Por Inés García
Antonio del Conde es leyenda e historia viva del acontecimiento que más ha influido en los cambios del mundo a partir de Latinoamérica: la revolución cubana que inmortalizó a personajes como Fidel Castro y Raúl su hermano, el “Che” Guevara , Camilo Cien Fuegos y Juan Almeida entre otros jóvenes que en 1956 a partir de la ayuda y el yate “Granma” que les consiguió El Cuate, conquistaron la inmortalidad como símbolos de las luchas libertarias.
Antonio del Conde estuvo en Tuxpan como lo ha estado desde hace 55 años en el aniversario de la epopeya del “Granma”. Él es un personaje de la historia de Tuxpan, de México de Latinoamérica y del mundo, él es el mexicano que ayudó a Fidel a iniciar la revolución Cubana desde este puerto huasteco. En la costa veracruzana hablan sus hijos, quienes dan testimonio de los grandes valores de su padre “Tati”como le llaman con respeto y aprecio.
…Mi padre fue de las personas contadas que aceptaron el reto de luchar por un ideal, de hacer una revolución… Él tomó esa decisión a los 27 años, y gracias a hombres como él, el mundo sigue siendo nuestro…Como no sabía de la trascendencia de su actividad política, decía que mi padre era panadero, porque lo veía hacer pasteles…Él tuvo y tiene un sueño, ese sueño se llama Cuba, la revolución socialista de Fidel… a pesar de haber pasado por tantos peligros El Cuate está bien, una vez se cayó en el mar Caribe cuando piloteaba un avión bimotor llevando armas a Cuba, y sobrevivió…
Es la primera vez que los hijos de Antonio del Conde acompañan al “Cuate” a Tuxpan a celebrar el 55 aniversario de la salida del yate “Granma” por Santiago de la Peña, con Fidel y Raúl Castro al frente, además de Ernesto “El Che” Guevara y decenas de jóvenes más, cuyo ideal era liberar a Cuba de la opresión económica, política y social en que se encontraba sumida con el poder sin límite de Fulgencio Batista.
Presentes en Tuxpan están Gerardo, Antonio, María Eugenia y Lourdes del Conde, y su yerno y compañero de aventuras, Carlos García. Ellos son hijos de Antonio del Conde y Paulina Pardo, y se trasladaron del norte y sur del país para acompañar a su padre en esta fecha tan importante para “El Cuate”, quien año con año visita su casa, que adquirió para Fidel Castro en el 56, lo que hoy es el Museo de la Amistad México-Cuba, en Santiago de la Peña, donde se encuentra este histórico inmueble.
María Eugenia, la cuarta hija de Antonio del Conde, es la primera en tomar la palabra para decir de su padre:
Antonio del Conde es Él en todas las circunstancia. Es auténtico, no es falso, no es hipócrita, dice lo que piensa y siente, no quiere hacerle la barba a nadie y no quiere quedar bien con nadie… solo con Fidel Castro a quien estima mucho…mi padre es una persona verídica, auténtica, honesta, sincera. Él no se guía por intereses o conveniencia, y ser auténtico es una cualidad que influye en todas las demás.
De niña, cuando no sabía del compromiso político de mi padre, cuando no sabía de la trascendencia de su trabajo en favor de un ideal, decía que mi padre era panadero porque era como lo veía, haciendo pasteles. En mi adolescencia, cuando vivimos juntos, siempre lo vi como amigo. Ahora es amigo de mi esposo, y lo sigo viendo como esa persona en quien se puede confiar. Nos identificamos en unas cosas y cuando tú logras esa identificación con una persona, te gusta estar con ella, compartes tus cosas más grandes y más pequeñas y eso es agradable…aparte que mis hijos tienen abuelo, y mi padre acaba de ir a conocer a su primer bisnieto de cuatro meses a Tecate, se llama David.
Lourdes del Conde, la séptima hija de Antonio del Conde dice:
Me siento muy orgullosa de mi padre porque él tuvo el valor y la decisión de volverse revolucionario. A parte de ser una fuente viva de la historia, él fue de las personas contadas que aceptó el reto de hacer algo trascendente en la vida, de luchar por un ideal. La decisión y la valentía por participar algo que te puede costar la vida son cualidades muy muy especiales, y mi papá tuvo esa determinación, eso lo hace grande para mí. Yo creo que esas cualidades vienen del alma, porque muchos podemos tener la conciencia de la injusticia, pero muy pocos nos atrevemos a participar en una revolución para que los demás vivan mejor, con dignidad y verdadera libertad.
Lourdes del Conde continúa:
Mi padre Antonio del Conde se definió como un hombre auténtico, y se atrevió a ser parte de una lucha social donde su vida estaba en riego, y no le importó correr esos riegos…a él no le importaron circunstancias ni consecuencias. Soy la más chica de sus hijos de su primer matrimonio y no tuve la oportunidad que tuvieron mis hermanos de disfrutarlo y conocerlo más de él, pero a mis 45 años he logrado comprender muchas de las cosas que hizo…realmente es un orgullo y un privilegio para mí poder decir que vengo de alguien que se atrevió a hacer lo que quiso, a hacer algo tan trascendente como una revolución. Él tomó la decisión más importante de su vida a los 27 años, y gracias a persona como él, el mundo sigue siendo nuestro.
Gerardo del Conde:
A lo largo de su vida ha enfrentado a la muerte muchas veces, pero cuando vio que yo me estaba muriendo en sus brazos la enfrentó una vez más. Recuerdo que siendo muy chico enfermé y en automático hizo lo que tenía que hacer para salvar mi vida. Estando yo muy mal me cubrió, me subió al auto y manejó como cafre. Rumbo al hospital más cercano se subió camellones, se pasó varios señalamientos de alto y en mi inconciencia recuerdo que le dije.-No te preocupes tati estoy bien.
Y algo que me hace pensar es que mientras que yo he trabado con todas mis fuerzas en 35 años para sacar adelante a mi familia, él lo ha hecho con todo su ser desde los 29 años, no por dinero o fama, sino por una causa justa, por un ideal que lo llevó a ser parte de los hombres que iban a hacer una revolución en un país hermano como lo es Cuba.
Reconozco que él tuvo y tiene un sueño, y ese sueño se llama Cuba, la revolución socialista de Fidel. Mientras yo me quebraba 48 horas haciendo balances para sacar adelante mi trabajo de contador, él se quebraba cuerpo y alma para hacer realidad un sueño.
Carlos, García:
Soy el único yerno de Antonio de Antonio, y es mi gran amigo. Creo que ha sido un hombre con mucha suerte porque a pesar de haber pasado por tantos peligros está bien. Me contó que una vez se cayó en el mar Caribe cuando piloteaba un avión bimotor llevando armas a Cuba, y salió con vida. Otra vez fue aprehendido en las costas norteamericanas al ser descubierto en una lancha al intentar llevar armas a Cuba, y estuvo preso un buen tiempo. El Cuate es un excelente amigo, y creo que saber ser amigo es una gran cualidad. Cuando sus hijos crecieron entendieron porque Antonio no estuvo con ellos en su niñez. Prueba de ello es este encuentro.
Antonio del Conde ha sido y es un hombre con mucho valor; es un hombre con muchos pantalones, y a lo mejor por la decisión que tomó en la vida de ser actor de la historia, de transformar con su vida esa historia, fracasó en su vida familiar, pero hoy sus hijos están con él y a su manera manifiestan estar orgullosos de él…Yo lo defino como aventurero y valiente…
Antonio recibió el sobrenombre de “El Cuate” por Fidel Castro en México, cuando del Conde aceptó, sin titubeos, sumarse a la lucha por la revolución de Cuba, en 1955.