Por I. M. N. Luis Castro Galán
El que esto escribe IMN LUIS CASTRO GALAN, JEFE DE MAQUINAS DE LA MMN estuvo íntimamente relacionado con el evento de la desaparición del B/M “TUXPAN” durante la tarde/noche del 24 de Febrero de 1987.
El suscrito en ese entonces había sido Jefe de Máquinas del “Tuxpan” y posteriormente era el Ingeniero de Puerto de la Compañía Tecomar y como tal estaba a cargo del mantenimiento de los barcos de la empresa.
El Tuxpan estaba programado para que en su viaje de retorno a Europa en Marzo/Abril de ese año entraría a trabajos de carenado y mantenimiento de Maquinaria en astilleros alemanes y fue el suscrito quien en su última visita en Bremen, Alemania visito el barco para inspección y definición de los trabajos a realizar en su próxima entrada a Dique por lo tanto a mí me toco despedirlo en su última travesía.
El reporte del mediodía como diariamente ocurría llego de manera puntual solo que en esta ocasión el Capitán Luis Astorga Molina hacia énfasis en que las condiciones del tiempo eran muy adversas estableciendo en su reporte que tenía vientos “fuerza 10” y mar en “escala 9”, ya no se recibió en lo subsecuente ningún otro reporte.
Era común en esa época del año que los reportes meteorológicos y condiciones del barco enviados al mediodía se retrasaran en llegar a las oficinas a veces con 24 y/o 48 horas por las mismas condiciones del tiempo, la triangulación en la transmisión y el trafico mismo de mensajes que aumentaba de barcos a empresas para reportar su posición y condición.
Al cumplirse 72 horas sin recibir noticias se iniciaron las operaciones necesarias para verificar la posición y situación del barco y tripulantes.
Al no obtenerse información clara y con la noticia de una gran tormenta en el atlántico norte afectando la ruta de navegación del Tuxpan, el Capitán Luis Pérez Hernández y el suscrito (ex Capitán y ex Jefe de Máquinas de ese barco) fuimos comisionados para volar de inmediato al cuartel General de la Guardia Costera en la Isla Del Gobernador, en Manhattan, NY.
Entrevistados con el personal a cargo de Búsquedas y Rescates nos llevaron al cuarto de computadoras de predicción donde alimentaron las computadoras con los datos del barco, de la tormenta y de eventos similares con probabilidades de pérdida y rescate. Por desgracia en vista del tamaño y dimensión de la tormenta que súbitamente se hizo muy grande, tipo de tormentas que no habían sucedido en 25 años y habiendo sorprendido a muchos barcos en esa ruta de trafico las probabilidades de sobrevivencia y rescate eran de 1 en 700,000 por lo que el “CoastGuard” no consideraba viable una operación de búsqueda ya que tenían otras prioridades que atender con sus propios barcos.
Después de una extensa y muy acalorada discusión y a insistencia de Nosotros se logró que accedieran a enviar un avión de búsqueda esperando encontrar el barco y/o sobrevivientes.
La computadora establecía que las probabilidades de sobrevivencia eran prácticamente nulas pues por el tamaño de las olas reportadas de hasta 20 metros sin considerar la masa de agua que venía atrás y la fuerza de los viento entre 60 y 100 nudos aun las balsas no podrían sostenerse en la superficie y serian revolcadas anulando las probabilidades de sobrevivencia.
Con todo y los pronósticos en contra se insistió en la operación de búsqueda.
Por nuestra parte desde Nueva York con la comunidad marítima se buscó la manera de formar y zarpar un equipo de búsqueda partiendo desde las Bermudas. Aun las empresas dedicadas al rescate dadas las condiciones de la tormenta veían muy poco probable lograr hacer algo por encontrar al Tuxpan y sus tripulantes.
Volamos al día siguiente a Hamilton, Bermudas para estar al tanto de las operaciones de búsqueda, se hizo contacto oficialmente con la Guardia Costera para recibir noticias a cada regreso del avión de búsqueda, siempre fueron negativas.
El suscrito sin identificarse como miembro de la empresa y ex tripulante del Tuxpan hizo amistad con los miembros de la tripulación del avión de búsqueda y al calor de la plática me informaron que el avión tenía 20 horas de autonomía de combustible, necesitaban 8 horas de vuelo para llegar a la última posición reportada por el Tuxpan, sumando las 8 de regreso solo podían emplear 2 horas de vuelos rasantes en función de la búsqueda y dejar 2 horas de combustible para emergencias (la posición aproximada se puede establecer trazando una línea entre Islas Azores y Las Islas Bermudas y bajar una vertical desde el punto más metido al mar de la Península del Labrador).
Independientemente de los 5 días de búsqueda del avión del CoastGuard a través del líder sindical de estibadores en Hamilton nos puso en contacto con el Cónsul de Portugal con el cual entrevistamos y accedió al envió de un vuelo “Albatros” rasante entre Azores y Bermudas de igual forma con resultados negativos.
A los cinco días de iniciadas las operaciones de búsqueda de dieron por terminadas al no encontrar ningún indicio que señalara su presencia o al menos rastros del barco que después de una tormenta de esa magnitud cualquier rastro o despojos seria desaparecido por la misma fuerza batiente de las olas remanentes.
En Hamilton se visitaron dos buques que alcanzaron a entrar a puerto al poder escapar de la tormenta y los daños en su superestructura y caseteria eran evidencia de la fuerza del embate de las olas, observando inclusive puertas de combate dobladas por mitad.
Otro barco también desapareció, pero este si tuvo tiempo de enviar “SOS” y acudieron avión y submarino al rescate de tripulantes, fue el “Balsa 24” de bandera filipina, sus tripulantes algunos pudieron echarse al agua, el avión por la misma fuerza de la tormenta solo pudo dejarles caer una balsa a la cual reportan se subieron 8 tripulantes, la fuerza de las olas batió y expulso a sus ocupantes quedando indefensos ante el oleaje, un submarino estadounidense perteneciente a la base naval americana en Bermudas acudió también en auxilio, el Capitán a través del periscopio observo la escena y tomo fotos que se publicaron en el diario local de Hamilton, decidió hacer una ascensión y coincidentemente al momento de salir a la superficie atrapo en su cofa (torre) a uno de los tripulantes, no pudiendo arriesgar su submarino y más de 400 tripulantes abrieron la escotilla de la torre, metieron al filipino y se volvieron a sumergir dejando necesariamente a su suerte los 7 restantes por los que nada se pudo hacer. El sobreviviente era un filipino de 21 años, ayudante de cocina, su primer viaje (había pagado “mordida” para que lo embarcaran).
En la Isla del Gobernador se hicieron cálculos en caso de “Deriva” por efecto de corrientes y vientos hacia donde pudieran ir restos por naufragio y sobrevivientes. Dos semanas después y al mes aparecieron contenedores pertenecientes al Tuxpan, precisamente en el área de esa estima pero muy lejos al sur de la última posición reportada, aunque en el plan de estiba a su salida de Bremen figuraban en el plan de bodega y su aparición pudiera hacer creer que se partió en dos, no podía darse por echo ya que muy frecuentemente el contenedor no llegaba a tiempo y solo hasta el final de la salida del barco y se colocaba sobre cubierta en la fila superior y tanto el plano de estiba como el reporte de carga ya no se modificaba para no volver hacer otro tramite y retrasar la salida del barco.
Un año después volvió aparecer otro contendor en el área de maniobras de la base naval americana en Bermudas, fui contactado para investigar que materiales había en ese contenedor pues querían “volarlo” por el peligro que representaba.
De lo anterior no se informó a la opinión pública pues ya se había hecho mucho escarnio de lo sucedido con el barco y las culpas o no de sus tripulantes.
Lo único cierto es que el barco desapareció, se presume se hundió pues nadie sobrevivió para contarlo, la estimación más congruente de lo que pudo haber pasado la hizo el extinto Capitán Roffiel ex-director de la ENV al conceptuar que debido al tamaño de las olas y el tipo de tormenta bien pudo suceder que una ellas por su dimensión el Tuxpan no la pudo remontar y “SE FUE POR OJO” no dando tiempo a nadie de hacer absolutamente nada.
Hubo quien se atrevió a lanzar críticas en el proceder del Capitán Luis Astorga Molina, lo que debió o no debió hacer, el hecho es que ninguno de esos críticos estuvieron ahí para haber tomado decisiones, a mí me toco navegar con el Capitán Luis Astorga en ese barco precisamente y nos tocó enfrentar tormentas y mi observación a su comportamiento y toma de decisiones es y será siempre de lo más recomendable pues en mis recuerdos son de una persona responsable, calculadora y en conocimiento de lo que hacía.
Hubo también quien pidió la última posición del barco para ir en su rescate, cuando no se consideraba que un punto señalado con un lápiz en una carta náutica transoceánica representa un área aproximada de 200 millas náuticas y que ya habían pasado más de 20 días de reportada su perdida. También se dio el caso de no aceptar que el barco hubiera desaparecido porque dada la capacidad indudable del Capitán (que no se pone en duda, repito) no podía dejar perder el barco, pero no consideraron que la dimensión de esa tormenta UNICA EN 25 AÑOS rebasaba la capacidad humana y tecnológica y que en esas aguas y circunstancias una embarcación solo es un juguete al capricho de las olas.
Aprovechándose del sentimiento de dolor y pérdida de los familiares de los tripulantes y solo con el fin de obtener provecho político y económico, hubo quien alimento en ellos la idea “QUE HABIAN SIDO ATRAPADOS POR LA ARMADA CUBANA EN MEDIO DEL OCEANO Y LLEVADOS A CARCELES CUBANAS POR SUPUESTO CONTRABANDO DE ARMAS”. A esos familiares bien intencionados no les informaron que:
· El Tuxpan nunca trajo carga ni despachos para ningún Puerto cubano, consecuentemente no podía existir el supuesto de contrabando.
· El Tuxpan transportaba armamento desde Bélgica pero siempre con despachos para México y el Ejercito Mexicano.
· Que en ese tiempo y no se ahora la “Armada Cubana” no tenía buques con capacidad transoceánica, no podían abordar barcos de bandera extranjera en aguas internacionales y que en medio de esa tormenta hacían prácticamente imposibles cualquier intento de abordaje.
· Que para entrar en aguas cubanas viniendo desde el atlántico solo había 2 canales de navegación por donde llegar a Cuba, el canal de Bahamas y el canal de Puerto Rico y ambas posiciones son vigiladas por cielo mar y tierra por fuerzas americanas y para efectos prácticos todo lo que entra o sale por ahí pasa por su lupa y nada se les cuela mucho menos un barco cubano con un barco de contenedores “apresado en alta mar”.
Hubo quien “no tenía que haber estado ahí” y por azares del destino fue llamado a navegar, también hubo a quien quisimos desembarcar y por insistencia sindical permaneció abordo, creo todos tenemos marcado un destino y ahí se cumplió, posterior a la pérdida del barco salieron a relucir las debilidades humanas pero lo único que no puede ocultarse ni negarse es que los 27 tripulantes del TUXPAN “murieron cumpliendo su deber”, sea o no por decisión propia no tuvieron opción, sea pues esta narración un homenaje a estos marinos mexicanos y a Nuestros egresados en donde cada uno cumplió con su deber.
Gracias.