Por Ramón Rodríguez Rangel
La música no debe servir para idiotizar, sino para despertar al ser humano, para hacerlo más sensible, considera Julián Montiel López, director del grupo musical “Materia Gris” de Tuxpan, Veracruz.
Para vivir la música no hace falta estar borracho o marihuano, se puede sentir sin estar narcotizado, dice respetar las preferencias de todas las personas y de la juventud, pero que en su caso su pasión y su vicio es la música y el rock su fortaleza.
Sin embargo, lamenta que la normalidad, la cultura de valores con la que lo formaron sus padres y sus abuelos, sea anormal en estos tiempos entre la juventud, que no se comunica familiar ni socialmente, ni mucho menos se comprende, la tecnología sino se aprovecha en la dirección correcta, aísla, desconecta en lugar de conectar con la realidad a la juventud y con tristeza afirma que ya hasta la niñez, con el beneplácito de padres que en lugar de ocuparse más de su formación integral, prefieren que se “entretenga”, cuando lo que está haciendo es creando un hábito, una dependencia, atándolo a mundos creados artificialmente, donde lo humano es anticuado, donde no hay espacio para pensar, comprender, solo para entrar en laberintos de los cuales no siempre se puede salir.
Somos presa del consumismo, ese sistema contra el cual precisamente resalta surge el Rock, contra la guerra, contra las ataduras del hombre que le impiden proyectar su humanidad, contra ese “orden” depredador que destruye ecosistemas, que avasalla industrialmente la naturaleza, como el caso del río Tuxpan, puntualizó.
Para Julián Montiel López, el rock es la manifestación de diversos estilos musicales que proyecta la protesta, la transgresión a lo que se considera está mal, una reacción a sistemas de dominación económica y de poder, que se muestran en el consumismo, contra lo formal, cuando es inhumano. Explicó que el Rock, por esencia, es irreverente.
Explicó que el padre del Rock, mucho antes que los Beatles, fue Chuck Berry, y que este género musical surge a partir del blues de los negros de nueva Orleans, como una música prohibida, como también lo estuvo en su otra vertiente en Inglaterra, porque se le consideraba perturbador, hasta que los blancos lo retomaron y conformaron lo que ya se conoció como rock.
Reconoce a Pink Floyd, así como en México a los Caifanes, Café Tacuba, Natalia Lafourcade, así como Héroes del Silencio de España como precursores e impulsores de esta manifestación artística musical que han conservado la esencia del Rock, lo que es importante porque dijo que actualmente en búsqueda de otras concepciones de lo “popular” se ha derivado en la música de grupos, la “fusión de culturas y géneros musicales que derivan en propuestas populares”…. Algo así como Intocable en el sur de EU y norte de México es lo que Dave Mathews Band en Estados Unidos y que se han virado de lo original a lo nuevo conocido como popular y ahí han encontrado el éxito mundial que buscaban, lo que llaman rock progresivo.
Pero, sin embargo, refirió que hay con gran auge expresiones del rock original en estos tiempos donde grupos como Gojira triunfan en Francia con temas contra la depredación ambiental, el rescate de lo humano del hombre, la semilla sigue germinando, externó Julián Montiel. Para este joven artista tuxpeño, con estudios de arte, piano y pedagogía toda la música trasciende el alma, pero ninguna llega tanto a conectar con el público como el rock.
Lo que una guitarra acústica, un bajo, una batería y una voz y un piano, pueden crear emocionalmente, pueden construir armónicamente.
Julián Montiel López comenta que “Materia Gris” tiene 25 años movimiento musicalmente los
ritmos y los mensajes que han consolidado una expresión cultural bien estructurada en Tuxpan y la
región, donde han actuado musicalmente hasta con 30 mil personas en 2012.
Reconoce a los valores artísticos que le acompañan en este proyecto musical, Rotzi Ayala en la voz, Jesús Martínez en la guitarra y Yared Salazar en el bajo, los mejores exponentes en su ramo en Tuxpan, asevera.
La música define, tiene una gran responsabilidad social, porque transmite mensajes, símbolos, que se replican en arquetipos, en conductas, hábitos, emociones que pueden ser positivas o negativas.
Acota que se trata de ser críticos, de cuestionar lo que va contra natura y el hombre como sujeto, no como objeto, no como mercancía consumista, pero si se desvían los contenidos en lugar de contribuir a la reconstrucción de una nueva humanidad, lo hacemos por su destrucción; por ello, es importantísimo recuperar lo que realmente tiene valor, la familia, la comunicación y compresión entre padres e hijos, entre amigos, ser mejores personas y ayudar al prójimo sin ningún interés, esa es una de las tareas y misiones de la música hoy, además de pugnar por la defensa del ecosistema y todo lo humano, para no ser robots, entes mecánicas o electrónicas que caminamos a nuestra perdición, apuntó.