Los criminales, nunca serán heroes

Cuidado con cifras en medios de comunicación.

DRA. ZAIDA ALICIA LLADO CASTILLO

De verdad, me preocupó una nota que saca el Dr. Miguel Carbonell, Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la que habla del mal uso de la exhibición mediática que se les otorga a individuos que presuntamente cometen delitos relacionados con la delincuencia organizada. Dice textual el Dr. Carbonell:

«Estamos creando tribunales mediáticos, una justicia para la televisión, pero esto no se corresponde ni con el debido proceso ni con el resultado que los eventuales juicios puedan tener al concluir». Además recordó lo que, el Presidente Felipe Calderón ha reportado en algunos informes: “del 1º de enero de 2007 al 30 de junio de 2010 fueron detenidas por actividades vinculadas con el narcotráfico 113 mil personas, pero en el mismo documento se indica que la población carcelaria aumentó, en el mismo período, en sólo 12 mil personas. Esto significa que hay más de 100 mil personas que el Presidente dice que detuvieron y no están en la cárcel. O sea que los juicios se les caen en los tribunales: los detienen pero luego no son consignados, o no se abre el juicio o no son capaces de mantenerlos en la cárcel o se les escapan o “los dejan ir por falta de pruebas”; lo que demuestra que es una justicia de fachada, mediática, sin un verdadero compromiso con la determinación de responsabilidades». (Universal, 20/enero/11)

Esto me parece de lo más serio, por lo que entonces los ciudadanos tenemos derecho a saber por una parte la verdad, no solo del Presidente sino de nuestras autoridades, para poder reafirmar o no la confianza en: a) el Gobierno en sus tres niveles; b) en las autoridades que investigan; c) en los ministerios públicos; d) en los centros carcelarios; y/o e) en los profesionistas que llevan los juicios de estos individuos o grupos detenidos y/o ya purgando condenas.

Pero hay otro aspecto que nos exige a los ciudadanos nuestra intervención, que es el de exigir más control de estas notas de radio o televisivas y de los medios escritos, por lo general protagónicas e irresponsables, porque al darles demasiada difusión se convierten en modelos que impactan en un sinnúmero de jóvenes que están buscando su identidad; y ésto, en lugar de ayudar empeora la situación, porque son mensajes y señales, que las reciben y después son repetidas para llamar la atención. Por lo tanto las autoridades deben ser las primeras en controlarlas o si se mencionan cuidar las imágenes que presentan.

El colmo fue, ver hace unos meses en un noticiero nocturno de la televisión una “entrevista especial al J.J.” por parte de Javier Alatorre, que sin aclarar en calidad de qué se le permitió hacerlo, hace preguntas a este presunto delincuente; cuestionamientos por cierto de pasante de terapeuta o…de auxiliar del auxiliar del ministerio público. y como dicen algunos comentaristas de la nota:

“… lo mismo se repiten en revistas de circulación nacional donde los directivos visitan a los narcos en sus escenarios y los entrevistan. Lo peor de todo ésto, es que lo permiten las autoridades federales y…más que parecer algo realmente serio, parece un circo, ratings, pasarelas y publicidad (como el caso de las playeras que traían al momento de su detención la Barbie y el JJ y que ahora algunos jóvenes quieren adquirirlas para vestirse igual. O qué decir de algunas películas o telenovelas de quinta, que describen la interesantísima y edificante vida de los carteles. ¡Caray, estamos tan mal, que en lugar de repudiar los delitos cometidos por esas personas, los hacemos héroes y nuestros modelos a seguir!! Y cada vez que veo en las noticias una nota de esa clase, usadas para distraer al pueblo…me pregunto, ¿y ahora, a qué hora le van a aumentar el precio a la gasolina? (Universal, 20/enero/11)

¿Cortinas de humo?, ¿camuflaje de cifras?, ¿coincidencia o publicidad?, ¿falta de consciencia y responsabilidad para con el futuro de los jóvenes? no lo sé. Pero por favor, reflexionemos al respecto por respeto y seguridad individual y de nuestras familias; y sobre todo por los modelos y valores morales que reciben nuestros hijos, jóvenes que en su gran mayoría todo lo ven por el lado trivial, que sin medir las consecuencias repiten patrones y que además en función de su actitud escéptica y en el deseo de obtener dinero rápido y fácil, son presa sencilla de estas mafias que los destinan a prácticas destructivas en su salud y su vida.

Si los padres de familia, el Gobierno y la sociedad no trabajamos en sincronía, pues entonces no nos quejemos de lo que venga en adelante. Por eso, son tiempos de unir esfuerzos, para proteger a la sociedad de los enemigos de Veracruz y de México.

Gracias y hasta la próxima.

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