El tres en raya de las pirámides de Guiza

Las famosas construcciones de los faraones de la cuarta dinastía Keops y Kefrén fueron alineadas con los puntos cardinales aprovechando el equinoccio de otoño

Por David Ruiz Marull/La Vanguardia

Keops, Kefrén y Micerino. Faraones de la cuarta dinastía (que empieza en el 2630 a.C. con el reinado de Seneferu y termina en el 2500 a.C. con Dyedefptah). A ellos les debemos uno de los grandes complejos monumentales de todos los tiempos: las pirámides de Gizeh, una de las cuales (la de Keops) es la más antigua de las siete maravillas del mundo, y la única que aún se mantiene en pie.

Pese a que fueron edificadas hace más de 4.000 años, las pirámides aún encierran demasiados secretos. Tanto en el interior como en el exterior. Uno de los que más ha interesado a los expertos ha sido confirmar (o desmentir) si estaban alineadas con los cuatro puntos cardinales. Sin documentos escritos de los diseños originales, los investigadores llevan años debatiendo sobre una cuestión para la que el arqueólogo Glen Dash parece haber encontrado la respuesta.

Los constructores de la Gran Pirámide de Keops alinearon el monumento (norte-sur-este-oeste) con una precisión de cuatro minutos de arco

“Los constructores de la Gran Pirámide de Keops alinearon el monumento (norte-sur-este-oeste) con una precisión de cuatro minutos de arco (denominados también minutos sexagesimales). Su vecina, la pirámide de Kefrén, está alineado con un error de aproximadamente seis minutos. Y los constructores de la Pirámide Roja de Seneferu, situada en Dahshur (a unos 40km de El Cairo), alcanzaron una precisión de 8,7 minutos”, explica Dash en un estudio publicado por la revista The Journal of Ancient Egyptian Architecture .

“Las tres obras -expone este experto- presentan el mismo tipo de error: se giran ligeramente en sentido antihorario desde los puntos cardinales”. Aunque la cuestión no es precisamente esta. La duda es cómo consiguieron los egipcios una precisión de tal calibre sin contar con la tecnología moderna.

La famosa pirámide roja de Dahshur, construida durante el reinado de Seneferu La famosa pirámide roja de Dahshur, construida durante el reinado de Seneferu (iStockphoto)

Algunas hipótesis plantearon que los antiguos constructores de pirámides usaron la estrella polar como guía (Flinders Petrie), o la estrella circumpolar (Joseph Dorner). Otros consideraban que fue el Sol y sus sombras las que marcaron la pauta (Martin Isler) o el método de tránsito simultáneo (Kate Spence). Glen Dash, sin embargo, toma como base el equinoccio de otoño.

Cada año, alrededor del 22 de septiembre de nuestro calendario, el día y la noche tienen prácticamente la misma duración (algo que también ocurre alrededor del 20 de marzo, en el equinoccio de primavera). Es en ese momento cuando el plano del ecuador de la Tierra pasa por el centro del disco del Sol.

El arqueólogo británico aprovechó precisamente el 22 de septiembre de 2016 para iniciar su experimento. Y usó, además, una barra vertical conocida como gnomon, cuya sombra se proyecta sobre una escala y permite medir el paso del tiempo(como en un reloj solar). Lo que hizo Dash fue utilizar la barra para seguir el movimiento del sol en el equinoccio.

Cuando el sol sale en el este, el gnomon proyecta una sombra hacia el oeste. Al final del día, con un trozo de cuerda alrededor del poste, se marca la curva solar en intervalos regulares y se intercepta dos de los puntos para crear una línea que corra de este a oeste. Este sistema de medición también es conocido como el método de círculo indio.

El método del gnomon utilizado por el arqueólogo Glen Dash El método del gnomon utilizado por el arqueólogo Glen Dash (The Journal of Ancient Egyptian Architecture)

”Durante los equinoccios, la punta de la sombra corre en línea recta y casi perfectamente de este a oeste”, escribe Dash. En su casa de Pomfret (Connecticut), el investigador empezó la medición a las 8:04 de la mañana. Veinte minutos después ya había rastreado el movimiento de la sombra a lo largo de una camino de 63 centímetros. Y por la tarde siguió el mismo sistema.

“De las seis pirámides de la cuarta Dinastía, las más grandes (Keops, Kefrén y Seneferu) son las mejor alineadas con los puntos cardinales, y sus esquinas son las mejor cuadradas”, apunta Glen Dash. “Los problemas que encontraron al construir las pirámides de Meidum y Dahshur (ambas edificadas durante el reinado de Seneferu) pudieron haberles enseñado que las grandes construcciones necesitaban cimientos bien formados y bien alineados. Las pirámides posteriores, como la de Micerinos, tendieron a ser más pequeñas podían no requerir tales cimientos bien ordenados”, añade.

”Desafortunadamente, los egipcios nos dejaron pocas pistas. No se han encontrado documentos de ingeniería o planes arquitectónicos que brinden explicaciones técnicas. Tampoco hemos descubierto compases ni cualquiero otro tipo de equipamiento sofisticado”, escribe el autor. Y, sin embargo, “es difícil imaginar un método más simple (que el del equinoccio), tanto conceptualmente como en la práctica”, concluye.

Es difícil imaginar un método más simple que el del equinoccio, tanto conceptualmente como en la práctica

Comentarios de Facebook
Comparte en tus redes sociales
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Print this page
Print

Acerca de Expreso de Tuxpan

El sitio de noticias líder de Tuxpan, todo lo importante de la política, cultura, mundo, desarrollo, ciencia, tecnología y más.

Ver todas las entradas de Expreso de Tuxpan →