Por Armando Ortíz
Foto Animal Político
¿Y qué esperaba conseguir Flavino Ríos Alvarado con la frase: «A mí nunca se me ha acusado de pederastia»? Por supuesto no estaba hablando el doctor en Derecho, estaban hablando las vísceras de quien se echó la culpa de mandar golpear a los pensionados en vísperas de navidad de 2015. No hay mérito en mantenerse ecuánime en los momentos tranquilos, el mérito está en ser ecuánime en los momentos difíciles. Flavino no fue el de la transición de terciopelo, Flavino se ocupó de poner muchas piedras en el camino de Yunes Linares.
De hecho, mientras Javier Duarte se ocupaba de arreglar su huida, fue Flavino el de las “geniales” iniciativas en el Congreso de Veracruz; se sabía al dedillo cada iniciativa. La pregunta que muchos columnistas se hacían era por qué un funcionario que hasta hace unos meses tenía una trayectoria impecable, se prestaba a las jugarretas de Javier Duarte, por qué emporcar su nombre y su gran prestigio.
Si Flavino hubiera terminado su periodo como secretario de Educación, en este momento sería un aspirante serio para una senaduría. Pero la ambición le ganó. En algún momento, como secretario de Gobierno, acarició la posibilidad de ser gobernador por más tiempo, en caso de que la Federación se encaprichara por no dejar que Yunes Linares tomara posesión como gobernador. Fue por ello que a principios de octubre dijo a diputados del Congreso que se fueran preparando para designar un gobernador sustituto porque «Yunes no tomará posesión como gobernador».