El Tri y la Liga MX recurrirán, de manera forzada, a sus juveniles para modernizar su plantilla
Por Diego Mancera/El País
Después del Mundial, es tiempo de la purga. Al menos así se lo plantean, cada cuatro años, en México. Un análisis que resulta repetitivo y tedioso: el seleccionado nacional no pasó de octavos de final. Ya son siete Mundiales sin dar el codiciado salto a estar dentro de los mejores 10 del mundo. Colectivamente no han avanzado, individualmente han relucido más. El Tri está forzado a renovar su equipo con rumbo al nuevo ciclo en el que no está contemplado jugar la Copa América y en el que la Liga MX deberá voltear a los equipos juveniles.
En la Copa del Mundo de Rusia, México promediaba 28,6 años, era el quinto combinado más maduro. Juan Carlos Osorio, actual entrenador, echó mano de la estela de la vieja guardia-que tampoco rompió su techo- en la figura de Rafael Márquez, el único mexicano en ganar una Champions League. El seleccionador puso su confianza en tres jóvenes a los que convirtió en sus titulares: Hirving Lozano (22 años), Edson Álvarez (20) y Jesús Gallardo (23); además, llevó de última hora como suplente a Érick Gutiérrez (23). Los cuatro fueron centellas en sus equipos acaparados de futbolistas foráneos.
“A medida que los jugadores mexicanos sigan saliendo a Europa, que sigan compitiendo contra los mejores del mundo, mejorarán”, opinó el colombiano en su última conferencia. Al momento, el Tri no sabe si tendrá nuevo entrenador. La única certeza es que el próximo año jugarán la Copa Oro y no la Copa América debido a que se empalman ambos torneos en el calendario.
Osorio identificó un obstáculo en el fútbol mexicano: la excesiva compra de extranjeros, en 2017 se contabilizaron 201 de los que, por ejemplo, clubes como Monterrey y América jugaban con un solo mexicano en el campo. Para el nuevo torneo la cifra se ha reducido a 192. Para la nueva temporada, los clubes mexicanos estarán obligados a colocar como futbolistas titulares a menores de 20 años, 11 meses por 1.000 minutos durante el campeonato. Se le conoce como regla 20-11, es una estrategia de doble análisis: por un lado se descubren talentos inminentes como Javier Chicharito Hernández o Andrés Guardado, por el otro, los equipos pueden remitirse a cumplir el reglamento y no continuar con el desarrollo de los jóvenes.
En México temen ilusionarse por las nuevas generaciones. Tienen dos generaciones campeonas en los Mundiales sub-17 (2005 y 2011), aunque a Rusia solo asistieron tres: Carlos Vela, Giovani Dos Santos y Héctor Moreno. Los demás han quedado atascados en los banquillos de sus clubes, salvo Antonio Briseño (Feirense) y Arturo González (Monterrey). Las altas expectativas se elevan ante la urgencia de encontrar los nuevos talentos.
La nueva camada resulta alentadora. En el pasado Torneo Esperanzas de Toulon, el Tri exhibió futbolistas descollantes como Eduardo Aguirre (Tampico), con siete goles durante ese certamen en Francia. Diego Lainez (América), la apuesta de Ricardo La Volpe, que debutó a los 16 años y se ha ganado un lugar en la plantilla principal del América gracias a su versatilidad al ataque. El velocista Uriel Antuna pertenece al coloso del Manchester City, el cual lo ha cedido al fútbol holandés con el Groningen.
El mediocampista, Jonathan González (Monterrey), provocó cierta enemistad entre las federaciones mexicana y estadounidense para reclutarlo. Con 18 años se ganó el puesto gracias a un preciso control del balón. Roberto Alvarado (Cruz Azul) sostuvo unas fugaces pruebas por el Manchester United y el Leicester antes de cobrar importancia como un media punta.
Los centro delanteros mexicanos piden auxilio al asombrar en las categorías inferiores, pero con ínfimas oportunidades en Primera División. Entre ellos Ronaldo Cisneros (Zacatepec), Paolo Yrizar (Querétaro) y Rafael Durán (Tigres).
Entre los defensores han encontrado a cuatro chicos estupendos: por el carril izquierdo Gerardo Arteaga (Santos Laguna), por el derecho Jorge Sánchez (América), como centrales han ganado notoriedad Carlos Vargas (América), César Montes (Monterrey) y Joaquín Esquivel (Lobos). Los porteros que piden el cambio generacional son Raúl Gudiño (Chivas) y Gibrán Lajud (Xolos).
México mira por los prismáticos hacia el futuro, hacia sus jóvenes en el 2022.