero con el paso del tiempo, prevaleció la única que vale, ser mujeres de trabajo y resultados. Para mí era muy importante que éstas tuvieran: mucha calidad humana, ser muy femeninas, con honorable comportamiento e imagen pública, que fueran experimentadas en política (o tuvieran grandes deseos de aprender) y lo más importante, fueran absolutamente leales. Parecía imposible, pero no lo fue, conformamos un excelente equipo combinando todas estas cualidades.


Lo demás corría por mi cuenta, porque así como yo aprendía de ellas, también me obligaba a enseñarlas a trabajar con mi propio estilo, que incluía 4 aspectos básicos: a) mucho compromiso y trabajo (con poco dinero), es decir con más vocación que intereses de por medio, b) establecer un ambiente donde reinara la armonía y madurez entre nosotras, fuera de grillas e intrigas, c) ofrecer la mejor atención y respeto a todas las mujeres y líderes con las que tratábamos diariamente y d) darle los más altos y efectivos resultados al PRI Veracruz y al gobernador en turno. Y les decía: los proyectos personales vendrán por añadidura, si se dan bien, sino tendremos la satisfacción de habernos ganado cientos y miles de amigas veracruzanas. Esa era la misión.


Tenía una Secretaria de Organización de lujo, Dolores Palafox de Remes, expresidenta municipal de Rio Blanco, que junto con Silvana Gaya de Bouzas como secretaria particular (de las mejores familias de Gutiérrez Zamora), con María del Carmen Peredo, secretaria ejecutiva (quien ya había trabajado conmigo desde mis cargos en la UV), con Irma Reyes Palomino, valiosa mujer de extracción campesina quien ya había sido Presidenta de Coxquihui, Papantla, con las representantes de los sectores de las que destaco a Bertha Baizabal y Ana María González (Obrero y popular respectivamente); con la Prof. Judith Roldán, mujer muy valiosa y experimentada en política y en aspectos de locución y redacción (por cierto mamá del actual líder de la sección 32 del SNTE Juan Nicolás Callejas Roldán), la Dra. Liliana Urdapilleta, las organizaciones adheridas al CIM y mis dos choferes (en diferentes momentos) Don Pepe y Don Lalo Grijalva, llevábamos a cuesta, esa importante responsabilidad que nos había concedido el partido.


Y con un presupuesto de 25 mil pesos al mes, que en 4 años me lo subieron a 40 mil, alcanzaba para pagar (muy poquito) a todos y todavía me quedaba para apoyar a algunas compañeras que nos pedían ayuda para camiones o comida en sus estancias en Xalapa. Por eso mi amigo Mario Tejeda, que era el Tesorero del partido en su momento, que veía los milagros que hacíamos para que alcanzara el dinero, me decía: Zaidita, no sé cómo le haces, pero trabajas más que cualquier sector y es tu organización la que menos presupuesto tiene. Los viáticos eran por separado, yo los pedía a la tesorería del PRI, pero respaldados con documentos de gira, perfectamente especificados y costos desglosados, ayudándome además con mis propios recursos y metiendo a la friega mis vehículos.


Las giras también eran respaldadas organizativamente, por mis coordinadoras regionales y distritales, siendo de la zona norte 1: Doña Imelda Solís de Robles (qepd), mujer cerroazuluense de mucho “colmillo”, que controlaba los distritos de: Pánuco, Chicontepec (sierra), Chicontepec cabeceras (que incluía Tantoyuca) y Álamo. En la norte 2, la Profra. Agrícola Cabrera de Rueda, muy buena operadora, con los distritos de: Tuxpan, Poza Rica y Papantla.


Pero como dice la canción: para hablar de la huasteca hay que haber nacido allá”… así que para mí el viajar por la región norveracruzana, donde nacieron mis antepasados y su servidora,  fue y sigue siendo un placer y un privilegio y me gusta describir las razones de porque me siento orgullosa de esa región.


La región huasteca nace desde el rio cazones hasta el Tamesí. Su clima es cálido, aunque depende de si se trata de la Huasteca alta o baja. La huasteca baja, nace desde Poza Rica-Plan de Ayala (Tihuatlan) que se ubican en ambas riberas del Río Cazones y termina en Álamo. La huasteca alta, nace en Tuxpan y llega hasta Pánuco.


Por lo tanto si se avanza por carretera saliendo de Poza Rica hacia el norte,  a pie de camino, se empiezan a observar ya las extensas regiones cultivadas por naranjales del municipio de Tihuatlan, famoso también por su fabricación de muebles y actividad ganadera. Y continuando la ruta hacia el distrito de Álamo, kilómetros adelante está la desviación hacia Castillo de Teayo. Ahí se encuentra una zona arqueológica que data del Periodo Posclásico Tardío, 1200 a 1521 d.c., que a diferencia de otras, ésta tiene la característica de que su monumento más importante, La Pirámide, compuesta por dos elementos arquitectónicos; el Basamento Piramidal y el Cuarto o Habitación dedicado al templo que se encuentra en la parte superior de la misma, está situada en pleno Parque o Plaza principal del lugar; es decir, el pueblo se edificó alrededor de ese monumento prehispánico.


Pero continuando por carretera a unos 20 kilómetros más adelante, está el municipio de Álamo, lugar cuyo movimiento comercial de cítricos es muy importante, así como de miel. Y ya desde ahí se encuentran con los contrastes de llanos, lomeríos y montañas. En esa zona, tuve dirigentes femeniles municipales de alto valor, que cuando fueron nombradas en sus asambleas, costaron sus elecciones “sangre, sudor y lágrimas”. Por Tihuatlan, Antonia Méndez Pulido; Álamo, Gildarda Romero Ángeles, Castillo de Teayo, Bertha Caballero Rocha.


Pero siguiendo por los caminos, saliendo de Álamo hay un entronque, en que puede uno incorporarse a los que llevan hacia la sierra que toca los municipios de Ixhuatlán de Madero, Benito Juárez, y más arriba Zacualpan, Tlachichilco, Texcatepec, Zontecomatlan, etc.,  hasta llegar a Huayacocotla. Hoy los caminos ya son accesibles, pero antes eran intransitables, por eso se dificultaba en algunas partes llegar a ellos, en un solo día. Sin embargo hasta allá íbamos a nombrar a las mujeres, teniendo extraordinarias líderes en: Benito Juárez, Elizabeth Castañeda Villegas, Huayacocotla, Profra. Roció Barrera García; Ixhuatlán de Madero, Julieta Cabrera Castillo, Zacualpan, María de Jesús Lechuga Ibarra; Zontecomatlán, Elda Lara Fuentes y Chicontepec, Evelia Fuentes de Vidal.


Chicontepec, es un pueblo indígena de bellas tradiciones; ahí se ubican cuatro etnias principales que hablan las lenguas: Náhuatl, Otomí, Oña Ñu y Tepehua. Ahí los recibimientos eran extraordinarios, con el tradicional collar de flores y la corona, la recepción en la plaza principal y las danzas regionales y después del evento político, a probar la exquisita comida de la región, acompañada de gente muy cálida y hospitalaria.


En una ocasión que tenía que llegar hasta Ilamatlán, tuve que subir y pernoctar en Zontecomatlan, y me llevé la sorpresa de que existen actividades productivas de las mujeres de la sierra. Tenían un “Mesón”, muy sencillo, muy limpio y con todos los servicios que cualquier hotel puede tener (indispensable el agua caliente) y además bien atendido y administrado por un grupo de promotoras indígenas. Yo tuve la oportunidad de quedarme ahí, para seguir al otro día, hasta lo más escondido de la sierra de  Huayacocotla y estar presenté en un acto del CIM. Pero es bueno saber, que en esos lugares tan apartados, encuentras posada cómoda y con todo lo que necesitas para descansar y recuperar fuerzas para seguir el trabajo.  


Esas regiones, en época de lluvia y ciclones,  los  afluentes que nacen en la sierra son muy grandes y bajan con fuerza, causando serios problemas. La huasteca veracruzana está irrigada por varios ríos y lagunas entre los que destacan: el Rio Cazones, que nace en la sierra de Hidalgo y parte norte de Puebla; el Río Pantepec, que nace también en la sierra de Hidalgo, pasa por Álamo y después cambia de nombre para convertirse en Río Tuxpan. El Río Calabozo que se convierte en Moctezuma, que pasa por El Higo y se convierte en el Río Pánuco. Por eso los bajantes cargan volúmenes de agua muy abundantes y con fuertes corrientes que se salen de su cauce, arrastrando todo, dejando destrucción y en ocasiones muerte a su paso.


Pero también en las partes bajas está la Laguna de Tamiahua con su Barra de Corazones que lleva hacia el mar, con sus esteros y manglares que salen desde la barra de Tampamachoco en Tuxpan, las islas de Pájaros, El Ídolo o El Toro. Y si nos incorporamos al Arco costero por playa, llegamos a Cabo Rojo, dentro de la laguna, la Isla Juan A. Ramírez y frente al mar, la Isla de Lobos, donde se acostumbra el buceo y la pesca, pero  sólo se puede entrar con un permiso expedido por la Marina local.


Pero para poder operar la estructura en estos distritos tenía que apoyarme con las mejores coordinadoras distritales siendo las siguientes: Chicontepec cabeceras, Profra. Sara Castañeda Vera; Chicontepec (sierra de Huayacocotla),  Profra. Inés Yáñez Castillo; Álamo, Profra. Blanca Batalla Herbert (por cierto, las tres fueron Presidentas Municipales  en diferentes momentos). Por los distritos de Tuxpan, Poza Rica y Papantla: Lic. Leticia Ramírez Castorena, Lic. Adriana Gómez y Profra. Alejandra Santiago, respectivamente.


Por eso, cuando organizábamos las giras, sabíamos que nos llevaríamos de menos una semana para visitar a consciencia toda la región; especialmente cuando se trataba de reestructurar o supervisar el trabajo de los comités municipales del CIM-PRI.


En Tuxpan, distrito en el que nací y viví de niña, siempre tuve el respaldo de una gran dirigente municipal. Una líder natural muy querida, que por su carácter fuerte y capacidad de organización, el priismo Tuxpeño siempre contó con mujeres de todos los niveles sociales y económicos, ella era la Lic. Reyna Lladó, causante de esa integración, que posteriormente seria Presidenta del PRI municipal y que independientemente del parentesco que me une como hermana, siempre se ganó un lugar propio en la región a base de trabajo y entrega. El distrito tuvo también excelentes dirigentes municipales, en: Cerro Azul, con Imelda Robles Solís, Tamiahua, Ma. De la Paz Román Cruz; Tancoco, Eusebia Ramos Pérez y Cazones de Herrera, con la Profra. Rosa de Lima.


Con las mujeres tuxpeñas de la cabecera, tuvimos grandes y bellas experiencias. Ahí convivimos con grupos variados y diversos, por ejemplo: Mujeres de los medios de comunicación, con Nina Salguero o las damas Vicentinas con doña María Amelia Cobos de Moctezuma, igual con las mujeres esposas de ganaderos, las universitarias y las sencillas y valiosas mujeres de las colonias populares, etc.


Normalmente Tuxpan, era un lugar obligado a pernoctar, para salir muy temprano directo hasta la ciudad de Pánuco, por el camino hacia Tantoyuca.


Continuará en la próxima.    

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