AVC/Verónica Huerta
¡Ya que empiece! ¡Ya que empiece! Se oye un grito de una ciudadana, que bajo el sol y tras las vallas colocadas en la calle Enríquez, espera el desfile cívico militar del 16 de septiembre.
Esta vez, el gobernador Javier Duarte de Ochoa apreció el desfile desde el balcón de palacio de gobierno, como hace muchos años un Mandatario estatal no lo hacía.
En cada desfile, los gobernadores y su gabinete miran los desfiles desde un palco color blanco, con manteles y servicio de cafetería, esta vez, los servidores públicos no descenderán al nivel de calle, del pueblo, sino que se quedaran arriba, en su balcón de palacio, tal cuales emperadores.
Los primeros en salir al balcón desde palacio de gobierno fueron la directora de Atención a Migrantes, Claudia Ramón Perea, así como el secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso y a sus costados se acomodaron otros burócratas de la administración estatal.
A las 10:58 apareció en el balcón el gobernador Javier Duarte, acompañado por los Mandos de la Secretaría de Marina y Armada de México (Semar) la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) y la presidenta de la Mesa Directiva de la LXIII legislatura local, Octavia Ortega Arteaga.
Cuando el gobernador salió al balcón y el maestro de ceremonias lo anunció, el pueblo lo recibió con rechiflas y expresiones de burla «uuuuuhhhh».
También salió al balcón el presidente municipal, Américo Zúñiga Martínez, ahí solo permaneció por espacio de 20 minutos y se retiró para más tarde regresar, estaba al lado del secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado.
Con anterioridad, el presidente municipal y el gobernador llegaron juntos en la camioneta del Mandatario antes de las 09:00 horas al monumento de Don Miguel Hidalgo y Costilla para montar guardia de honor.
A las 11:00 horas en punto, el cabo de partes de la Sedena anunció que daba único el desfile cívico militar con motivo del día de la Independencia, por la que lucharon los héroes de la patria.
El desfile lo abrió un contingente de militares, pasaron bajo el palco de las autorizadas, sin gesticular en ningún momento y avanzaron toda la calle Enríquez para perderse en la Xalapeños Ilustres; y así le siguieron también los elementos de la secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Para las 11:10 tres helicópteros de la SSP surcaron el cielo, a bordo iban elementos de la Policía élite de la Fuerza Civil, dieron una, dos, tres, cuatro o más vueltas sobrevolando.
De inmediato los medios de comunicación pusieron a volar sus drones; cuatro blancos se elevaron por arriba de las cabezas de quienes acudieron a ver el desfile.
Al igual que los otros cinco años anteriores de la administración de Javier Duarte, en cada desfile, la plaza Sebastián Lerdo y las calles Enríquez y Xalapeños así como la avenida Ávila Camacho lucieron seno vacías, atrás quedaron los amontonamientos y los machucones de que toda la gente quería ganar un lugar para apreciar el desfile.
Al momento que pasó el contingente de empleados de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y de los bachilleratos con sus bandas sonoras, la titular, Xóchitl Adela Osorio Martínez se acercó al Mandatario y comenzó a hablar con él. Ambos sonreían.
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