Por Omar Páramo/Gaceta UNAM
Como en relato de Charles Dickens, la Covid-19 se ha vuelto el fantasma de las navidades pasadas. En 2020 encendió los semáforos epidemiológicos y pintó al país de rojo y naranja, y este año tal escenario podría repetirse, en especial con la aparición de una mutación mucho más contagiosa del virus SARS-CoV-2: la variante ómicron.
Por fortuna, estamos en un punto donde la vacunación ha hecho que los casos graves vayan a la baja y, por ende, que los festejos ya no sean algo prohibido, pero como en el cuento de Ebenezer Scrooge, también es tiempo de corregir muchos de los errores de antaño para que las fiestas de diciembre no signifiquen un repunte en los contagios, como nos pasó antes.
“Aún no tenemos los suficientes datos para saber qué pasará con la variante ómicron; hay quienes se muestran optimistas y aseguran que, aunque se esparce con facilidad, no es más severa, pero no estamos seguros. Lo más conveniente es esperar y ver qué pasa en esta Navidad”, señala el profesor Malaquías López Cervantes, de la Facultad de Medicina.
Sin embargo, para el especialista en salud pública esto no es motivo para cancelar las fiestas, pero sí para ser más cuidadosos, y la viróloga Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología, opina lo mismo, pues como ella dice: “Estamos ya demasiado cansados de no vernos. Es momento de reunirnos, y si lo hacemos debe ser con precaución”.
Charles Dickens sabía que el mundo está lleno de adversidades, pero creía que siempre era posible hacer algo para contrarrestar lo malo, de ahí que en Un cuento de Navidad escribiera la que quizá sea la frase más famosa del relato: “Mientras que en este mundo hay enfermedades y pesares muy contagiosos, a veces las risas y el buen humor lo son más”.
Para evitar que el SARS-CoV-2 entre en casa sin cerrarle por ello las puertas al buen ánimo de las fiestas decembrinas, los profesores universitarios tienen una serie de consejos muy fáciles de seguir, y es que celebrar con prudencia será clave para que ese fantasma de las navidades pasadas, que es la Covid-19, se quede por fin en el pasado, pues es ahí donde pertenece.
Evitar eventos con muchas personas
A últimas fechas los periódicos han reportado festivales masivos de rock, eventos deportivos y automovilísticos, aglomeraciones en las calles y mítines políticos en plazas públicas, sitios que a decir de López Charretón se deben evitar si queremos celebrar en familia la Navidad.
“Para festejar de forma segura lo recomendable es no ir a dichos eventos. Estos conciertos o reuniones implican congregar a demasiadas personas y ponerlas tan cerca que los espacios abiertos no bastan para evitar los contagios”. Y si hemos decidido asistir, al menos no debemos hacerlo cinco días –mínimo– antes de juntar a la familia, añade López Cervantes.
Si bien este extremar precauciones inicia una semana antes, el momento crucial es la Noche Buena, cuando los invitados llegan al lugar de reunión con regalos bajo el brazo, y aunque la tentación de abrazar a los nuestros sea mucha, lo mejor es no hacerlo, al menos no a aquellos familiares con los que no convivimos en el día a día, o al menos no de forma estrecha.
“El saludo de puño cerrado siempre es una buena opción”, refiere Malaquías López Cervantes quien opina que este gesto además de haberse puesto de moda durante esta pandemia, se ha vuelto un ademán de afecto y solidaridad.
Y aunque el evitar besos y abrazos puede sonar frío, a decir de López Charretón este alejamiento físico no significa distanciamiento social, pues podemos ver a nuestros cercanos, de preferencia en sitios al aire libre como terrazas o jardines, pero si el encuentro es en una sala, lo mejor es tener las ventanas abiertas. “La mayoría de los contagios se dan en lugares cerrados donde se acumula el virus, de ahí que la ventilación sea medular”.
También debemos recordar que jóvenes y niños son quienes más transmiten contagios, por lo que debemos alejarlos de las personas no vacunadas, y algo que nunca estará de más recomendar, subraya Malaquías López, es el cubrebocas. “Si estamos al interior y todos traemos el barbijo puesto, bien podemos convivir unas tres horas sin problemas”.
Para el experto en Salud Pública, si actuamos con responsabilidad es muy probable que ésta sea la última Navidad en la que actuemos con tanta cautela. “Si en este 2022 avanzamos lo suficiente en la vacunación y controlamos mejor la pandemia, tendremos un gran motivo para celebrar. Mientras tanto, tenemos que extremar los cuidados al estar juntos”.