Por Luis Velázquez
En menos de lo que canta el gallo de la pasión, Javier Duarte se ha convertido en el hombre más solitario de palacio.
Rafael “El negro” Cruz lo ha expresado de una manera lacónica: “Ya tengo listas mis maletas… para irme de Veracruz”.
Y es que con el inminente triunfo de Miguel Ángel Yunes Linares en las urnas, los 656 mil 857 ciudadanos que votaron por su candidatura solo esperan que cumpla al pie de la letra el tema de su campaña que lo llevó a la victoria, como es la cárcel, en 4 meses, para Javier Duarte, JD, y para los suyos, entre ellos, parte del gabinete legal y ampliado.
Incluso, si las circunstancias lo permiten hasta Fidel Herrera sería llevado a juicio penal con destino a Pacho Viejo.
Nada ni nadie detendrá al Yunes azul.
Es más, ha tomado como modelo a Jaime “El bronco” Rodríguez, de Nuevo León, y a Claudia Pavlovich, de Sonora, quienes en campaña alardearon de la cárcel para sus antecesores, el priista Rodrigo Medina y el panista Guillermo Padrés, y sin medir el tiempo han pasado varios meses y los dos siguen libres.
Por eso el Yunes azul, el gobernador número 74 de Veracruz, está afilando desde ahora con su equipo jurídico el expediente que termine con la cárcel para JD.
Y si JD se le pela, y/o de plano lo doblegan, entonces, será peor para sí mismo.
Pero un político como Miguel Ángel que durante más de 20 años ha alimentado el odio, el resentimiento y la venganza en contra de Fidel Herrera y desde hace 6 años en contra de JD, sólo encontrará la paz del espíritu y la tranquilidad de la conciencia, cuando sus dos peores enemigos públicos estén en prisión.
Por eso ganó la gubernatura. Y por eso mismo, habrá de cumplir.
2
Según los enterados, Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, citó a Javier Duarte la semana anterior en la Ciudad de México.
Entonces, le habría dicho lo siguiente:
Si Yunes Linares gana… te meterá a la cárcel.
Si MORENA gana… te meterá a la cárcel.
Y si Héctor Yunes pierde, yo te meteré a la cárcel.
Verdad o mentira, medias verdades o medias mentiras, la disyuntiva está en el aire: la mayoría poblacional de Veracruz quiere ver a JD y compañía en el penal de Pacho Viejo.
Y si Yunes Linares demuestra, digamos, ligas con el narcotráfico, entonces, serían enviados, digamos, al penal de Amatlán de los Reyes, donde Sara Luz Herrera, la alcaldesa que ordenó el asesinato de su secretario particular, les servirá banquetazos, pues está encargada del restaurante penitenciario.
Claro, queda la opción de que Duarte y los suyos, como dice Rafael “El negro” Cruz, alisten maletas y huyan.
Pero con todo, Miguel Ángel lanzará el proceso penal en contra de ellos y lo más terrible sería que el FBI, la DEA, y otros policías del mundo les rastrearán la pista en cualquier rincón del planeta donde se refugiaran.
3
En el transcurso del domingo, día de la elección, JD fue a misa con una camiseta color verde y estrenando un nuevo look y una panza, digamos, de deportista, luego de haberse sometido a dieta rigurosa.
Habló de que Veracruz estaba viviendo una fiesta cívica y democrática sin precedente.
Incluso, en Xalapa, el góber fogoso, con su bolita de cristal, dijo que simpatizaba con la alternancia, temoroso quizá, consciente acaso, de que el PRI podría, digamos, perder la gubernatura, como de hecho y derecho ha sido.
Pero hacia las 11 de la noche del domingo, JD estaba comenzando a ser otro político, otro hombre, a partir de que el OPLE le informó en exclusiva que Yunes Linares iba ganando y se mantenía con 3 puntos arriba de Héctor.
Y si ya de por sí Miguel Ángel vive en la efervescencia interior, volcán en erupción, impetuoso, ciclón jarocho, todavía la gente de JD le echó gasolina a la lumbre cuando en Coatzacoalcos detuvieran a su hijo, el senador Fernando Yunes Márquez, durante un montón de horas, en primera fila, los policías de Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública.
Y tal agravio en ningún momento será olvidado por el Yunes azul.
Simple y llanamente, por aquí tome posesión a las cero horas del primero de diciembre de este año, además de Javier Duarte irá en contra de Bermúdez.
Y de ahí atrás de Érick Lagos, Alberto Silva, Jorge Carvallo y Adolfo Mota, entre otros.
Tal cual, JD en la soledad del poder.
La hora de rendir cuentas, más que ante el ORFIS, más que ante la Comisión de Vigilancia del Congreso, más que ante el Contralor, ante Yunes Linares.
Claro, JD estaría pensando en que pudiera negociar su libertad con Miguel Ángel a través del cacique huasteco, Ricardo García Guzmán, amigo familiar de Yunes Linares, desde que ambos, jóvenes universitarios, noviaran con un par de amigas, estudiantes de la Facultad de Odontología de la UV.
Pero si Miguel Ángel llegara a pactar significaría su peor error histórico, pues cada ciudadano que votó por él… lo hizo pensando en que cumplirá su palabra.
Son muchos, demasiados, excesivos los agravios sufridos por la población de Veracruz para que todo se reduzca a una negociación en lo oscurito entre las elites políticas.