Por Inés García Nieto
El primer viernes de marzo es el día de la “magia blanca” y “magia negra”. Es el día grande para chamanes y brujos. La población los busca en lo más recóndito de las montañas, poblaciones indígenas y colonias de la ciudad de Tuxpan, pretendiendo sanar con limpias o barridos de yerbas como el albahacar, romero, ruda y mogüite entre otras, así como veladoras de colores, inciensos y objetos esotéricos varios.
El obispo de la Diócesis de Tuxpan, Juan Navarro dijo desconocer qué tan arraigada está en Tuxpan la práctica de acudir con chamanes y curanderos, pero opina que esta práctica podría tener como respuesta la falta de evangelización.
Agregó que la población en su afán de solucionar sus varios problemas se deja manejar por la superstición, y eso la lleva a conferir poderes sobrenaturales o mágicos a las plantas o a las personas, cuando la verdad que es de Dios, es la única que hace libre a toda persona.
Con este conocimiento, y dando un valor curativo natural a las plantas, no mágico ni sobrenatural, el obispo de Tuxpan invita a la población a no dar ese tipo de poder a yerbas ni curanderos, pues comenta, el cuerpo enferma de manera natural o por descuido.
Puntualiza el pastor de 89 sacerdotes de la huasteca veracruzana y parte de la poblana:
Las personas tienen que concientizarse que enfermarse y morir es inevitable, por lo que recomienda tener orden y equilibrio en la vida diaria, y dejar de asistir con los curanderos porque su confianza en ellos y en esas prácticas esclaviza, y la esclavitud nada ayuda y mucho daña.
Insiste en que las personas que buscan curaciones mágicas deben aprender a ver las cosas con más sencillez y naturalidad, porque si la enfermedad es ocasionada por una mala dieta o la herencia familiar, como la diabetes, la confianza en esos ritos puede dañar a los enfermos en lugar de ayudarlos, así llevarlos a deteriorar más su y las buenas relaciones con vecinos o familiares.
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