Por Yuriria Sierra/Nudo gordiano/Excélsior
El reto en Twitter dice así: ¿Aceptarías 45 mil millones de pesos por pasar 9 años en la cárcel? Es el #JaviDuChallenge. Cada quien tendrá su respuesta. Aunque, como comentamos ayer, el reto podría tener menor grado de dificultad, pues por buena conducta podría ser menos tiempo. La risa y la ironía como aceite para drenar la ira social. ¿O qué otra cosa provocó la sentencia que recibió Javier Duarte?
“Hablo a nombre del pueblo de Veracruz: hay indignación, más que una sentencia condenatoria, es un perdón. Sin embargo, hay que reconocer que la PGR actuó.
Ayer se le decomisaron a Duarte cerca de 800 millones de pesos en bienes inmuebles, una cantidad relevante. En Veracruz tiene dos procesos penales denunciados por diversos delitos: peculado, ejercicio indebido del servicio público, tráfico de influencias… que lo mantendrían en prisión por muchos años. Y uno más que está pendiente su orden de aprehensión, pues se tiene que solicitar a la República de Guatemala, toda vez que no fue incluido en el proceso de extradición, y éste es de desaparición forzada de personas…”, me dijo Miguel Ángel Yunes ayer en entrevista en Imagen Televisión.
¿Podrá salir Javier Duarte antes de los 9 años? “Si se le dicta sentencia en el fuero común —los delitos pendientes en Veracruz— no podría tener ningún beneficio en el fuero federal; es decir, no saldría como se ha dicho, a la mitad de su condena, tendría que cumplir su condena completa…”, me agregó.
Aun con la promesa que hace Yunes —gobernador por dos meses más— la sensación por la decisión del juez a cargo del caso, previa negociación, deja mal sabor y da un peor mensaje.
¿Nueve años de encierro para quien, según Fundar, desvió 75 mil millones de pesos y se hizo de 90 propiedades? ¿58 mil pesos de multa para quien puede pagarlos en un dos por tres?
Tan sólo las rentas en Belgrave, la zona en Londres donde se instaló Karime Macías, ascienden a 346 mil pesos. La multa a su esposo es una sexta parte de lo que pagan en un mes tan solo en vivienda.
¿Qué nos quieren decir a los mexicanos? ¿Qué la ley siempre abrirá rendijas para la impunidad? El trabajo de la defensa del exgobernador no tendrá ninguna queja, hicieron lo que estuvo a su alcance en favor de su cliente; sin embargo, las posibilidades que ofrece la ley para librar condenas rayan en el absurdo.
Y no sólo es Duarte. Elba Esther Gordillo, por ejemplo, rehace su vida y recupera el tiempo perdido con la tranquilidad que da saber que ya no hay causas penales que la persigan. Podrá viajar, comprar y disfrutar los millones de pesos que del Sindicato de Nacional de Trabajadores de la Educación llegaron a sus cuentas. Lo que se nos vendió como una acción contra la corrupción, terminó como un caso más de impunidad rampante.
El sexenio termina y ayer nos anunciaron que a implicados en la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa les retiraron los cargos por este hecho, pues no hubo pruebas suficientes para inculparlos. Quedarán presos, pero por otras causas. Aunque si por los hechos del 26 de septiembre de 2014 fueron exonerados, no es riesgoso adivinar cómo podrían quedar por otros del fuero común.
La impunidad parece ser la eterna herencia, porque con los cambios de gobierno de los últimos años no se ha mejorado nuestra manera de impartir justicia.
Lo que comienza como una operación tras criminales, acaba con sentencias mínimas, totalmente desproporcionadas respecto al daño provocado. O en el peor de los casos, con un usted disculpe.
Que se porten mal, entonces, aquellos que pueden pagar por una defensa que conoce las grietas todas de la ley y el camino a la justicia. Ésta, más que una sentencia, es un lamento para todo el país.