Por Inés García Nieto
Ganaderos en crisis, profesionistas desesperados por extrañas enfermedades, amas de casa con necesidad de protección ante los “trabajos” de las amantes de sus maridos, y personas influidas por videntes invitados de la cubana Niurka en “El canal de las estrellas”, son los principales clientes de los “arrieros” de la avenida Juárez en el centro de Tuxpan, y comerciantes del mismo giro en el mercado “Enrique Rodríguez Cano”, “5 de febrero” y “Héroes del 47”.
En los dos locales conocidos como “los arrieros” en el centro de la ciudad, mujeres y hombres llegaban el jueves 4 de marzo para adquirir paquetes “compuestos” por siete yerbas para “el despojo” que se harían el primer viernes de marzo, así como hojas de pirú, romero, ruda, laurel ajo de monte, albahacar, aguacate oloroso y yerba del negro. Compra obligada también es el copal, lociones, aceites, zábilas, herraduras, veladoras, y amuletos de la muerte cargando el pequeño mundo, o simplemente el planeta tierra en la punta del pie.
La muerte con túnicas y osamenta color negra, rojo y blanca, son los objetos esotéricos de mayor demanda en estos comercios, y sus precios van desde los 10 hasta los 45 pesos, pues la crisis económica no impide que las amas de casa y hombres de todas edades, quieran llevarla como amuletos especiales o ponerlas en altares junto a imágenes de otros santos, en sitios relevantes en sus casas.
Mientras que los dueños de los locales de Juárez se quejaban de que el jueves era un día flojo, y que tal vez el viernes mejorara la venta de paquetes de “compuestos”, ramos, lociones, aceites y otros productos, en el local del mercado municipal en la planta baja, Dulce la propietaria, lo mismo colocaba veladoras que vendía zábilas adonadas con moños rojos en 60 pesos.
Ha habido venta, informa, pero mañana viernes habrá mayor movimiento porque es el día de las barridas o despojos. En ayunas las personas acuden a ver a los curanderos de la ciudad, y para eso van preparados con plantas, veladoras, lociones y demás cosas que ellos creen necesitar.
Indica que en este momento las barridas están en 50 pesos pero aparte los curanderos tienen tarifas para los trabajos especiales, y que la señora Ana que se anuncia en su local, y ahí recoge a sus clientes, cobra 90 pesos por la lectura de cartas.
35 pesos es el precio de las lociones solicitadas por el color:
Azul es contra los daños; amarillo, retira todo lo malo, blanca, abre caminos. La de San Martín Caballero es para los negocios, y los más demandados son los ramos de pirul, manzanilla, clavel, romero y ruda, que cuestan 15 pesos, y sirven para barridos y despojos.
Temprano, señaló Dulce, llegaron varios curanderos procedentes de la UV, Juana Moza y Ojite, quienes se llevaron yerbas, lociones, amoniaco, amuletos, sal negra y a San Martín Caballero. La Muerte es llevada para custodiar negocios y el hogar, y quienes más las compras son las mujeres para hacer frente a la envidia de vecinos y familiares, y hasta para poner quietas a las amantes de sus maridos quienes han hecho “amarres” para que los hombres las abandonen y no se hagan responsables de sus hijos.
Convencida de lo que sus ojos han visto en años, Dulce afirma.- Si la gente cree en lo que practica, las limpias le resultan.
Al local ubicado por la entrada de Pípila, llega un mujer de unos 60 años de edad, de pelo corto, voz ronca y personalidad extrovertida, y pide un manojo de ruda. Desde la semana pasada compra ruda para darse baños con esta planta, pues un vidente que hace poco estuvo en el programa de la cubana Niurka, este recomendó a los televidentes bañarse con esta yerba para alejarse las malas corrientes de gente malintencionada. Ella lo hizo y desde entonces se siente súper bien.
Qué dirá Dios de esto, se le pregunta. Voltea la cabeza con rapidez para responder con seguridad:
No creo que eso le moleste. Él dice ayúdate que yo te ayudaré y yo hago eso. Con enjuagarme con agua de ruda no estoy atacando a Dios ni al diablo.
Una mujer esbelta y alta se acerca para decir.- “Barrerse el primer viernes de marzo es una tradición muy fuerte en el estado de Veracruz.”
Elisa, una mujer sumamente delgada de aproximadamente 70 años que a los arrieros llego a comprar un manojo de 7 yerbas cuyo precio es de 15 pesos, cuenta que ella va a un centro espiritual blanco ubicado en una casa de dos plantas en la calle Amanda Miguel. Doroteo es el curandero y sabe cuál es el problema de las personas con solo verles las palmas de las manos.
Elisa va desde hace muchos años a ese lugar, y las limpias evitaron que la amante de su marido la matara con magia negra, porque por las noches a su casa entraba un gato negro a maullar a media pieza. Ella empezó a tener ataques de epilepsia, y Doroteo la alertó. Le empezó a dar limpias y le dijo que golpeara al gato con piedras mojadas en agua bendita. Ello lo hizo y el animal dejó de entrar a su casa. Enojada la amante le metió pensión al marido infiel porque tuvo un hijo de esta relación, pero la mala mujer está a punto de perderla pues hoy el hijo es mayor de edad. Ella ha mejorado de la epilepsia y de vez en cuando tiene mareos y ha perdido peso, pero de ahí en fuera está bien, dice.
A partir de entonces ella sigue visitando al espiritista que cobra 20 pesos por sacar ficha dar consulta, más aparte el dinero que “el trabajo” requiera.
Ella también cree en San Miguel Arcángel, porque Dios le dio poder para vencer al diablo.