Columna Bajo Reserva/Periodistas El Universal
Autoridades de estados unidos han encontrado durante años oídos sordos y gestos de apatía en funcionarios mexicanos, incluso bajo gobiernos del PAN, ante los reportes de que ex gobernadores del PRI en Tamaulipas sostuvieron tratos con los cárteles de la droga y los usaron para lavar sus propios capitales. Nos dicen, en inglés y en español, que la iniciativa para llevar ante la justicia a estos personajes, en particular al ex gobernador Tomás Yarrington (1999-2004), no está radicada en México y no especialmente en la administración de Felipe Calderón, sino en la Unión Americana y, en concreto, en la DEA.
Estas fuentes nos aseguran que el sistema de justicia estadounidense podría determinar en las próximas semanas solicitar la extradición de Yarrington Ruvalcaba, descrito en reportes de la DEA como “socio de Osiel Cárdenas”, una de las principales cabezas del crimen en el país. Don Tomás, usted recordará, intentó en 2005 ser candidato por su partido a la Presidencia de la República y formó parte del coloquialmente llamado Tucom, para oponerse a las aspiraciones del entonces dirigente nacional del tricolor, Roberto Madrazo, quien finalmente fue postulado y después derrotado por Felipe Calderón.