José Guadalupe Padilla, primer obispo de la diócesis de Veracruz, es uno de los 69 prelados vivos que participaron en el Concilio, el más importante en mil años en la Iglesia Católica
Este jueves 11 de octubre se cumplen 50 años de que la Iglesia Católica iniciara en Roma el Concilio Vaticano II gracias al cual se cambiaron algunas de las reglas de la liturgia católica y, en general de la vida interna y su posición ante el mundo.
En aquel concilio, convocado por el entonces Papa, Juan XXIII, participaron más de dos mil 500 obispos y un número aproximado de sacerdotes y asesores.
De las deliberaciones del Vaticano II se derivaron cambios importantes en la Iglesia como el uso de las lenguas locales para la celebración eucarística, la posición del celebrante de frente el pueblo y reformas más profundas como la idea del diálogo ecuménico entre las diversas profesiones cristianas e incluso, con otras religiones.
Para celebrar el medio siglo del Concilio, del que fue participante, Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, decretó la celebración de un llamado Año de la Fe que se inicia este 11 de octubre y finaliza en noviembre de 2013.
Actualmente, sólo 69 de los dos mil obispos que participaron en el Vaticano II, siguen con vida, entre ellos el obispo emérito de la diócesis de Veracruz, José Guadalupe Padilla Lozano, de 92 años de edad.
Padilla Lozano es uno de los seis mexicanos que participaron en el Concilio y siguen con vida, en la lista aparecen José de Jesús García Ayala, de 102 años y obispo emérito de Campeche; Carlos Quintero Arce, de 92 y emérito de Hermosillo; José Trinidad Sepúlveda Ruiz-Velasco, emérito de San Juan de los Lagos de 91 años y Anselmo Zarza Bernal, emérito de León de 96.
El único mexicano cuyas condiciones de salud le permitieron viajar a Roma para participar con el Sumo Pontífice del inicio de estas celebraciones es el prelado emérito de Lázaro Cárdenas, José de Jesús Sahagún de la Parra quien tiene 90 años.
Padilla Lozano fue el primer obispo de la diócesis de Veracruz que fue creada en 1963 y se mantuvo en el gobierno de la misma hasta el año 2000, cuando el entonces Papa, Karol Wojtyla, Juan Pablo II, aceptó su renuncia.