Un enjambre de langostas de los desiertos de Arabia buscaron alimento en las sabanas del cuerno de África. Hoy es una nube destructiva e imparable de 2.400 kilómetros cuadrados
Por ALBERTO ROJAS/El Mundo
Como el viento que llevó un enjambre de langostas hasta Egipto, convocado por Moisés contra el faraón en la octava plaga bíblica, se mueve esta nube gigante, que arrasa plantaciones, bosques y sabanas enteras y que salta fronteras imparable.
La tormenta de langostas que viene de los desiertos del sur de la península arábiga ya ha llegado a Etiopía, Kenia, Sudán del Sur, Somalia, Yibuti, Eritrea y, en los últimos días, a Uganda. Es como una bola de nieve de 2.400 kilómetros cuadrados que se va haciendo cada vez más grande dejando sólo madera seca por donde pasa. Ni los más viejos recordaban algo así. No hay memoria de una plaga semejante desde hacía muchas décadas. Kenia y Etiopía, países con más recursos que sus vecinos, están llevando a cabo fumigaciones aéreas, pero otros como Somalia, que ha declarado la emergencia nacional, o Sudán del Sur no pueden tomar esas mismas medidas debido a la situación de inseguridad.
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, asegura: «Una nube de langostas de un kilómetro cuadrado, es decir, de 40 a 80 millones de langostas, puede consumir en un solo día alimentos suficientes para alimentar a 35.000 personas al día. Se estima que el presente enjambre tiene un tamaño de hasta 2.400 kilómetros cuadrados, lo que significa es que habría entre 100.000 y 200.000 millones de langostas en ese solo enjambre, y que estarían devorando suficientes alimentos para alimentar a 84 millones de personas cada día«. Si la plaga no se controla en las próximas semanas, la época de lluvias multiplicará el alimento que tienen y su tamaño se multiplicará exponencialmente.
Esta plaga se desplaza a unos 150 kilómetros y destroza más de 200 toneladas de cultivos y pastos al día en varias direcciones y por varios países que sufren hambrunas cíclicas, como Somalia o Eritrea, y otros que sufren desabastecimiento por culpa de la guerra, como Sudán del Sur. 11,9 millones de personas padecían inseguridad alimentaria antes de que llegara la nube de insectos.
¿Por qué se ha producido esta invasión de langostas? Los expertos aseguran que la falta de lluvias y la subida media de las temperaturas provoca que busquen alimento en zonas más verdes, que recibieron, por su parte, el paso de dos ciclones tropicales consecutivos, con fuertes lluvias torrenciales entre mayo y octubre de 2018, aunque países como Arabia Saudí, Sudán, Egipto y Yemen también pueden verse afectados. «Las nubes de langostas han comenzado a poner huevos y otra generación de crías aumentará el número de insectos», advirtió Keith Cressman, experto de la FAO.
«Las fuentes de alimentos para la gente y el ganado corren peligro. Estos enjambres de langostas son inusualmente numerosos y están consumiendo enormes cantidades de cosechas y forraje«, afirmó el Ministerio de Agricultura e Regadíos de Somalia en un comunicado.
Tan grande como París
«Hoy en día, las nubes de langostas son del tamaño de las grandes ciudades y la situación empeora cada día. La FAO nos dice que una nube del tamaño de París consumirá en un día tantos alimentos como la mitad de la población de Francia», indicó Antonio Guterres, secretario general de la ONU, que intenta recaudar 76 millones de dólares para frenar su expansión.
Según alertó la ONG World Vision, la plaga puede llegar a los 32 millones de afectados. «El mayor impacto de la invasión de langostas no se sentirá hoy, pero sí en las próximas semanas y meses. La pérdida de pasto producirá movimientos de población y tensiones crecientes en entornos que ya son complejos», alertó Joseph Kamara, director regional de Emergencias de World Vision en África Oriental. Por otras plagas de langosta sabemos que el precio de los alimentos se multiplicará en breve.
Las langostas tienen la facultad de generar grandes migraciones y de vivir en una gran variedad de ecosistemas. No obstante, se deben distinguir entre áreas de invasión, zonas permanentes o de reserva del insecto. Cuando la densidad de su número alcanza una cierta dimensión, los individuos cambian de forma, de color, de fisiología y hasta de comportamiento gregario. Muchos especialistas creyeron durante años, por esos cambios, que se trataban de especies diferentes, cuando en realidad es la misma especie mutando.
Cada individuo consume en un día su propio peso en alimento. Éste va aumentando conforme la langosta se va desarrollando desde pequeña larva a insecto adulto. Pero hay otro problema. Fumigar no es siempre la solución: en África se calcula que hay más de 100.000 toneladas de insecticidas caducados.