Hay pánico y miedo entre los oligarcas chavistas. No porque tengan escrúpulos de los bombardeos rusos en Ucrania sino porque el presidente Vladimir Putin no les da garantías sobre el oro y la fortuna que tiene la cúpula del régimen de Nicolás Maduro atrapada en la banca rusa, lo que presagia una pérdida tal vez inevitable.
Estas son parte de las consecuencias que afronta el gobierno venezolano, sometido a dobles sanciones: las suyas propias, aplicadas desde hace tres años por violar los derechos humanos, y ahora también las de Rusia por la invasión a Ucrania.
En su intento por desviar y burlar las sanciones, el gobierno venezolano trasladó la oficina de la petrolera estatal PDVSA de Lisboa a Moscú en marzo del 2019 para manejar todas las cuentas petroleras, del oro, minerales y metales.
Aquel traslado le salvó del colapso financiero durante los últimos tres años, pero el gobierno de Maduro se ve ahora amenazado por las sanciones que le aplican a su aliado ruso.
La llamada preocupada de Maduro
«Vladimir Putin no dio garantía sobre depósitos en bancos aduciendo que Rusia enfrenta guerra económica de Occidente y habrá que asumir grandes pérdidas», escribió el analista Pedro Mario Burelli, ex miembro de PDVSA que se define en Twitter como un luchador por la libertad. Según revela Burelli, en una llamada que el mandatario venezolano hizo el pasado 2 de marzo «expresó preocupación extrema (¿pánico?) por los billones de dólares o euros que el régimen y sus oligarcas o bolicorruptos tienen en la banca rusa«.
Sin voto por no pagar la cuota
La conversación que mantuvieron ese día Putin y Maduro fue publicada por la agencia rusa TASS, que dio cuenta del apoyo del mandatario venezolano a su homólogo ruso, sin detallar lo tratado telefónicamente. En esa llamada, según fuentes de Burelli, Maduro expresó su apoyo total respecto a la invasión a Ucrania, pero explicó que Venezuela no pudo votar en contra de la resolución condenatoria en la ONU por no estar al día en el pago de la cuota. «Insinuó que si Rusia le ‘prestaba’ el dinero podría contar con el voto». Lo cierto es que Venezuela no pudo votar por deber 40 millones de dólares de sus cuotas a la ONU.
No obstante, Putin no está en condiciones para dar préstamos ni tampoco garantías de los depósitos en la banca rusa. De hecho, alegó a la guerra económica de Occidente (exclusión de las transferencias internacionales Swift, entre otras sanciones) y, antes de dar por concluida la llamada, advirtió de que «habrá que asumir grandes pérdidas».
Antes de colgar, a Maduro se le ocurrió ofrecer ayuda militar a Putin para su invasión militar en Ucrania y en particular a los pilotos venezolanos de los cazas Sujois sin haberles consultado antes. Es de mencionar que han muerto unos 12 pilotos venezolanos en accidentes de los Sujois y unos 46 oficiales en siete accidentes de helicópteros rusos.
Generales y hermanos Rodríguez
La periodista venezolana Ibeyice Pacheco presentó la lista de 23 generales, alcaldes, diputados y ministros del régimen chavista que están asustados por tener sus cuentas en la banca rusa. En ese sentido el matrimonio Maduro y su mujer Cilia Flores han pensado en enviar una misión a Moscú para ver como recuperan los fondos transfiriéndolos a China o convirtiéndolos en criptomonedas.
La lista de generales activos y retirados (jubilados) la encabeza el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, al que siguen Carmen Meléndez, Domingo Hernández Lárez, Jesús Suárez Chourio, Remigio Ceballos, Giuseppe Alessandrello Cimadevilla, Gilberto Pinto, Antonio Díaz Clemente, Erika Virgüez, William Serantes Pinto, Guiseppe Yoffreda, Pedro Juliac, José Silva Aponte, Fabio Zavarse, Iván Hernández Dala, Eliécer Meléndez Asmat, Rodolfo Marco Torres, José Escalona Briceño, Mariany Mata, José Guedez León, Rafael Franco Quintero, Jorge Márquez Monsalve y Juan Escalona.
Además de los militares, cuyas cuentas bancarias están en riesgo en Moscú, Burelli, añade a la lista a los hermanos Rodríguez -la vicepresidenta Delcy y el presidente del parlamento chavista, Jorge-, «quienes perdieron mucho con la sanción al testaferro Samark López en 2017, y tienen dólares y euros de tres negocios: petróleo, oro y cocaína, en bancos rusos».
El oro de la sangre
Más allá de la mermada producción petrolera que ha caído de 3,3 millones de barriles diarios a unos 680 barriles, el régimen chavista-madurista se ha enfocado en la explotación del Arco Minero, el nuevo ‘Dorado’, una región 112.000 kilómetros cuadrados situada al sur del país, en Bolívar, que representa el 12% del territorio de Venezuela y es rica en reservas de oro, diamantes, hierro, bauxita, coltán y otros minerales.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez y su hermano tienen concesiones en las minas de oro, igual que los rusos. No hay cifras oficiales pero los rusos tendrían inversiones por más de 1.000 millones de dólares en las minas de la cuenca del Orinoco, cuya devastación ecológica ha sido denunciada internacionalmente. Los negocios compartidos e intereses cruzados entre los oligarcas chavistas y los rusos quedan ahora atrapados sin salida, no solo en la selva amazónica sino también en Moscú.