El asesino de Denver es licenciado en neurología

James Eagan Holmes estaba preparando una tesina en esta especialidad en la Universidad de Colorado, cuando abandonó sus estudios un mes antes del ataque

 


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Con una sangre fría típica de los antihéroes de las películas de acción, James Eagan Holmes entró en una sala de cine y, con calma, fue vaciando los cargadores de las cuatro armas de fuego que llevaba consigo. Su atuendo —un chaleco antibalas y una máscara de gas— le hacían parecerse a Bane, el villano al que Batman se enfrenta en la película que se estaba proyectando en el momento de la matanza.

 

Este joven de 24 años, nacido en San Diego, había trazado un preciso plan de ataque. Como un espectador cualquiera, compró su entrada y accedió al cine por la puerta principal. Previamente, había dejado fuera de la sala todo su arsenal de armas y parafernalia de ataque. Salió a la media hora de proyección. Recogió las armas. Y atacó al público con sangre fría. Según los testigos, Holmes no actuó de manera precipitada, ni con un objetivo claro. Sus balas atacaron a personas al azar mientras él se paseaba por el pasillo del cine.

 

Eagan Holmes estudió en la Universidad de Colorado, donde preparaba una tesina en neurología hasta que abandonó sus estudios hace un mes. Había convertido su apartamento en una trampa cargada de explosivos. Pero avisó a los agentes de lo que les esperaba en aquella casa, situada en un edificio en el que residen estudiantes, pacientes y empleados del Centro Médico de la Universidad de Colorado. Según la policía, en aquella vivienda había explosivos suficientes para volar todo el edificio y los que le rodeaban. «Podríamos estar aquí días», explicó el jefe de policía, Dan Oates, cuyo equipo aún estudiaba cómo desactivar aquella inmensa trampa explosiva.

 

Aunque no tenía antecedentes penales y su único encuentro con la policía se había saldado con una multa por exceso de velocidad, la familia de Holmes pareció no sorprenderse tras la noticia. En cuanto escuchó la noticia, la madre de Holmes pensó que su hijo estaba involucrado en el suceso. Incluso antes de haber sido contactada por las autoridades, ya había afirmado que tenían «a la persona correcta».

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