Pacientes parapléjicos se ponen de pie y recuperan la movilidad mediante nuevos dispositivos biomecánicos
Los exoesqueletos han sido evaluados en centros de rehabilitación en EU con varias personas paralizadas durante.
Confinada a una silla de ruedas desde hace 19 años, tras sufrir una caída al practicar esquí, Amanda Boxtel nunca perdió el ánimo. Ahora, apoyada en una novedosa prótesis robótica que se ajusta a su cuerpo como si fuera ropa, la deportista estadunidense ha logrado ponerse de pie y caminar de nuevo.
“La lesión que sufrí en la columna vertebral me quitó la habilidad de caminar, pero no la capacidad de soñar. Ahora mi sueño se hace realidad paso a paso”, dice la ex atleta de 44 años. Y esto es literal: Amanda forma parte de un grupo de 6 pacientes parapléjicos que, con apoyo de fisioterapeutas, ha probado con éxito el moderno dispositivo biónico denominado Ekso.
Esta tecnología —desarrollada originalmente por el Pentágono para los soldados heridos y recién presentada en EU por la empresa Ekso Bionics— imita las funciones de los sistemas esquelético y muscular humano, pues proporciona al usuario el sostén que necesita para levantarse de la silla de ruedas, así como la fuerza para desplazar lentamente sus extremidades inmóviles.
”Otros dispositivos de rehabilitación necesitan una banda para proveer el movimiento al usuario. En cambio, Ekso ofrece completa libertad para caminar mientras la batería esté cargada”, explica en entrevista Eythor Bender, director de la compañía, que presentará el dispositivo en el festival La ciudad de la ideas, a realizarse del 10 al 12 de noviembre en Puebla.
Como artrópodos
“Hoy no hay alternativas que permitan hacer esto al paciente”, añade Bender, quien reconoce que existen otros dispositivos robóticos similares para la rehabilitación motriz, pero cuestan el doble (el precio de Ekso ronda los 130 mil dólares) y aún son estacionarios, es decir, sólo permiten al usuario ponerse de pie.
En la naturaleza hay muchos animales que en vez de huesos internos poseen exoesqueletos, entre ellos los artrópodos, filo que incluye insectos como chapulines u hormigas; arácnidos como arañas o alacranes; quilópodos como el ciempiés, así como diversos crustáceos (cangrejo y langosta).
Están formados por quitina, carbonatos de calcio o cartílago, entre otros compuestos, y además de dar protección y apoyo sirven al portador como vías sensoriales. En el caso de los artrópodos, por ejemplo, las ramificaciones internas del exoesqueleto funcionan como cavidades musculares. Éstas son hasta seis veces más fuertes que los tendones en los vertebrados.
Enorme potencial
Por ello, los ingenieros que diseñan prótesis y miembros artificiales tratan de emular la simplicidad y resistencia de estos modelos naturales con materiales como acero. El exoesqueleto metálico de Ekso (antes llamado e-LEGS) tiene dos partes principales: un paquete con el controlador electrónico y la batería, que se coloca en la espalda.
También cuenta con un par de piernas biónicas equipadas con juntas motorizadas a la altura de las caderas (2) y las rodillas (2). Dos muletas dotadas con sensores sirven de apoyo al paciente y envían las señales al controlador, que a su vez las canaliza a las piernas metálicas artificiales.
Los exoesqueletos han sido evaluados en centros de rehabilitación en EU (como el Spaulding, Boston) con varias personas paralizadas durante años.(Periódico EL Universal)