Los expertos en adicciones alertan sobre las consecuencias para la salud que conlleva el consumo de bebidas alcohólicas
Por: Raquel Alcolea Díaz/ABC
El consumo abusivo de alcohol constituye uno de los mayores factores de riesgo en los casos de muertes prematuras causadas por accidentes, autolesiones y episodios de violencia, según afirma el psiquiatra de Triora, Joaquín Descals, que además destaca que el alcohol está en el origen de numerosas enfermedades como el cáncer, la cirrosis, el infarto, el ictus o la pancreatitis, además de otros trastornos físicos y psíquicos.
Recientes datos estadísticos revelan que en España mueren cada año por culpa del alcohol unas 37.000 personas (25.000 son hombres y 12.000, mujeres). Y a nivel mundial, el alcohol provoca la muerte a más de tres millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud. En la comparativa internacional, España se encuentra en el «top ten» de los países donde mayor cantidad de bebidas alcohólicas por persona se consume al día. Sobre este punto, el doctor Descals señala que, además de existir en nuestra sociedad un alto grado de permisividad frente al consumo de alcohol y un escaso conocimiento de su riesgo, se da la circunstancia de que el alcoholismo suele ser diagnosticado de forma tardía.
Síntomas de alerta
Las señales de alerta que pueden indicar que nos encontramos ante un consumo abusivo de alcohol se pueden apreciar tanto en el entorno familiar, como de pareja o social. «Aunque estos signos dependen de las características específicas de cada individuo a nivel conductual suelen mostrarse más irritables, discuten habitualmente, no rinden en el trabajo, tienen olvidos a menudo y les cuesta concentrarse», explica Descals. Lo habitual es, según comenta el experto, que sea algún miembro de la familia el que acuda a la consulta para buscar la orientación y el apoyo que le ayude convencer al afectado para que inicie un tratamiento. «A la mínima sospecha, la familia debe informarse, consultar y pedir ayuda. La alianza de los familiares con el terapeuta es fundamental para conseguir resultados con tiempo y trabajo», revela el psiquiatra de Triora.
Una vez que el paciente acude a la consulta, el profesional trabaja con una entrevista motivacional que ayude a conocer en qué fase se encuentra su relación con el alcohol. «En ese primer encuentro buscamos conseguir un mínimo de alianza o vínculo terapéutico con el paciente para que vuelva a la siguiente sesión. En las siguientes entrevistas iremos trabajando y explorando los factores y las motivaciones que le han llevado a consumir alcohol. A veces puede ser un proceso largo, pero no siempre», afirma el psiquiatra, que además subraya la importancia de que los pacientes, en su proceso de recuperación, cuenten con atención y seguimiento sanitario en todo momento ya que «existen fases en las personas que sufren de alcoholismo, como es el síndrome de abstinencia, donde el control médico es esencial para evitar problemas vitales mayores».
No se ha descrito una causa más frecuente o más habitual que desemboque en el alcoholismo pues, tal como aclara Descals, los factores que pueden desencadenar el consumo abusivo de alcohol son tan heterogéneos como los tipos de persona. Así, pueden influir aspectos biológicos, genéticos, familiares, sociales, psicológicos… «Tampoco existe una correlación entre la cantidad de factores que le influyen y la gravedad del caso. Puede haber casos graves a los que solo influye un aspecto y otro más leve que está afectado por múltiples factores», destaca.
Los jóvenes, más vulnerables
La edad media de inicio en el consumo del alcohol se sitúa en torno a los 14 años, lo que supone una temprana amenaza y un grave problema de salud que puede achacarse en parte a la tolerancia que existe por parte del entorno más cercano de los menores hacia esta droga, según argumenta el psiquiatra: «El papel de los padres es vital en estos casos pues los jóvenes tienen una menor percepción del riesgo y las consecuencias de consumir alcohol de forma abusiva. Así, los progenitores deben permanecer atentos a señales como aislamiento, bajo rendimiento escolar o vida social inusualmente intensa».
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