Identifican a 22 de los 35 cuerpos tirados en avenida de Boca del Río
Por Rolando Herrera / Periódico Reforma
Los 35 muertos arrojados frente a una plaza comercial de esta ciudad han puesto al descubierto una realidad de la que pocos hablan en esta entidad: los desaparecidos.
Tras difundirse el martes la noticia de los 35 ejecutados por el crimen organizado, decenas de personas han acudido al Servicio Médico Forense (Semefo) con la esperanza de encontrar a su familiar ausente.
Procedentes lo mismo de esta ciudad y su área metropolitana, como de otros municipios como Coatepec, Tierra Blanca y Orizaba, los familiares han desfilado por las instalaciones mortuorias los últimos cuatro días.
«Nuestro familiar desapareció el lunes 19 de este mes, luego oímos la noticia de esta gente que ejecutaron y pues sí nos entró el pánico, por eso quisimos venir a ver.
«Lo planeamos y hoy nos venimos para ver si aquí estaba, ya nos enseñaron las fotografías de los que todavía no han sido identificados y, afortunadamente, no está entre ellos», indicó María González, quien viajó de Orizaba con la esperanza de encontrar a su hermano Francisco.
De acuerdo con distintos familiares de desaparecidos, de los 35 cuerpos arrojados frente a plaza Las Américas el martes pasado, sólo quedan 13 cadáveres pendientes de ser identificados, y de otro grupo de 10 cuerpos, son tres los que aún no han sido reclamados.
Guadalupe Flores, quien viajó desde Tierra Blanca, también vio en una computadora las fotografías de los cuerpos no identificados para saber si entre ellos estaba su esposo, Arturo Cano.
«Me enseñaron las fotografías, ninguna de ellas es de mi esposo, él ya es grande y las fotos que vi son de puros jóvenes de entre 20 y 30 años», señaló.
Flores indicó que su esposo es comerciante, que salió de su casa el 17 de septiembre y que ya no ha vuelto a saber nada de él.
«Mi esposo es comerciante, pero, bueno, uno no sabe cuándo sale la persona qué hace o deja de hacer. Yo no sé por qué dicen que todos son delincuentes, y aún así, aunque lo fueran, no dejan de ser seres humanos y para ellos serán todo lo delincuentes que quieran pero para uno es su familiar y duele una pérdida así», dijo.
Roberto llegó procedente de Coatepec a buscar a su hijo de 24 años, quien presuntamente fue detenido por militares el 21 de septiembre pasado junto con otros tres amigos cuando se encontraba bebiendo en la vía pública en calles de ese municipio.
«Primero no supimos nada de él, después anduvimos preguntando y una persona que lo conoce nos dijo que fueron militares quienes lo detuvieron. Él estaba con unos amigos bebiendo en un carro, pasaron los militares los revisaron y como no les encontraron nada los dejaron, pero les dijeron que se fueran de ahí.
«Esta persona nos dijo que mi hijo y sus amigos no les hicieron caso y siguieron bebiendo, al poco rato volvieron a pasar los militares, los vieron y se los llevaron», señaló Roberto.
Daniela Griego, integrante de la Red Cívica Veracruzana, indicó que no existe una estadística de personas desaparecidas en la entidad, pero por lo que se llega a saber entre la gente, parece que es un fenómeno que está en aumento.
«Es preocupante, porque percibimos que el fenómeno se empieza a incrementar, por lo menos en términos de la manifestación pública. A simple vista pareciera que sí ha crecido, sí hay más casos, sobre todo de jóvenes, pero no es un dato que tengamos nosotros preciso porque ni las mismas autoridades lo tienen», apuntó.
Un hecho que refuerza la idea del incremento en el número de desaparecidos, dijo, es que el 18 de septiembre, fecha en la que pasó por Xalapa la Caravana por la Paz que encabeza Javier Sicilia, mucha gente se acercó a contar que está sufriendo la ausencia de algún familiar.
Sin embargo, dijo, la falta de información oficial sobre los hechos no permite saber si detrás de estas desapariciones está el crimen organizado o hay otros actores implicados.
«Es que no hay denuncias, existe mucho miedo y mucha desconfianza de la gente a las autoridades, entonces no podemos todavía dimensionar de qué tamaño es la gravedad del problema», consideró.
Un fin trágico para la familia de Gabriela
Uno de los casos más emblemáticos sobre desaparecidos en Veracruz registró la noche del viernes su capítulo más dramático, al hallarse el cuerpo de Gabriela Arlene Benítez Ybarra, una joven bachiller de 17 años desaparecida el 13 de junio pasado.
El cadáver de Gabriela Arlene, cuya desaparición fue denunciada por su madre Bárbara Ybarra en el marco de la Caravana por la Paz al Sur, fue encontrado por un grupo de jardineros en un parque público de la colonia Lomas de San Roque, en Xalapa, informó el Gobierno veracruzano.
«Tras los resultados de las pruebas periciales, se identificó a la víctima como Gabriela Arlene Benítez Ybarra. Al respecto, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz informó que inició las investigaciones correspondientes para ubicar y detener al responsable o responsables del crimen», indicó en un boletín.
Benítez Ybarra, quien cursaba el último año del bachillerato en el Colegio Preparatorio de Xalapa salió de su casa el 13 de junio y desde entonces su mamá, Bárbara Ybarra, no volvió a saber nada de ella.
Ybarra, quien denunció desinterés y negligencia de las autoridades en en el caso de su hija, lanzó una intensa campaña a través de las redes sociales para intentar dar con el paradero de Gabriela y el 18 de septiembre pasado expuso su caso durante el mitin de la Caravana por la Paz al Sur, que encabezó el poeta Javier Sicilia.
Antes de que fuera hallado el cuerpo de la joven, Ybarra detalló en entrevista con REFORMA el calvario que pasó desde que Gabriela desapareció a principios de junio.
La Procuraduría de Veracruz, dijo Ybarra, perdió mucho tiempo al considerar que Gabriela se había escapado de la casa.
«Pierden mucho al principio, iban a investigar si no andaba mi hija con un grupo (delictivo). Te desprestigian, pierden mucho tiempo en desprestigiar a la víctima», contó Ybarra entrevistada el pasado 18 de septiembre en Xalapa en el marco de la Caravana por la Paz al Sur.
«La autoridad perdió tiempo valioso en desestimar el caso, diciendo que escapó (…) que había violencia intrafamiliar», dijo Ybarra, quien detalló que empezó a buscar a su hija por su cuenta luego de que las autoridades no avanzaban con las investigaciones.
Los primeros 15 días, dijo, empezaron a enviar correos electrónicos, luego empezó a convocar conferencias de prensa para difundir el caso y el 14 de agosto viajó al centro del país para participar en la marcha del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y buscar un encuentro con Sicilia.
«De alguna manera esto se hizo público muy fuerte, fue como el caso, no sé si pones en riesgo la vida de ella, pero no te puedes quedar callado, no puedo yo callar esto» De acuerdo con Bárbara, el caso de su hija no es el único en el estado. Asegura que hay varios jóvenes desaparecidos de 16, 18 años en promedio
Editorial
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