Obispo de Tuxpan
Dolor en la iglesia católica por asesinato de sacerdote; exige justicia, condena clima de violencia e inseguridad.
Corrupción y mentira oficial, influyen en problemática
Por Ramón Rodríguez Rangel
El que mata se mete con Dios, porque el homicidio es pecado capital, porque la vida es un don divino, del que nadie puede disponer, dijo en entrevista con Expreso de Tuxpan, el Obispo de la Diócesis de Tuxpan, Juan Navarro Castellanos, momentos después de oficiar la misa de cuerpo presente, ante el féretro que contenía el cuerpo del sacerdote que creció en esta comunidad de la sierra de Chicontepec, y que fue asesinado en su parroquia de Mecapala.
El jefe de la iglesia católica en la Huasteca, manifestó su dolor y su deseo de que se haga justicia y se esclarezca este lamentable asesinato que ha consternado a toda la Diócesis de Tuxpan, Diócesis que integra al municipio de Mecapala, y la misma comunidad de Pastoría, perteneciente a Chicontepec.
Monseñor Juan Navarro Castellanos condenó el clima de violencia e inseguridad imperante, resaltando que esto se da como reflejo de la corrupción, la mentira y la falta de ética social imperante en las instituciones oficiales, que deriva en un desorden ético y social, que confunde y desubica a la gente, generando situaciones y actitudes de atropello de los derechos humanos y de violencia.
Remarcó que el homicidio es uno de los pecados mas grandes, sea quien sea la victima; así sea un niño, un anciano, cualquier persona, o un sacerdote, por que la vida es el valor número uno. Refirió que en los mandamientos de Dios consagrados en libro sagrado de la Biblia, dice “no matarás”, por lo que se debe respetar la vida de cualquier ser humano.
Explicó que todas las personas, de una y otra manera estamos indefensas, porque el ser humano es frágil y es imposible vivir entre rejas impasables de protección, por lo que son muy preocupantes los niveles que ha alcanzado la violencia en la región, que lo mismo puede afectar a un sacerdote, que a cualquier padre o madre de familia, o a cualquier ciudadano.
Respecto a Mecapala comentó que los habitantes de esta comunidad perteneciente al municipio de Pantepec, se sienten ahora maldecidos por el asesinato del sacerdote Santos Sánchez Hernández, porque dicen: “matamos a un padre”, pero aseveró que serán dos o tres personas las involucradas, no todo el pueblo. Opinó que como está la situación, este crimen pudo ocurrir en cualquier otro lado.
El obispo de Tuxpan informó que hasta hace dos días la Diócesis tenia noventa y nueve sacerdotes, pero con el asesinato de este párroco, le quedan solo noventa y ocho.