Encrucijada de Yunes

Rescate de Veracruz.

Caos y tiempo encima.

Por Luis Velázquez/Barandal

PASAMANOS: Si el góber electo ya pidió auxilio al presidente de la república, entonces, está mirando el huracán económico y social en puerta.

De entrada, en el mes de diciembre, apenas tome posesión, enfrentará un pago de entre 8 mil y 9 mil millones de pesos en sueldos, pensiones y aguinaldos, sin contar la avalancha de proveedores y prestadores de servicio en la lista negra de la deuda pública.

Y más porque recibirá arcas vacías y tronadas.

Y, por añadidura, el tache de las calificadoras de riesgo a Javier Duarte, JD, que han reducido la nota crediticia del gobierno del estado.

Un economista advierte, entre otras, las siguientes acciones que habría de acometer:

Una. La reestructuración inmediata de la deuda pública en plazos más amplios y con una baja en los intereses.

Dos. Armar una economía de guerra que significa la más terrible austeridad, casi casi como en la Europa de 1945.

Más, mucho más allá, por ejemplo, de un recorte en los salarios de los secretarios del gabinete legal y ampliado, y la prohibición de usos celulares, y el ahorro de papel en las oficinas, y el recorte total en los vales de gasolina y el corte radical de “los aviadores” y los viáticos en avión y hoteles de primera estrella.

Una economía, se insiste, de guerra, para disminuir el gasto corriente a lo máximo.

Tres. Un plan de acción inmediata para recomponer las finanzas públicas, como por ejemplo, el puente tendido al secretario de Hacienda y Crédito Público, el presidenciable José Antonio Meade, y quien fue secretario de Estado en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, donde Miguel Ángel Yunes Linares se desempeñara como director nacional del ISSSTE.

Y en donde, además, tendría al senador Pepe Yunes Zorrilla, amigo de Meade, como una posibilidad, dada la extraordinaria relación con la familia de don Pepe Yunes, quien en 1974 le abriera la puerta y las ventanas para llegar al corazón y las neuronas de su amigo, don Rafael Hernández Ochoa.

BALAUSTRADAS: Cuatro: renovar el pacto federal a su máxima dimensión para que la Federación entre, sin celos por tratarse de un gobernador panista, al rescate de Veracruz, como fuera, digamos, en Guerrero y Michoacán en donde Enrique Peña Nieto inyectó inversión millonaria.

Y más ahora cuando estamos frente al recorte federal más grande en la historia nacional.

Cinco: Generar riqueza lo más pronto posible, jalando la inversión privada tanto local como nacional.

Seis: levantar la moral pública y privada con acciones concretas y específicas que permitan mejorar la productividad en todas y cada una de las esferas privadas. El campo. La ganadería. La pesca. La industria. Etcétera.

Siete: lanzar una política de promoción turística sin precedente, pues está probado que el peso turístico es el que más se redistribuye en la población y los sectores.

Ocho: promover el autoconsumo en la vida familiar, como el tiempo aquel de Agustín Acosta Lagunes cuando se sembraban hortalizas en el patio de la casa y hasta en latitas en los balcones.

Entre otras cositas.

Y más, porque, primero, serán apenas, apenitas dos años de gobierno, y de paso, con seis elecciones enfrente, a saber, municipales, diputados locales y federales, senadores, presidente de la república y el gobernador de seis años.

Y segundo, porque Javier Duarte dejará Veracruz con medio millón más de pobres, además de que 6 de cada 10 habitantes se ubican en la miseria, la pobreza y la jodidez según documentara el CONEVAL.

Y más si se considera que más allá de la miseria en los pueblos indígenas, habitada por un millón de paisanos, los municipios de Veracruz, Xalapa y Banderilla son los punteros en la pobreza según el CONEVAL.

ESCALERAS: Con todo, ninguna esperanza social hay para que los pobres sean redimidos en los próximos 24 meses de yunismo.

En ningún momento porque el góber electo carezca, digamos, de sensibilidad social y los pobres, como en el caso de Andrés Manuel López Obrador, sean su prioridad.

Y es que con las 6 elecciones en puerta, al Yunes azul interesa más, mucho más, ganar los comicios, primero, para seguir creciendo en política, y más, porque si en el año 2018 el PAN ganara Los Pinos podría encaramarse al nuevo gobierno federal.

Pero también, porque ahora tiene el desarrollo político de sus hijos, el presidente municipal de Boca del Río y el senador.

Y si el PAN gana la mayoría de Ayuntamientos el año entrante y de diputados locales y federales y senadores en el año 2018 con buenos y mejores candidatos, entonces, el PAN repetiría en la gubernatura, y en donde uno de sus hijos sería el favorecido.

En política, dice un priista, las elecciones se ganan con mucho tiempo de anticipación, pues nadie triunfa de la noche a la mañana.

Y por eso mismo, si el góber electo asesta campanazos rescatando a Veracruz (finanzas saneadas, seguridad en la vida y cárcel para los políticos pillos) será suficiente para posicionarse por completo de cara al futuro inmediato, a la vuelta de la esquina.

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