Por Armando Ortíz/Viernes Contemporáneo
Yo estuve seis años en el penal de Pacho Viejo… seis años dando talleres literarios a los presos. Durante mi “estadía” en ese penal me enteré de muchos casos, le vi el rostro a la justicia y la conocí tan puta, tan ramera, con ese rostro que ayer asomó al momento de que un juez dictara sentencia a Javier Duarte, el criminal más peligroso que haya pisado tierras Veracruzanas.
Conocí el caso de Demetrio*, un vigilante de las farmacias Plus al que se le hizo fácil vender una pasta de dientes a una persona después de cerrado el negocio y quedarse con el dinero. Para dar un escarmiento a los vigilantes de esa empresa, metieron a la cárcel a Demetrio, quien estuvo más de un año esperando a que le dictaran sentencia. Su sentencia fue de menos de seis meses, pero nadie le devolvió lo que ya había purgado.
Conocí el caso de Héctor*, quien perdió su casa porque un abogado trinquetero lo hizo firmar documentos y pagarés que después uso para quitarle su propiedad. Héctor encabronado fue a ver al abogado y después de escuchar del litigante el “hazle como quieras”, Héctor, impotente y enfurecido, lo tundió a golpes hasta dejarlo inconsciente. Tuvo que estar en la cárcel cinco años, hasta que el abogado le otorgó el perdón.
Pero conocí también los casos de mujeres que se robaron prendas en Chedraui y que estuvieron años por un brasier, unas pantaletas, unos cosméticos. No justifico el proceder de estas personas, pero después de la sentencia de 9 años a Javier Duarte no puedo dejar de pensar que la justicia en México es una puta que se va con el que le ofrezca más dinero.
No es posible que un sujeto que se robó miles de millones de pesos del presupuesto de los veracruzanos tenga la posibilidad de salir en unos cuantos años. Se declara culpable Duarte y dice que siente muy feo reconocer delitos que no cometió. #HijoDeLaChingadaDuarte, entonces cómo es que la ley le va a decomisar 41 propiedades. Si esas propiedades, como dice Duarte, no son suyas, ¿cómo se las van a decomisar?
La sentencia del juez fue una bofetada para los millones de veracruzanos que exigimos un castigo ejemplar para Javier Duarte. En este país tener dinero para abogados es lo mejor que le puede pasar a un delincuente. Un país donde se puede robar y si en una de esas te caen puedes devolver lo robado, pedir disculpas y salir a la calle libre otra vez a robar y esperar a que esta vez la policía no te atrape.
El monto de lo robado por Javier Duarte, según datos de la PGR fue de 60 mil millones de pesos, la multa que le aplicó el juez a Javier Duarte fue de 58 mil 890 pesos. Es decir, la multa ni siquiera contempla un peso por cada millón robado.
Algo se torció en este país, algo huele a podrido en “Dinamarca” diría Shakespeare. Si López Obrador quiere en verdad pasar a la historia como el mejor presidente que ha tenido México, debe dejar de repartir perdones y amnistías a diestra y siniestra y debe, más que aplicar las leyes, ejercer justicia verdadera, porque aplicar las leyes, señor López Obrador, no es lo mismo que hacer justicia.