¿Qué nos dice de la sociedad el hecho de que se utilicen los nuevos medios de comunicación para difundir y presumir odio?
.- “Al parecer querían hacerse famosos”, especula Angélica Mora, refiriéndose a los asesinos de su padre Delfino de 62 años. Y se hicieron: por intolerantes, homicidas y brutos.
Delfino Mora, como muchos mexicanos, emigró a Estados Unidos en búsqueda de una mejor vida. Llegó a la ciudad de Chicago para dedicarse como trabajador de la construcción. Hace unos 15 años, sufrió un accidente que lo dejó discapacitado. No podía usar su brazo derecho por lo que dejó su trabajo. Se levantaba, sin embargo, todas las madrugadas a recoger latas en la calle para venderlas como desecho. Quería seguir apoyando económicamente a su amplia familia de 12 hijos.
Malik Jones de 16 años, Nicholas Ayala de 17 y Anthony Malcolm de 18 circulaban por las calles de Chicago cuando decidieron “jugar” a “escógelo y pégale”. Se encontraron con Delfino que estaba recogiendo latas cerca de la avenida North Artesian. Los adolescentes se le acercaron y le preguntaron cuánto dinero traía en sus bolsillos. No entendió. Cuando le volvieron a cuestionar, Malik Jones le pegó en la quijada. Mora cayó y su cabeza golpeó el concreto. Los jóvenes le robaron los 60 dólares que traía en su pantalón y huyeron.
Lo increíble es que, mientras Malik golpeaba a Delfino, uno de los otros dos adolescentes filmaba el suceso en el teléfono celular del golpeador. Más increíble aún es que, regresando a su casa, Jones subió el video a su página en Facebook para presumir lo que había hecho.
Tres horas después del asalto, alguien encontró a Delfino Mora inconsciente. Fue trasladado a un hospital donde falleció. Coincidentemente, un hombre que había sido atacado por el mismo grupo de pandilleros, reconoció a Jones en el video que él mismo puso en Facebook donde mataba a Delfino. Avisó a la policía que procedió a arrestar al joven y sus secuaces. Los tres serán procesados como adultos por el crimen de asesinato en primer grado con alevosía y ventaja.
De acuerdo con los fiscales, en el video que subió Jones a Facebook se ve cómo Mora pega contra el pavimento y se escucha el sonido de la fractura de su cráneo. Después se visualiza a los tres pandilleros dejando el área riéndose a carcajadas.
El padre de Jones dice que su hijo “sólo estaba tratando de golpear” al viejo aunque reconoce que éste ha tenido problemas desde que se unió a una pandilla de las tantas que existen en Chicago. Por su parte, Angélica, la hija de Delfino Mora, ha declarado que se querían burlar de su padre porque él no se podía defender: “Creyeron que subir el video violento los haría verse como unos tipos duros”.
Más que duros, unos cretinos en todo el sentido de la palabra. Por todo lo que hicieron. Por su racismo implícito en atacar a un migrante mexicano de escasos recursos. Por su cobardía en golpear a un ser indefenso. Por la inhumanidad de dejarlo ahí tirado, muriéndose, y retirarse a carcajadas. Por el abuso de robarle los pocos dólares que llevaba. Por la soberbia de filmar todo el acto criminal. Por la vanidad de subirlo a las redes sociales para presumirlo.
No sé a usted, pero a mí esta noticia me deja frío. Por desgracia, criminales y estúpidos siempre han existido en la historia de la humanidad. Lo asombroso es el odio que circula por las redes sociales incluido el fenómeno de filmar actos violentos para presumirlos por internet. ¿Qué nos dice de la sociedad el hecho de que se utilicen los nuevos medios de comunicación para difundir y presumir odio? El tema merece una reflexión muy seria que haremos en el futuro. Por lo pronto, el cuerpo de Delfino Mora será regresado a México donde lo enterrarán la semana que entra.