Fomperoza y la guerra sucia en Tuxpan

A Jesús Fomperoza Torres, nuevo presidente municipal de Tuxpan le ha tocado bailar con la más fea: un cierre de cuatrienio, reducción de presupuesto financiero, y un proceso electoral municipal que desborda pasiones, donde muchos intereses políticos, partidistas les es fácil desde la tenebra, tirarle y pegarle al gordo.

Hemos tenido alcaldes en el Tuxpan contemporáneo que se han convertido en nuevos ricos en su administración municipal. No solo eso, han presumido en sus borracheras su atraco a las arcas municipales como si fuera una hazaña. Otros se han chupado hasta el tuétano del tesoro municipal. Lo han super endeudado, han cometido mega fraudes en su gestión. Otros también han facturado al Ayuntamiento hasta los » condones» de sus aventuras palaciegas. Se han dado vida de señores feudales con su corte real. Se han aliado hasta con los intereses más obscuros por más riqueza y más poder en el pasado, mientras las comunidades rurales, las colonias populares y hasta algunos sectores céntricos permanecieron abandonados de la atención oficial.

A esos alcaldes del pasado nadie les reclamo en su cara lo que estaban haciendo y el abandono del Tuxpan real, mientras que a un nuevo alcalde que tiene menos de tres meses en su gestión le aparecen manifestaciones, con cartulinas reclamando el abandono ancestral y el incumplimiento histórico de promesas, de hace mucho tiempo.

Lo hacen con gritos y ofensas, con mucha ira. Acusan que se les ha engañado y lo hacen con una actitud de linchamiento con un alcalde que va llegando, que les abre la puerta para dialogar y resolver; que es tolerante a su actitud, pero la manifestación a lo mejor justa en sus demandas, deja ver en su huella un trasfondo político.

El nuevo alcalde está ajustando el gobierno municipal, está disminuyendo la nómina oficial a mínimos históricos.

El presupuesto con que cuenta se le ha reducido varias decenas de millones de pesos, se ha quedado sin el tesoro con el que contaban otros alcaldes, y su responsabilidad y los reclamos colectivos por más obras, es mucho mayor.

Ha procurado por lo menos, en lo que se ve en algunas acciones y nombramientos pintar su raya con la delincuencia. Le falta mucho en esa dirección, pero ha empezado. Muchos de sus colaboradores cercanos a lo mejor no están a la altura de su responsabilidad y los objetivos sociales del presidente municipal, puede ser cierto, pero el nuevo alcalde está tratando de poner orden en la casa. Sin embargo, algunos liderazgos políticos lo han querido chantajear para seguir en nómina con altas cantidades de recurso económico. otros intereses político-partidistas lo buscan descalificar, con cualquier pretexto.

La política para los griegos era la más noble de las actividades. Hoy se le está ensuciando tanto que ya parece un cochinero. Se está degradando la actividad política, pero también la vida social y cultural de esta ciudad.

Las pasiones políticas desbordadas transgreden códigos de conducta, de civilidad, para llegar a niveles de porquería y bestialidad.

 Atentar contra la dignidad de cualquier ser humano, un ciudadano o un presidente municipal ofendiéndolo en forma grotesca, exhibe a quienes lo realizan, así como a los autores intelectuales de lo mismo.

Jesús Fomperoza Torres está trabajando haciendo lo que puede con lo que tiene, recientemente adquirió cuatro nuevos camiones para eficientizar el servicio de limpia pública; está recuperando luminarias apagadas por detalles técnicos; está dándole seguimiento a proyectos como el de agua potable en Tuxpan, un tema vital para el desarrollo de esta ciudad.

Al presidente municipal se le ve desde temprano supervisando personalmente obras en construcción, revisando el desempeño de todos los funcionarios municipales, los que están obligados a dar un mayor rendimiento en su funcionalidad, y capacidad de respuesta a la sociedad.

Están advertidos, los que no cumplan se irán.

Jesús Fomperoza Torres se ha tomado muy en serio su papel y su responsabilidad. Aun siendo alcalde interino o por ministerio de ley, quiere en el tiempo que le resta en el cargo, cumplir a los tuxpeños. Esto muestra con sus acciones y actitud.

La contienda política apenas inicia y algunos piensan que satirizando o descalificando con juego sucio a los adversarios, sus bonos políticos ante la ciudadanía suben. Están equivocados, muestran debilidad y por lo mismo la necesidad de recurrir a la porquería, a revolcarse en el lodo para sacar su causa adelante. Esto lo advierten los tuxpeños, que ya están acostumbrados a que, en estas fechas, los mismos personajes aparecen de nuevo con sus viejas prácticas del cochinero, pero en la actualidad no les darán resultados.

Si no, al tiempo.

Al alcalde Fomperoza hay que darle tiempo, y entonces si juzgarlo, no cuando va iniciando gestión y en condiciones financieras difíciles.

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