Por Inés García Nieto
Erotismo es el placer de los sentidos, y tanto al hombre como a la mujer le ha sido coartada la posibilidad de experimentarlo. Este placer ha sido reducido al acto sexual y el placer es más que eso. Es una comunicación integral entre dos seres humanos, y vista como una parte de la vida, es también salud.
Patricia Becerra, sexóloga y psicoterapeuta, quien expuso parte de su conocimiento y las investigaciones recientes realizadas en torno a la sexualidad, participó en “Diálogo entre mujeres”, evento organizado por el Club de Liderazgo de Tuxpan, quien señaló:
Los aspectos saludables del placer, en concreto del orgasmo, es que produce anticuerpos, y neurotransmisores como las endorfinas, la dopamina, la exotoxina y la serotonina, que es un poderoso antidepresivo.
Estas sustancias producidas en el sistema nervioso central, se liberan en hombres y mujeres que no experimentan emociones de culpa, porque reconocen el valor de sus sentidos. El autoerotismo, que en la adolescencia se practica con sentimientos de ansiedad, estrés y culpa al creer el chico o la chica que está haciendo algo malo, en su vida de pareja repercute para mal cuando éstos llegan a tener una pareja.
Esta experiencia entendida como algo malo, lleva a que el hombre tenga problema de eyaculación precoz, comenta la doctora Becerra, y agrega que a su consultorio llegan varones pidiendo ayuda por esta disfunción, el cual se da en un 60 por ciento.
Dijo que por cultura los hombres son poco acariciadores, y la caricia y la auto caricia es una forma de erotismo, una forma de experimentar placer, y que este placer no debe ser visto como algo indebido, como algo innecesario, porque es parte de la auto comunicación que el ser humano no valora en su real dimensión.
Desafortunadamente, indicó, la cultura machista ha hecho que el ser humano sea prejuicioso respecto a las caricias, y que estas deben ser el preámbulo de una sana relación sexual.
Patricia Becerra, recomendó a las mujeres presentes en el diálogo sobre sexualidad, leer el libro “El punto G y otros descubrimientos”, para conocerse y entenderse más, para entender a sus esposos, y para orientar adecuadamente a sus hijos, en este aspecto tan importante de la vida.
Dejó muy claro que tanto hombre como mujer no tienen claro que amor y sexo van de la mano, y que el hombre –por la cultura machista que predomina en el orbe-, separa una cosa de la otra, y que la mujer no se ha empoderado de su derecho a experimentar placer. Desafortunadamente, ambos ven al sexo como un mecanismo de control.
Patricia Becerra dijo finalmente que hay estudios internacionales que investigan que emociones como miedo y culpa –por masturbarse en pubertad y adolescencia- producen ansiedad y culpa. Ambos estados pueden favorecer la obsesión y la compulsión, además de que el estrés provoca: hipertensión, úlceras, estados depresivos y de ansiedad.