Así será la nueva embarcación de lujo que se convertirá en submarino
La ingeniera naval Elena Nappi se adelanta al futuro y diseña el primer híbrido de lujo, una obra maestra de la ingeniería en la que no falta detalle ni innovación.
Por Rocío Jiménez/Abc
No, no es un súper vehículo sacado de una película de ciencia ficción, es un capricho solo apto para unos pocos. Conocido como Caparazón, este yate es mucho más que un barco para surcar los mares, es una nueva clase de megayate que combina la comodidad y el lujo de este tipo de embarcaciones con la tecnología y el diseño de un submarino.
Se trata de un concepto de lo más futurista que ofrecerá las comodidades de un barco de alta gama con la privacidad que ofrece la navegación de inversión y según su creadora, una opción perfecta para reuniones de trabajo que requieren de cierta confidencialidad o de espacio de recreo para grandes fortunas.
“Muy a menudo, los propietarios de yates están buscando soluciones originales para poder ofrecer a sus amigos y familiares algo especial, y ciertamente un crucero de buceo de este tipo no tiene precedentes en el mercado de los superyates” señalan desde la empresa que ha dado forma a este sistema híbrido.
La encargada de diseñar esta magnífica obra de ingeniería capaz de sumergirse hasta 300 metros durante 10 días sin necesidad de salir a la superficie ha sido la ingeniera naval italiana Elena Nappi.
La embarcación, que contará con una gran estructura de aluminio ligero que medirá 77 metros de largo y podrá cerrarse completamente para permitir el viaje bajo el agua, está pensada para funcionar con un sistema de celdas de combustible diésel-eléctrico y un motor que proporcionará un alcance de 3.862 km con una velocidad de 16 nudos (30 km) en la superficie y 12 nudos (22 km) bajo el mar. En su interior, todo es pura exquisitez y exclusividad. La nave está diseñada con tres niveles de cubierta con suites VIP, salón principal, un centro wellness, piscina, bar y gimnasio, entre otras muchas comodidades.
Pese a que ya existen planos e imágenes de cómo sería el diseño definitivo, la italiana afirma que, si “el primer automóvil eléctrico fue construido en 1884 y solo está en el mercado hoy en día, es imposible pensar que un modelo como este pueda salir al mercado pronto”.
Todavía no se sabe la cantidad que costará el barco, pero lo que sí está claro es que lo más seguro es que superará los 100 millones de dólares.