Descubren dos planetas casi “pegados”

Dos mundos que orbitan extremadamente juntos la misma estrella a 1.200 años luz de la Tierra presentan una impresionante estampa alienígena

 


Admirar la grandeza de la Luna llena sobre el horizonte resulta una fruslería si uno compara esta panorámica con la que puede observarse en otro mundo a 1.200 años luz del Sistema solar. Allí, mirar al cielo debe de impresionar de verdad. En vez de una luna como la nuestra, un planeta gaseoso gigante que parece abarcar tres veces más en el cielo se asoma amenazadoramente sobre un paisaje de lava fundida. Quizás, si uno ha visto la película «Melancolía» (Lars von Trier, 2011) puede imaginarse una estampa parecida. Pero estos dos planetas no chocan. Forman parte del sistema Kepler-36, recientemente descubierto por científicos de las Universidades de Washington y Harvard, y orbitan la misma estrella muy cerca el uno del otro.

 

«Estos dos mundos están más cerca entre sí que cualquier otro sistema planetario que hayamos encontrado», afirma Eric Agol, investigador de la Universidad de Washington y uno de los autores del artículo, que aparece publicado en la revista Science. Y ciertamente lo están, ya que se encuentran 20 ó 30 veces más cercanos el uno del otro que cualquier otra pareja en el Sistema solar.

 

Los investigadores se dieron cuenta de la presencia de los dos mundos a partir de los datos del telescopio espacial Kepler de la NASA, capaz de descubrir un planeta cuando pasa por delante de su estrella, ya que, en ese momento, se produce una reducción de la luz que emite. Ambos mundos orbitan una estrella subgigante muy parecida al Sol, aunque miles de millones de años más antigua.

 

Una vista espectacular

El mundo interior, Kepler-36b, es rocoso, tiene 1,5 veces el tamaño de la Tierra y un peso de 4,5 veces mayor. Compuesto en un 30% de hierro y en un 15% de agua, orbita su estrella cada 14 días a una distancia media menor de 18 millones de kilómetros. El mundo exterior, Kepler-36c, es un planeta gaseoso 3,7 veces el tamaño de la Tierra y ocho veces más pesado. Este «Neptuno caliente» tiene una órbita de 16 días a una distancia de 19 millones de kilómetros.

 

Los dos planetas experimentan una conjunción cada 97 días como promedio. En ese momento, están separados por una distancia menor a cinco veces la que hay entre la Tierra y Luna, menos de 2 millones de kilómetros, pero nunca colisionarán. Debido a que Kepler-36c es mucho más grande que la Luna, supone una vista espectacular en el cielo de su vecino. Casualmente, el más pequeño Kepler-36b parece del tamaño de la Luna visto desde el mundo gaseoso. Estos acercamientos despiertan enormes mareas gravitacionales que aprietan y estiran ambos planetas.

 

Los investigadores tratan de explicarse cómo estos dos mundos tan diferentes terminaron en órbitas tan cercanas, algo que resulta un misterio. Quizás el más grande y liviano migró hacia el otro después de su formación, pero en ese caso es difícil entender cómo no acabó destruyéndolo. Dentro de nuestro Sistema solar, los planetas rocosos residen cerca del Sol, mientras que los gigantes gaseosos están distantes.

 

Aunque Kepler-36 es el primer sistema planetario con este baile tan apretado, los científicos están convencidos de que no es el único. «Nos preguntamos cuántos de la misma familia están ahí fuera», dice Agol. Los investigadores rastrean los datos de Kepler en busca de otros sistemas parecidos.

 

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