Celebró la misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, donde llegó a bordo del papamóvil descubierto en el momento en que la multitud cantaba el Hossanna
Con voz fuerte y animada, el Papa Francisco lanzó en su homilía del Domingo de Ramos un poderoso llamamiento a todos los fieles: «No seáis nunca hombres o mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo». El Papa insistió: «Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; de saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles».
Ante una multitud que ocupaba toda la plaza soleada y se extendía por la Vía de la Conciliazione hasta el rio Tíber, el Papa comentó tres palabras: «alegría», «cruz» y «jóvenes».
Respecto a la cruz, Francisco recordó que la entrada triunfal en Jerusalén era un preludio del camino de la Cruz, e invitó a todos a «vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo». Exhorto también a «no tener miedo al sacrificio. Pensad en una mamá o un papá: ¡cuántos sacrificios! Pero, ¿por qué lo hacen? Por amor. Y ¿cómo los afrontan? Con alegría, porque son por las personas que aman. La cruz de Cristo, abrazada con amor, no conduce a la tristeza, sino a la alegría».
El Papa se dirigió en tercer lugar a los jóvenes, a quienes invito a «Ir y hacer discípulos en todos los pueblos», como recuerda el lema de la Jornada Mundial de la Juventud del próximo mes de julio. Francisco arrancó aplausos al afirmar: «Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil». Pero no es una excursión, y el Papa exhortó a los jóvenes: «Preparaos bien, sobre todo espiritualmente en vuestras comunidades, para que este encuentro sea un signo de fe para el mundo entero».
Para delicia de los mayores, Francisco afirmó que también hay jóvenes «de 70 y 80 años, ¡eh!». Como siempre, añadió comentarios espontáneos al texto. Cuando hablaba de pobreza recordó una frase de su abuela: «El sudario no tiene bolsillos. Hay que estar desprendido.
El Santo Padre pronunció la homilía exclusivamente en italiano, lo cual disminuye las posibilidades de incluir citas con su voz propia en los telediarios de otros países, especialmente América Latina.
Llevaba en su mano derecha el anillo del Pescador, que se pone para las ceremonias mientras que el sábado, para la visita a Benedicto XVI en Castel Gandolfo llevaba el suyo anterior, de obispo, muy pequeño y sencillo.