Los «coralbots» aprovechan las técnicas de las hormigas, las avispas o las abejas para trabajar en grupo
Un grupo de investigadores está desarrollando un enjambre de robots inteligentes que ayuden a salvar los arrecifes de coral. Su idea es aprovechar estrategias como las que usan las hormigas, las avispas o las abejas. Que grandes grupos de individuos con instrucciones sencillas sin un organizador central sean capaces de llevar a cabo la tarea.
Los arrecifes de coral son un ecosistema imprescindible para miles de especies marinas. En ellos se refugian y alimentan toda clase de peces. Pero la pesca de profundidad —y el cambio climático— está destruyéndolos en todas partes de mundo. Aunque normalmente se asocian a latitudes tropicales, también se encuentran en otras partes del mundo como las costas de Escocia.
Precisamente del norte de Gran Bretaña son los investigadores responsables de los «coralbots». Se juntaron tres grupos de distintas disciplinas pero de la misma universidad, la Heriot Watt de Edimburgo. El de la doctora Lea-Anne Henry, bióloga, el de David Corne, informático, y el de Neil Robertson, ingeniero.
Aunque los arrecifes de coral tienen capacidad de regenerarse por su cuenta, el proceso lleva mucho tiempo. Con estos enjambres de robots, los científicos pretenden que un proceso que de manera natural puede durar décadas o siglos, se resuelva en cuestión de días.
Pegar trozos de coral
La tarea que tienen que realizar los «coralbots» es relativamente sencilla. Identificar trozos de coral desprendidos, recogerlos y pegarlos de nuevo sobre el arrecife con un pegamento especial. Con un pequeño conjunto de normas de actuación serían capaces de llevar a cabo la «reparación». Además, como es una tarea divisible en muchas más pequeñas, no hace falta un número máximo ni mínimo de robots. Incluso si varios se estropean, el resto pueden hacer su trabajo.
«Este proyecto explora uno de los logros más intrigantes y espectaculares de la naturaleza. Cómo, gracias a la inteligencia colectiva, grandes conjuntos de individuos más sencillos son capaces de construir estructuras complejas y funcionales», explicó David Corne —el «informático»—. «Sólo comprendemos este proceso de manera parcial, pero los científicos tienen algunas pistas y buenas ideas al respecto. Son las que usamos nosotros para conseguir la reconstrucción de los corales».
Si el proyecto prospera, estos enjambres de robots podrían enviarse a cualquier lugar del mundo donde algún arrecife haya sufrido daños. Y arreglarlo en apenas días.