Por: Inocencio Yañez Vicencio
Adolfo Ramírez, tiene como bandera la mortaja para el PRI y como estrategia el petate del muerto de que a Marlon lo apoya Miguel Ángel. No es nuevo que los capos de la delincuencia muevan sus fichas desde la cárcel, pero el que Duarte desde la prisión esté moviendo a los beneficiarios de su oprobioso régimen para colocar a su testaferro Adolfo Ramírez, en la presidencia del CDE del PRI, amafiado con Fidel Herrera Beltrán y Héctor Yunes, es inaudito porque lo que parecía difícil, la ambición de seguir utilizando ese partido con fines de encumbrar familiares y lacayos, los ha unido para cerrarle el paso a Marlon, por el único pecado de buscar la jefatura del tricolor sin su venia, sin importarles que de esa mezcla de Herrera, Duarte y Héctor Yunes, únicamente pueda surgir lo que Bovero llama kakistocracia o sea el gobierno de los peores. Cada seguidor de Adolfo Ramírez, no es otra cosa que un cínico seguidor de Javier Duarte, que nos quiere convencer que no más alternativa para el PRI, que ser instrumento de sinvergüenzas y corruptos. La única forma de desterrar de la vida política y de Veracruz, a la padilla de Duarte, es votando por Marlon, para que dirija a los priistas, sin esas lacras que han engañado a todos y que solo saben poner las instituciones a su servicio personal, lo que hace que sean la negación de la política.