Dos explosiones devastaron la euforia en la línea de meta de la Maratón de Boston este lunes, lo que envió a las autoridades a ingresar al circuito para retirar a los lesionados, mientras los rezagados en el trecho de 42 kilómetros (26.2 millas) desde Hopkinton fueron desviados del sitio humeante de las detonaciones.
La policía de Boston indicó que hay al menos tres muertos y múltiples heridos; medios noticiosos como CNN marcaron la cifra de heridos en 176, agregando que uno de los fallecidos es un niño de 8 años.
«Encontraremos quién lo hizo y por qué lo hizo», dijo el presidente Barack Obama en un mensaje desde la Casa Blanca.
El Primer Ejecutivo de Estados Unidos destacó que la investigación se encuentra aún en su punto inicial, a la vez que pidió no caer en especulaciones hasta tanto se analice toda la evidencia.
«No sabemos quién hizo esto y por qué lo hizo», sentenció Obama. «Pero estén seguros de que llegaremos al fondo de este caso. Cualquier individuo o grupo responsable de este acto sentirá el peso de la justicia».
El comisionado de la policía de Boston, Ed Davis, confirmó que se encontraron dos artefactos explosivos más, los cuales fueron desarmados.
El momento en el que ocurrieron las explosiones, alrededor de las 2:50 p.m. EST, fue especialmente devastador, ya que se trata de una hora en la que una gran concentración de atletas se aproximaba a la meta en Boylston Street. En la edición del año pasado, por ejemplo, más de 9,100 atletas cruzaron la línea de meta –42 por ciento de los participantes que finalizaron la competencia– durante los 30 minutos antes y después de la hora de las explosiones.
Este año, más de 23,000 personas iniciaron la carrera; sólo 17,580 cruzaron la línea de meta.
Agregó Davis que una tercera explosión fue reportada en el interior de la Biblioteca JFK de Boston, a aproximadamente cinco millas de la línea de meta de la maratón. No obstante, las autoridades rectificaron luego que el incidente en la biblioteca se trataba de un incendio (originado en el cuarto de mecánica) y no de una explosión. Por su parte, la Biblioteca JFK anunció a través de su cuenta oficial de Twitter que «no se reportaron heridos» en este incidente.
En conferencia de prensa, Davis urgió a las personas a mantenerse en casa y en sus hoteles, además de no congregarse en amplios grupos.
Espectadores ensangrentados fueron llevados al área médica que se había preparado para los corredores fatigados. La policía se movió entre los competidores mientras se dirigían de vuelta al circuito.
«Hay mucha gente tirada», dijo un hombre, cuya tarjeta N° 71528 lo identificó como Frank Deruyter, de Carolina del Norte. Deruyter no estaba lesionado.
Entretanto, el personal de maratón estaba cargando a una mujer, que no parecía ser corredora, al área médica mientras sangre brotaba de su pierna. Un oficial de policía de Boston fue llevado desde el circuito con una lesión de pierna que le sangraba.
Cerca de tres horas después de que los ganadores cruzaron la línea, hubo una explosión fuerte al norte de la calle Boylston, justo antes del puente de fotografía que marcaba la línea final. Otra explosión se escuchó uno segundos después.
El humo se levantó tras los estallidos, emanando entre las banderas nacionales alineadas con la ruta de la maratón más antiguo y prestigioso del mundo. Material de los helicópteros televisivos mostraban el pavimento manchado de sangre en la popular área de compras y turismo conocida como Back Bay.
La corredora Laura McLean, de Toronto, dijo haber escuchado dos explosiones fuera de la lona médica.
«Hay gente realmente ensangrentada», dijo McLean. «Los están llevando a la tienda de campaña médica».
Cherie Falgoust estaba esperando a su esposo, quien corría la maratón.
Presidente Obama «No sabemos quién hizo esto y por qué lo hizo. Pero estén seguros de que llegaremos al fondo de este caso. Cualquier individuo o grupo responsable de este acto sentirá el peso de la justicia».
«Estaba esperando a mi esposo en cualquier minuto», dijo. «No sé cuál es este edificio […] simplemente estalló. Sólo un bombazo, un tronido fuerte, y después vidrios por todas partes. Algo me golpeó la cabeza. No sé qué fue, simplemente me agaché».
La NHL reportó que el partido pactado esta noche entre los Bruins de Boston y los Ottawa Senators fue cancelado.
Los Medias Rojas, quienes jugaban en Boston temprano el lunes, parecían no estar al tanto de las explosiones mientras eran entrevistados por los periodistas especializados después del partido. En el camerino, los jugadores estaban listos para su viaje a Cleveland, donde a partir del martes protagonizarán una serie de tres juegos contra los Indios.
Un portavoz de los Medias Rojas confirmó a través de un mensaje de texto que el equipo había llegado a salvo al aeropuerto.
Los Celtics, que descansaban el lunes, tenían un partido en calendario para este martes contra Indiana en Boston. La NBA anunció que el duelo había sido cancelado a raíz de la tragedia.
La policía de Boston indicó que se desconoce el motivo y quién haya sido el autor de las explosiones. Igualmente, se reportó que antes de la realización del evento deportivo no se recibieron amenazas que apuntaran a estos ataques.
Aproximadamente 27,000 atletas tomaron parte en la Maratón de Boston, que se extiende unos 42 kilómetros (26.2 millas), y goza de un alto prestigio a nivel internacional.
Las autoridades policíacas en Nueva York y Londres reforzaron las medidades de seguridad a raíz de las explosiones en Boston.
El portavoz jefe del Departamento de la Policía de Nueva York, Paul Browne, dijo que varias unidades de reacción inmediata han sido posicionadas en varios puntos de la metrópolis. Asimismo, la policía británica se encuentra revisando los planes de seguridad de cara a la Maratón de Londres a realizarse este domingo, el próximo evento de calibre internacional en el calendario competitivo.
Espn
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