Ante las supervisiones médicas que se están ante las preocupaciones por la salud de la reina Isabel II, se ha reactivado un plan de acción ante el eventual fallecimiento de la jefe de Estado de Reino Unido, conocido como “London Bridge”.
Un artículo de The Guardian predice el orden de los eventos. En cuanto la monarca muera, sus médicos alertarán a la nueva Primera Ministra Liz Truss. Cuando Jorge VI, su padre, falleció hace 70 años, se transmitió la muerte al Palacio de Buckingham usando el código “Hyde Park Corner”, para asegurar que la información no se filtrara al público.
Para Isabel II, la frase para avisar sobre su muerte de manera confidencial será “London Bridge is down”, que traduce “el Puente de Londres ha caído”. Se espera que no pase mucho tiempo antes de que la noticia sea conocida por todo el mundo.
Los primeros en conocer la noticia serán los 15 gobiernos fuera del Reino Unido, donde la reina es también la jefe de Estado, y después a las otras 36 naciones de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealt, en inglés) en donde es una figura simbólica.
Durante muchos años, a la BBC se le informó primero sobre las muertes reales, pero ahora su monopolio sobre la transmisión al imperio se ha ido. Cuando la Reina muera, el anuncio saldrá como una noticia de última hora para la Press Asociation y el resto de los medios de comunicación del mundo simultáneamente. En el mismo instante, un lacayo vestido de luto emergerá de una puerta en el Palacio de Buckingham, cruzará la grava de color rosa opaco y clavará un aviso de borde negro en las puertas. Mientras hace esto, el sitio web del palacio se transformará en una sola página sombría, mostrando el mismo texto sobre un fondo oscuro.
Así es el protocolo ‘London Bridge’ que se activará ante deceso de la reina Isabel II
En la BBC, se activará el “sistema de transmisión de alertas por radio” (conocidas como Rats), una alarma de la era de la guerra fría diseñada para resistir un ataque a la infraestructura de la nación. Las Rats, a las que a veces también se hace referencia como “reales a punto de apagarlas”, son una parte casi mítica de la intrincada arquitectura de rituales y ensayos para la muerte de las principales personalidades reales que la BBC ha mantenido desde la década de 1930. La mayoría del personal solo lo ha visto funcionar en pruebas; muchos nunca lo han visto funcionar en absoluto. “Cada vez que hay un ruido extraño en la sala de redacción, alguien siempre pregunta: ‘¿Son las Rats?’ Porque no sabemos cómo suena”, han explicado reporteros de la BBC.
Todas las organizaciones de noticias se esforzarán por poner al aire documentales, especiales y obituarios en línea.
Según la reseña, el periódico inglés The Times ya ha preparado contenido equivalente a 11 días de cobertura sobre el tema y el subeditor de The Guardian ya tiene una lista de historias que usarán en su despliegue noticioso.
Los presentadores de los noticieros vestirán de negro, los canales pararán su programación habitual, el Parlamento se cerrará, la gente irá a casa temprano, y los pilotos de avión anunciarán la noticia a sus pasajeros.
Todos los juegos, incluyendo el golf, serán prohibidos en los parques. El día después de la muerte de la reina se izarán las banderas y a las 11 de la mañana, Carlos será proclamado rey.
Tras su nuevo nombramiento, el nuevo rey visitará lugares como Edimburgo, Belfast y Cardiff para asistir a los eventos en honor a su madre y para reunirse con los líderes de los gobiernos descentralizados.
Ese mismo día, Westminster Hall será cerrado, limpiado y su piso de piedra cubierto con 1,500 metros de alfombra y las calles se convertirán en espacios ceremoniales.
Cuatro días después de su fallecimiento, el ataúd se trasladará a Westminster Hall y permanecerá ahí durante cuatro días completos. La procesión desde el Palacio de Buckingham será el primer gran desfile militar del Puente de Londres.
Al cumplirse el noveno día, será el funeral. En esa fecha la mayoría de ciudadanos no irán a su trabajo y muchas tiendas se cerrarán. Imágenes de la reina se expondrán en las calles y se programarán servicios religiosos en todas las ciudades del Reino Unido.
Desde Hyde Park Corner, el carro fúnebre recorrerá 23 millas por carretera hasta el castillo de Windsor, lugar donde los cuerpos de los soberanos británicos son enterrados tradicionalmente.
Al cerrarse las puertas del claustro las cámaras tendrán que dejar de transmitir y dentro de la capilla, el nuevo rey dejará caer un puñado de tierra roja de un tazón de plata.
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