ABC selecciona algunas de las tierras que pueblan las páginas de los cuentos más famosos de siempre
Por Rodrigo Alonso/Abc
Los cuentos, la patria de todos
Dijo el escritor alemán Rainer Maria Rilke que la patria de todo hombre se encuentra en la infancia. Que es en ese tiempo de juegos y despreocupación -de risas, llantos y lecciones- donde una persona forja su carácter y adquiere sus aptitudes. Que en el momento en el que uno supera esa frontera invisible entre la niñez y la vida adulta, irremediablemente, la vida cambia para siempre.
Dejando a un lado lo que dijese Rilke, la infancia es ese tiempo al que siempre se vuelve. Una época que tendemos a idealizar y recordar. Para tener éxito en esa dura empresa que es volver a la niñez, los libros son uno de nuestros mejores aliados, ya que entre sus páginas se encuentran encerrados, a la espera, algunos de los lugares que en algún momento de nuestra vida fueron patria.
De este modo, si deseamos dar marcha atrás en el tiempo, podemos rescatar de la estantería a Peter Pan y perdernos, aunque sea solo por unos minutos, en ese Nunca Jamás de niños perdidos, piratas e índios. También podemos redescubrir Hogwarts y el mundo mágico de Harry Potter de la mano del niño que sobrevivió. O acompañar de nuevo a Dorothy y sus amigos en su estoica búsqueda del Mago de Oz. Las opciones son múltiples, y en ABC os recordamos algunas de esas tierras a las que todos fuimos en algún momento y a las que nunca es tarde para volver.
Nunca Jamás
El hogar de Peter Pan es uno de los ejemplos más manidos cuando se habla sobre tierras de fantasía. A pesar de ello, muchos adictos a los libros siguen viendo en Nunca Jamás un lugar especial, una idílica alegoría en la que el tiempo se detiene y se puede ser niño para siempre.
El británico J. M. Barrie creo una isla en la que un puñado de niños se enfrenta a avezados piratas capitaneados por el malvado Capitán Garfio en un entorno en el que también hay cabida para indios y sirenas. Un maravilloso delirio creativo que, en parte gracias a Disney, ha fascinado a varias generaciones.
Gotham
Se hace raro pensar en un amante de los cómics que no tenga a Batman entre sus personajes preferidos. Lo cierto es que Bob Kane y Bill Finger supieron crear un héroe con el que resulta fácil empatizar: un niño que pierde a sus dos padres a la salida de un cine y que al crecer decide salvar a su ciudad, corrompida por el crimen organizado y por supervillanos como el Joker, este último uno de los mejores antagonistas en la historia del cómic.
Sin embargo, una de las cualidades más atrayentes del hombre murciélago es que, en definitiva, es un hombre normal y corriente. No tiene superpoderes de ningún tipo. Él combate el crimen a puño limpio y haciendo uso de la amplia gama de ingenios que guarda en su cinturón. Lo que sí que tiene Bruce Wayne, quizá más que ningún otro protagonista de novela gráfica, es dinero para dar y tomar, buena parte del cual invierte en mejorar su hogar: Gotahm. Una urbe plagada de rascacielos. Un arquetipo de gran metrópolis estadounidense.
Idhún
Puede que Idhún no sea uno de los lugares más reconocibles para los amantes de los cuentos. A pesar de ello, no han sido pocos los adolescentes que han devorado con gusto los tres libros que Laura Gallego dedicó a esa tierra mágica poblada por nigromantes, licántropos, serpientes aladas gigantes, unicornios o dragones. Un lugar que tres jóvenes adolescentes, los cuales forman un triángulo amoroso, tratan de salvar de las fuerzas oscuras que lo amenazan.
A pesar de no ser un lugar tan reconocible como los anteriores, lo cierto es que «Memorias de Idhún», los libros en cuyas páginas está situada esta tierra, es considerada como una de las mejores sagas de fantasía escritas en España.
Asteroide B 612
Cuando Saint-Exupéry observaba los restos de su avión accidentado en el desierto del Sáhara, dificilmente podría imaginar que esa experiencia le serviría para escribir uno de los mejores cuentos de siempre: «El Principito», una obra que lleva décadas y décadas convirtiendo a los jóvenes en amantes de la literatura.
El Principito tiene por posesión un pequeño asteroide en el que tan solo hay una rosa con delirios de grandeza y tres volcanes (dos de ellos activos). El joven de cabellos dorados dedica sus días a retirar del planetoide las enormes semillas de baobabs que lo salpican.
Fantasía
Si lo que busca cuando abre un cuento es escapar, probablemente «La historia interminable» sea una de las mejores opciones. La tinta verde y la tinta negra con las que Michael Ende dibujó la frontera entre «realidad» y ficción dieron a luz Fantasía, una tierra insólita habitada por gigantes de piedra, hadas médicas o lentísimos gelidones. Un reino que Atreyu, el protagonista del cuento, trata de salvar de la destrucción.
Narnia
Cuando los hermanos Pevensie cruzaron la puerta del armario, ubicada en una de las habitaciones de la mansión silvestre en la que fueron acogidos para huir de los horrores de la guerra, se dieron de bruces con un mundo mágico plagado de faunos, brujas, centauros y todo tipo de seres fantásticos. El autor de «Las Crónicas de Narnia», C. S. Lewis, dio a luz un mundo riquísimo que, además, causó furor en su versión cinematográfica.
Los hermanos Pevensie se implicaron tanto con esta tierra que la salvaron de la perdición una y otra vez a lo largo de una saga de libros para el recuerdo.
Oz
Todo un clásico de la literatura infantil. Una obra en la que todo el mundo, en mayor o menor medida, se ha sumergido en algún momento de su vida. Acompañar a Dorothy a la ciudad de Oz, esa urbe descomunal en la que habita el mago que debe devolverla a su hogar en Kansas, se ha convertido a estas alturas en una suerte de peregrinación necesaria para todo lector que se precie.
Entre las páginas de «El Mago de Oz» habitan brujas, zapatos rojos mágicos, monos voladores, leones cobardes, espantapájaros sin cerebro o hombres de hojalata. Un mundo genial salido de la mente del escritor Lyman Frank Baum.
Hogwarts
No podía faltar en esta lista el escenario principal de la saga que más lectores ha creado en los últimos años. Esa escuela a la que todos los jóvenes desearon ir en algún momento de sus vidas. Ese lugar en el que los magos aprenden a utilizar su poder entre partidos de quidditch, cervezas de mantequilla, dragones e hipogrifos.
Hogwarts cuenta con cuatro casas a las que cada joven hechicero va en función de sus aptitudes: las casas de Gryffindor, Hufflepuff, Slytherin y Ravenclaw. Allí el mago pasará sus años de formación y, en el caso de que se llame Harry Potter, tendrá que pelear contra el malévolo lord Voldemort para salvar el mundo.