Por Diana Saavedra/Gaceta UNAM
Derivado de los cambios en los últimos tiempos, como la pandemia, muchos libros ya no son usados en papel, sino a través de repositorios digitales, los cuales mantienen la misión de fomentar el conocimiento y la formulación de nuevas dudas que llaman a nuevas investigaciones en fuentes del saber para responderlas, consideró Laurette Godinas, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB).
Esta transformación de entornos físicos a digitales ha permitido el enriquecimiento de recintos digitales como la Biblioteca Digital Mundial (World Digital Library) o la Biblioteca Digital Mexicana (bdmx.mx), que cada vez ponen más materiales en acceso libre, pero también han alejado a los estudiantes de su entorno natural de consulta, las bibliotecas, agregó la coordinadora de Investigación del IIB.
“En las bibliotecas digitales, el lector está frente en un maremágnum de obras digitalizadas, a menudo organizadas en colecciones, pero no tienen la orientación de un especialista que las conoce y puede guiar al lector hacia lo que busca, y es algo muy importante, porque una de las cosas que ha apoyado mucho una iniciativa como el día del libro era justamente ponernos a trabajar en conjunto con todos los oficios vinculados con él, desde la producción editorial hasta la preservación y la puesta a disposición del público”, precisó.
La doctora en Literatura comentó lo anterior en el Día Nacional del Libro, (12 de noviembre) que celebra el nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz, defensora del derecho a la educación y la lectura, un festejo que fue instituido en 1979 por el entonces presidente de México, José López Portillo.
En ese tiempo, añadió la especialista en crítica textual y paleografía, se pusieron a trabajar en sinergia la Secretaría de Educación Pública, los diferentes estados, municipios y las editoriales, así como diversos organismos para realizar actividades conjuntas que difundan el hábito de la lectura y permitan la construcción de una cultura nacional.
Laurette Godinas estimó que, en ese sentido, el Día Nacional del Libro es realmente una fiesta que involucra un trabajo conjunto para el fomento de la lectura ante el público y una de las iniciativas más importantes, que duró hasta hace poco, fue la elaboración de un libro conmemorativo que se distribuía gratuitamente en toda la República.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para 2021 el porcentaje de personas adultas lectoras que prefieren la lectura de libros en formato digital se triplicó en relación con lo declarado por la población en 2016 (21.5 % contra 6.8 %) y resulta casi el doble de 2020, que fue de 12.3 por ciento. Además, en formato digital, la lectura de revistas aumentó de 2.6 % en 2016 a 22.6 % en 2021. En cuanto a la lectura de periódicos en formato digital, ésta registró un incremento de 5.6 a 21.3 % entre 2016 y 2021.
Godinas enfatizó que si bien esto implica más opciones de lectura, hoy en día las grandes bibliotecas que están en acceso libre en Internet ya no tienen esa orientación al usuario, para decirle, mira hay una preselección de materiales, por ejemplo, Don Quijote de la Mancha, El periquillo sarniento, El Zarco o El laberinto de la soledad.
La investigadora destacó que en esta óptica la Biblioteca Nacional trabaja intensamente en estrategias para fomentar la lectura en nuevos soportes y, de cierta manera, ofrecer esa guía que requiere quien se inicia en el proceso, para que el lector tenga una comprensión más global de lo que lee y pueda entender mejor de qué manera los textos representan para él una forma de escalar un peldaño más en el conocimiento.
La pandemia ha obligado también a tomar caminos diferentes para la difusión de la lectura, como el uso de las redes sociales generando nuevas vías con programas como Ratones de biblioteca, El faro o los Diálogos sobre joyas, estrategias para hacer más comprensible nuestro patrimonio bibliográfico.