Por Rodrigo Soriano/El País
Una parte de la colección patrimonial de las momias de Guanajuato, expuesta a finales de marzo en el Tianguis Turístico de Ciudad de México, comenzó a desarrollar una serie de hongos que podrían resultar infecciosos para los humanos. Las fotos aparecidas en los medios a finales de marzo —en las que aparecían los restos exhibidos en vitrinas— llamaron la atención de los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En al menos uno de los cuerpos momificados se observaban una serie de hilos blanquecinos, con un aspecto algodonoso. Los expertos hablaban de indicios de “colonias fúngicas”, y advertían de que la situación resultaba preocupante, al no haber valorado los cuerpos antes de su traslado desde Guanajuato a la capital.
En el primero de los tres días de la celebración del Tianguis Turístico —el evento más grande del turismo en México, celebrado este año en el Centro Citibanamex—, más de 5.000 personas visitaron la exposición de los restos traídos del Museo de las Momias (MUMO) de Guanajuato. “La institución en ningún momento recibió solicitud de autorización o asesoría para el manejo y traslado de los cuerpos momificados exhibidos en el Tianguis”, critica el INAH a través de un comunicado. La institución trató de deslindarse de los hongos aparecidos en los restos y de los posibles daños que pudieran haber causado los agentes patógenos a los visitantes y trabajadores.
Días antes de que la institución advirtiera de la falta de permisos, el alcalde de Guanajuato, Alejandro Navarro, aseguró que el traslado y la conservación de los restos se apegaron a los criterios de los organismos y las asociaciones. A pesar de estas declaraciones, el INAH apunto a que hubo “una falta de control en los cuidados mínimos indispensables”.
Los especialistas de la institución tratan de emitir recomendaciones acerca del cuidado del patrimonio de los 57 cuerpos momificados que se exponen en el MUMO —y más medio centenar que conservan en resguardo— debido a que consideran que requieren “atenciones especializadas”. De la mano del Centro del INAH Guanajuato y de las autoridades municipales de la ciudad buscaron atender la problemática que presenta la conservación de las momias: su protección, el manejo y la “dignificación” de los restos. Hace un año, la institución comenzó una comisión formada por cuatro expertos precisamente para “devolver su identidad y dignificación a cada uno de los cuerpos momificados”.
El patrimonio de las momias de Guanajuato es uno de los más extraordinarios que puede tener una ciudad —como recalca la institución— y uno de los grandes misterios arqueológicos del país, debido a que se desconocen las identidades exactas de los individuos. La colección del museo cuenta con una exposición de 57 cuerpos de antiguos habitantes de la ciudad, que se preservan de forma natural. Fueron hallados y exhumados del cementerio de Santa Paula, en Guanajuato. “Su estado de momificación se explica por la inexistencia de intercambio de oxígeno y humedad con el exterior de las gavetas”, señala el museo.
La ciudad de Guanajuato se vio envuelta el año pasado en una polémica por la construcción del nuevo MUMO, un edificio “moderno, funcional”, con 53 locales, un auditorio, una cafetería, una tienda de recuerdos y 12 salas de exhibición. El alcalde de la ciudad planteaba construir el monumental edificio en el polígono de protección de la Ciudad Histórica, con una inversión de 200 millones de pesos. El representante de la Unesco en México, Frédéric Vacheron, declaró a finales de 2021 que el avance del nuevo museo podría “modificar el valor universal excepcional de la ciudad de Guanajuato” y que las obras deberían ser notificadas al Comité de Patrimonio Mundial.
El traslado de los restos momificados a Ciudad de México no ha sido el primer viaje emprendido por algunos de los restos afuera de los límites de Guanajuato. En 2009, 36 momias fueron prestadas a Estados Unidos para comenzar una exposición itinerante alrededor del país, mismas que fueron devueltas a Guanajuato en 2013.
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