Por Daniel Francisco/Gaceta UNAM
El mensaje enviado al otorgar el Premio Nobel de la Paz a dos periodistas es: damos el reconocimiento al valor en sí, a la cualidad, a la característica intrínseca de toda democracia: la libertad de expresión. “Poder decir: no estoy de acuerdo, emitir una opinión distinta”, señala Carlos Luis Sánchez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
El doctor por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales cita a Robert Dahl: los elementos claves de cualquier democracia son libertad de participación y libertad de oposición, “poder levantar la mano y decir: no estoy de acuerdo y que en ese hecho no vaya tu vida. Ni terminar en la cárcel ni terminar muerto. Y ahí entra el aspecto clave de la libertad de expresión, de participación”.
El equipo de Novaya Gazeta, la publicación rusa galardonada, no pudo celebrar de inmediato. Una noche antes se conmemoraban los 15 años del asesinato de su compañera, la periodista Anna Politkóvskaya. En un perfil sobre Dmitry Muratov, editor de Novaya Gazeta, hecho por The New Yorker, le preguntaron sobre los merecimientos del premio. Muratov respondió que era un reconocimiento para sus compañeros caídos por ejercer el periodismo: Yuri Shchekochikhin, Politkóvskaya, Igor Domnikov, Stanislav Markelov, Anastasia Baburova, Markelov y Natalia Estemirova (https://www.newyorker.com/news/our-columnists/the-nobel-peace-prize-acknowledges-a-adangerous-era-for-journalists).
En tanto, la periodista filipina Maria Ressa, la otra premiada, declaró: “Un mundo sin hechos significa un mundo sin verdad ni confianza. Y sin verdad ni confianza no puedes luchar contra el coronavirus. No puedes luchar contra el cambio climático” (https://elpais.com/internacional/2021-10-08/los-periodistas-maria-ressa-y-dmitry-muratov-premio-nobel-de-la-paz-2021.html).
Contra las noticias falsas
Carlos Luis Sánchez acota que es un premio también a los hechos y no a las noticias falsas, es revalorar, rescatar el papel de la información. “En una democracia el periodista provee de información al ciudadano, que después el ciudadano utiliza como insumo para tomar una decisión. ¿El gobernante merece quedarse o se tiene que ir? Los gobiernos lo saben, porque por muy rígido o autocrático que sea un gobierno saben que si no tienen un control de la opinión publicada y por tanto de la opinión pública corren el riesgo de que la gente tenga conciencia de las implicaciones de sus malas decisiones o de decisiones que a veces nos venden como las mejores, pero que tienen un alto costo económico, político, social, y es ahí donde a estos gobiernos no les parece y comienzan a presionar”.
Le ha dicho a sus alumnos que vivimos en una era donde la información se ha descentralizado totalmente. “Cada uno de ustedes es un productor potencial de información. ¿En dónde radica el éxito? En la calidad, en el contenido, y también en la manera en que presentas la información”.
Precisa que hay incertidumbre si la distinción no va a ser contraproducente contra Novaya Gazeta, “porque corre el riesgo de ser declarado agente extranjero, es una etiqueta que el gobierno ruso tiene para restringir actividades de las ONG rusas y de los medios”.
Afirma que los periodistas galardonados llevan a cabo su tarea en contextos que en la ciencia política se conocen como autocráticos. “No son las viejas dictaduras de los años 70, pero sí están fuertemente restringidos y se caracterizan precisamente por el socavamiento de la libertad de expresión”.
En un artículo titulado “¿Estoy asustada?”, contenido en el libro Diario ruso, Anna Politkóvskaya escribió: “Día tras día, intentan convencer al pueblo ruso de que la sociedad civil y la oposición están financiadas por la CIA, los ingleses, los israelíes y los servicios secretos de Marte, además de, naturalmente, por la red mundial de Al-Qaeda”.