Mohamed Merah, de 23 años de edad confesó haber asesinado a siete personas en Toulouse y Montauban en los últimos diez días
PARÍS, 22 de marzo.- El asesino confeso de siete personas en Toulouse y Montauban en los últimos diez días murió de un tiro en la cabeza en plena operación de asalto de las fuerzas de elite de la policía francesa para capturarle, según informó hoy el fiscal jefe de París, François Molins.
En una rueda de prensa en Toulouse, el fiscal insistió que los agentes del RAID tenían la consigna de hacer todo lo posible para capturarle vivo y que actuaron «en legítima defensa» cuando el sospechoso saltó por la ventana del apartamento disparando contra ellos.
Molins detalló que el joven, un francés de origen argelino de 23 años de edad que dijo actuar en solitario pero en nombre de la organización terrorista Al Qaeda, había grabado con una cámara colgada al cuello los crímenes que se le atribuyen, cuyas imágenes fueron visionadas anoche por la policía.
En ellas se puede ver cómo en el primer asesinato, el de un militar del regimiento de paracaidistas ocurrido en Toulouse el pasado 11 de marzo, le dijo a su víctima: «Tú matas a mis hermanos, yo te mato a ti».
La misma sangre fría mostró, según se desprende de esa grabación, en el asesinato de otros dos militares en Montauban cuatro días más tarde, y en la de tres niños y un adulto, padre de dos de ellos, en una escuela judía de Toulouse este lunes.
Molins recordó que una vez que se le identificó, la operación para detenerle comenzó la madrugada del miércoles a las tres de la mañana en su domicilio de Toulouse, donde hasta el desenlace esta mañana Merah pasó 32 horas atrincherado.
En ese tiempo se atravesaron, según el fiscal, diversas fases: tras los disparos con los que recibió a los agentes de madrugada, que provocaron dos heridos, se entabló una negociación en la que el sospechoso proclamó en dos ocasiones su voluntad de entregarse.
«A partir de las 22:45 cambió radicalmente de actitud», indicó en esa rueda de prensa, en la que explicó que el asesino dijo entonces haber reflexionado y querer «morir con las armas en las manos».
«Si muero yo, peor para mí, pero voy al paraíso. Si sois vosotros, peor para vosotros», advirtió a los negociadores, que durante toda la noche optaron por una estrategia de desgaste mental del sospechoso, con detonaciones regulares con las que se logró romper la puerta de entrada.
Cuando los agentes iniciaron el asalto, a las 09:30 GMT de hoy, «salió brutalmente del cuarto de baño armado, disparó contra los agentes y avanzó saltando por el balcón», recordó Molins, indicando que disparó contra los miembros del RAID.
El fiscal insistió en que en esas 32 horas hubo una «perfecta cooperación» entre las autoridades administrativas y judiciales y en que se hizo todo lo posible por capturarle vivo para poder presentarle ante la Justicia.
La operación continúa ahora con el análisis de las conversaciones mantenidas con los negociadores, de las imágenes que grabó con su cámara, de las que no hay constancia que hayan sido colgadas en Internet, y con el interrogatorio a los detenidos, entre quienes se encuentra su hermano Abdelkader, conocido también por sus vínculos salafistas, y que tenía explosivos en el coche.
La comparecencia del fiscal se produjo tras la del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien desde París anunció una reforma legislativa para imponer penas a quienes consulten páginas de internet que hagan apología del terrorismo o la violencia o a quienes viajen al extranjero para adoctrinarse en ese tipo de ideologías.