El presidente de México en Tercer Grado
El programa Tercer Grado conducido por Leopoldo Gómez, con la participación de Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga, Adela Micha, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo y Denise Maerker, entrevistó al presidente Felipe Calderón sobre su experiencia de gobierno y sus resultados, programa que fue muy ilustrativo y digno de verse. Este grupo de viejos lobos de mar, expertos en confrontar a través de preguntas francas, inquisidoras y directas a sus interlocutores, comenzó a disparar preguntas, con la dificultad que implica seguir el ritmo a inquisidores de semejante altura.
Felipe Calderón, cuya personalidad ha venido in crescendo fortalecida por la adversidad, no solo tuvo la capacidad de contestar con precisión a cada pregunta, sin evadir ninguna, con la precisión y agilidad propias de quien domina el arte de la retórica, sino además, llevó la voz cantante del programa marcando el ritmo en la discusión y el debate de los expertos. Vimos a un Presidente relajado, capaz de reírse de sí mismo, sincero, sin complejos, objetivo y realista, dominando su tema, manejando datos precisos difícilmente objetables, contestando sin evasivas y con sentido del humor las preguntas más comprometedoras.
De entrada reconoció la dificultad de haber gobernado en un esquema agotado por el bloqueo estructural que existe entre el Legislativo y el Ejecutivo, y la necesidad de un poder interlocutor, capaz de destrabarlo por el bien del país. Frustraciones: muchas, como la Reforma Fiscal planteada en el 2009, siendo desechada su propuesta del aumento de un 2% al impuesto para abatir la pobreza, o la Reforma Laboral que, pese haber existido un acuerdo entre los principales actores, finalmente no salió.
Le tocó sortear todo tipo de dificultades, influenza, sequía, crisis económica mundial, hambruna e inundaciones.
No faltó la pregunta obligada sobre el combate al crimen organizado y su legitimidad, asumiendo la responsabilidad que, de no haber actuado con firmeza, los delincuentes al día de hoy se habrían adueñado de buena parte del territorio nacional, y la sociedad estaría en sus manos. Los 50 mil caídos durante esta lucha son la consecuencia no la causa. El gobierno intervino cuando la sociedad se vio amenazada, no antes, fenómeno que además se ha generalizado de los países andinos hacia el norte, y México no es la excepción. Contamos con un sistema de inteligencia a la altura de los mejores del mundo, con una policía federal profesional que no existía, teniendo en cuenta que lo anterior es inútil, sin la cooperación de los estados y municipios en donde, todavía, se resisten algunos por complicidad y corrupción.
Habiendo sido aprobadas en el Senado las reformas al artículo 24 en materia de Libertad Religiosa y del 40 sobre Estado Laico se le cuestionó al respecto, pronunciándose a favor de la libertad de creer y profesar la religión que cada uno quiera, a defender las convicciones éticas y la libertad de conciencia. Él aún siendo Presidente tiene derecho a profesar una religión y a manifestar su fe como cualquier otro ciudadano, respetando el Estado Laico que presupone la separación entre Iglesia y Estado sin intromisiones.
Respecto al trato que le ha dado la prensa, mencionó como muestra la poca difusión a dos reconocimientos internacionales de gran trascendencia para México que en su momento fueron minimizados. Uno de ellos es el Premio al Estadista Mundial, reconocimiento que le fue entregado a nombre del Foro Económico Mundial en Davos en enero el 2012, y el Premio Campeones de la Tierra 2011, recibido en el marco de la Comisión de Desarrollo sostenible de la ONU, en reconocimiento a las políticas públicas a favor del medio ambiente. Ya podíamos haberlos lucido mucho más estos nombramientos por el impacto internacional que tienen para México. Enfatizó además que éste ha sido el sexenio de la salud, por la creación del Seguro Popular, de la infraestructura carretera, de inversión ferroviaria, del combate a la pobreza, sexenio que dio un gran impulso a la educación, habiéndose introducido cambios importantes como es la evaluación de los maestros, y el concurso de 97,000 nuevas plazas, además de haberse construido 105 nuevas universidades más 52 campus adicionales, mil bachilleratos, y mil nuevos hospitales. Finalmente, después de haber elogiado a su familia, reconoció que lo mejor que tiene es a Margarita, mujer valiosa con futuro político propio, sin descartarla como futura candidata a la Presidencia para el 2018. Con todo lo que falta por hacer Felipe Calderón nos deja un país mejor que el que recibió.